Hoyuelitos

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—No voy a discutir contigo, solo discuten los que están perdidos intelectualmente.

<<Apuesto a que no te lo esperabas, idiota.>>

Me marcho a paso calmado escucho la risa de Dean y veo la cara de culo que le dejé a mi tío.

Esto quedará en la historia y cuando tenga cuarenta años y estemos en una cena familiar se lo echaré en cara por idiota.

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—Creo que está todo listo.

Pongo las manos en mi cintura mientras examino detenidamente mi habitación.

—¿En serio?— Frunce el ceño— ¿Tomaste bragas y tangas?

Niego

—¿Por qué llevaría una tanga, Levie? Leonard me dejó ¿Por qué andaría por ahí con ropa interior sexy?

Me mira como si no pudiera creerlo, suelto una sonrisa mientras tomo entre mis manos mis bragas favoritas.

—¿Sabes qué? Yo te compraré algunas.

—Eso es un poco raro, Levie, pero excitante por donde quiera que te lo imagines.

Esa voz, ESA PUTA VOZ.

¿Qué demonios hace aquí?

¿Por qué de repente a todos les ha dado por escuchar detrás de las puertas?

La voz en mi cabeza carraspea como diciendo "No eres inocente, mi ciela"

—¿Qué carajos? —dice mi amiga

Cálmate, Cálmate, CÁLMATEEEE

—¿Que mierda haces aquí, Connor?

—¿Haciendo qué?

Me exaspera y más cuando dirige su azulada mirada a la maleta abierta.

No pudo entrar en un peor momento, mis bragas están esparcidas encima del colchón y mi ropa interior con corazones rojos se encuentran como bandera de paz justo en mi mano.

—Lindas bragas, apuesto a que las usas mucho.

Abro la boca ¿qué quiso decir con eso?

—Qué...

—Lo siento, mi abuela me llama.

No me lo creo, en serio, no me la trago. Su dulce abuela la llama, justo ahora, por favor, que ni Molly se la cree.

Joder.

—¡¿Levie?! ¿Te irás ahora?

Asiente como si fuera inocente, apuesto mi cama-en serio, eso es lo más preciado- a que planea hacerme una encerrona con Connor.

Mueve su móvil en el aire, mientras la miro como lo haría Merlina Adams. Me tira un beso en el aire y antes de marcharse le guiña un ojo a Connor.

Rata traidora.

Se marcha y cierra la puerta, lo que faltaba, ni que fuéramos a follar como conejos.

¡Espera! ¿Por qué pienso en follar? Soy virgen, por el amor de Dios. Obviamente odio a Connor ¿por qué pienso en follarlo?

<<Porque soñaste que te besaba completita. >>

Ok, eso no es tan cierto, eran escenas algo regadas y sin sentido. Eso no cuenta ¿verdad?

—¿Qué carajos haces aquí?

—No te recordaba como grosera, Rojita

<<Rojita>>

¿Por qué de repente llega con una actitud amigable? ¿Por qué mientras más intento ignorarlo más se empeña en recordarme mi apodo de la infancia?

Pero no, él se está burlando de mí ¿verdad? Sí, claro que está jugando un juego de niños en el que piensa que caeré. En menos de una semana hemos hablado más de lo me esperaba y piensa que de repente se me olvidará que me besó y luego se fue.

Ok, puede que me haya adelantado un poco.

—Pues, yo no te recordaba como amigable.

—¿No?

Camina por la habitación como si fuera un museo, mira todo con un detenimiento fascinante. Llega a mi lado y se alza frente a mí, con su maldito metro ochenta.

Trago saliva nerviosa mientras miro sus ojos azules.

Quiero apartarlo pero a la vez tengo ganas de reclamarle, mientras que al mismo tiempo quiero saber que es lo que trama.

Estoy loca, lo sé.

—¿A qué has venido?

—Ummm, la historia se repite ¿no crees?

Sé que se refiere al otro día, cuando lo escuchaba hablar en el cuarto de invitados.
Pero no daré mi brazo a torcer, obvio no.

—¿Qué te hace pensar que puede ser reciproco?

—Todo.

¿Qué quiso decir con eso?

Mierdaaaa

Cierro los ojos irritada, pensar que lo tendré que soportar por todo un mes me hace contenerme de no reventarle la cara de un guantazo.

—Connor—ignoro la sensación que produce el decir su nombre en mis labios— te suplico que te vayas.

Se inclina muy cerca de mi rostro, mira mis ojos y muy lentamente dice:

—Me gustaría verte suplicar. Bastante a ser posible.

Abro la boca impactada por lo que acaba de decir. Si fuera alguien más quien dijera esas palabras me reiría en su cara por lo tontas que suenan, pero en él nada es tonto , todo lo contrario, cada sílaba pronunciada lentamente parece ser una sublime advertencia.

Me sonríe y su hoyuelo hace acto de presencia, trago saliva. Se aleja unos metros y antes de marcharse se gira y dice:

—Hasta mañana, Rojita.

<<Hasta mañana, Hoyuelito>>

💞Tenía este capítulo escrito desde la semana pasada pero se me había olvidado subirlo

Bésame como si me odiaras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora