Chiara
Desperté con el pecho acelerado. Las imágenes del día anterior estaban torturando mi mente e interrumpiendo mis sueños.
Mi cuerpo estaba frío, con una capa de sudor sobre él. A mi lado, uno de mis amigos más cercanos durmiendo desnudo. Realmente se lució anoche.
Me levanto lentamente para no despertarlo, se nota que duerme plácidamente. Al contrario de como dormí yo.
No encuentro nada de mi ropa, lo único que visualizo es una camiseta de Kleg y mi ropa interior. Me visto para preparar café y unas tostadas de desayuno.
Mientras presiono los botones de la cafetera instantánea, un mensaje de mi telefono resuena en la cocina.
En cuanto termino de calcular la temperatura y el tiempo para la preparación, reviso los mensajes de ayer y el reciente.
Tres mensajes de Marissa recordándo que hoy iremos a tomar un café, eso además me recuerda mis horas en el hotel.
Trabajo de mucama en el Lott Palace New York, nunca me imaginé de mucama de nada pero es un buen trabajo, buena paga y horarios flexibles ya que tengo más compañeras con las que canjear horarios.
Hoy mis horarios son de 10 a.m. a 16 p.m. Luego podré ir con Marissa.
Dos mensajes de un compañero de Kleg, pidiendo una cita. Si supiera dónde estoy... Con una camiseta de su amigo, casi sin nada debajo después de tener sexo con él.
Mensajes del trabajo, personas que no me interesan... bla, bla, bla.
Por último, el mensaje que resonó recientemente. Anónimo.
"Chiara, hoy 21:45 p.m. Piso 23, Habitación 8. El hotel en el que trabajas. Ya sabes quién soy.
S.L"¿S.L? Suponía que sería los ojos pero no creí que me daría una pista.
En mi mente se hacen hipótesis y suposiciones de nombres que pueda conocer pero... no hay nada.
Se me hace tarde para el trabajo, escribo una nota agradeciendo y avisando sobre el desayuno listo a Kleg. Rebusco mi ropa para cambiarme y básicamente correr a casa a cambiarme para trabajar.
El hotel en el que trabajo queda a dos manzanas de mi departamento. Una afortunada, lo sé.
Después de tomarme un bus para llegar más rápido, subo las escaleras rápidamente hasta llegar a mi puerta. Revuelvo en mi bolso para encontrar las llaves y...
—¡Chiarita! ¿Como has estado? Noté que no dormiste aquí...— lo último que faltaba, mi vecina de 70 años, Mirta Belvont.
—Lo que notó fue acertado, señora Belvont. Dormí en la casa de una amiga, yo estoy bien, gracias por preguntar y espero que usted también lo esté pero, si me disculpa, llego tarde al trabajo— contesto rápidamente mientras saco las llaves.
—Oh, no quería quitarte tiempo, solo avisarte que si necesitas algo siempre estoy aquí, mañana vendrá mi sobrina a comer pastel y estás totalmente invitada querida— siempre es muy dulce la señora Belvont, soy de las pocas vecinas de todo el edificio que la trata bien.
—Dejeme revisar mi agenda y con gusto, si tengo tiempo, la visitaré a comer su delicioso pastel. Que esté bien, Mirta— le sonrio e ingreso rápidamente para quitarme mis abrigos junto con mi blusa.
Me visto a la velocidad de la luz y me quedan 10 minutos de sobra los cuales, 6 son caminando hasta el hotel y los otros 4 son para subir las escaleras y buscar todo lo necesario para cambiar mantas, toallas y almohadas.

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El engaño de sus ojos
Mystery / ThrillerChiara es una chica tranquila. Muy inteligente y astuta. Una lectora compulsiva de suspenso, terror y misterio. Hombres por doquier tras ella, lastima para ellos que a Chiara lo que menos le interesa es un hombre. Llamaba la atención en cualquier s...