Bullying

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Micaela siempre era molestada por un grupo de chicos en la escuela. Era en realidad por su apariencia si bien no era gorda pero la consideraban como una por tener caderas anchas, piernas y grandes senos. En la escuela está de moda el vientre plano y ser muy delgada como las modelos de revistas.

Micaela era lo contrario a eso...se podría considerar llenita pero aún así era blanco de burlas por su peso.

Manuel era el chico que siempre la fastidiaba. Cada vez que la veía la empujaba contra el piso, la escupía incluso y todos los demás se reían de ella.

Manuel era un chico blanco de 1.77 con buena apariencia física, cabellos marrones y ojos cafés. Tenía un encanto único que podría atraer a cualquier chica pero al mismo tiempo podía ser cruel si quisiera.

Y eso pasaba con Micaela, a ella la odiaba demasiado por ser ella misma... por su apariencia por su forma de ser, por todo. Siempre buscaba una oportunidad para hacerle la vida imposible, y ella por su baja autoestima y temor, no decía nada.

En el salón, los chicos aún venían, Micaela fue una de las primeras en llegar al igual que Manuel...

— Oye idiota, me has hecho la tarea de matemáticas no es así?! —Preguntaba el castaño atemorizante.

— S-Sí, Manuel...está en mi mochila

— Muy bien, así me gusta y más te vale que estén bien los ejercicios o ya verás...

Manuel se sentía intimidada por el chico que siempre le mandaba hacer sus tareas. Porque sabía bien que si no lo hacía él era capaz de dejarle el ojo morado como la última vez que no le cumplió con una tarea de arte.

En la clase de educación física era un infierno para Micaela porque siempre era el primer blanco cuando jugaban a los quemados.

Los chicos que  siempre le hacían bullying le tiraban como 10 veces la pelota de básquet hasta dejarle heridas de golpes en sus brazos y piernas.

Manuel obviamente de diez tiros fue el responsable de seis.

Micaela en la hora de recreo se escondía en el baño y se ponía a llorar. Al mismo tiempo sacaba una pequeña cuchilla de su lonchera y lo hundía con suavidad en una de sus muñecas hasta teñirlas de rojo.

¿Por qué tenía que nacer así? Se echaba a sí misma la culpa por comer mucho. Quizás lo mejor era no comer nada y así la dejarían de fastidiar...