Vivir para morir.

Octavo capítulo; Duele

Duele.

Duele sentirte con tantas emociones, tanto dolor que parece que estas vacía.

Duele pensar que no hay nada dentro de ti.

Duele saber que no sirves para nada, que estas loca.

Dule el rechazo.

Duele la soledad.

Duele fallar y que nadie te ayude a superarlo.

Duele el frio que se siente en el suelo por las noches.

Duele creer que eres la peor en todo

Duele saber que vas a morir sin haber vivido.

Y esque me duele todo como un uracan arrasando con todo mi pequeño cuerpo, y quedan los restos ya, de lo que un día fue algo bonito.

Duele saber que a nadie le importa saber como estas, duele sentirte vacia por dentro, y estropeada por fuera como un cajon viejo, sin nada en su interior.

Duele que haya gente a tu alrededor, que te odie por ser como eres, que no te vea, que seas invisible para todos.

Creo en la capacidad de hacerte invisible. De existir sin que nadie te vea. De sentir sin que nadie escuche tu corazon latir. Creo que si no qieres qe te vean, no te observan,  creo en la magia de  desaparecer por varios momentos seguidoa y ver desde fuera la situacion,  verte a ti, sin estar.

Creo que no te ven porqe tu tristeza te consume y te vuelve irreal. La soledad se involucra dentro y te sientes tan mal que nadie te ve. Nadie te se da cuenta de que estas ahi.

He pensado muchas veces en esto, en el motivo de porque las personas piensan como lo hacen, todas son egoistas hasta el punto de matar, agoniosas al puto  suicida, orgullosas hasta morir, y mentirosas hasta decir amor. Todas esas personas que ves que se dicen te quiero.

Todas esas mienten.

Los tequieros no se dicen.

No se cuentan.

Los te quieros se demuestran. Y todo aquel que lo pronuncie sin sentirlo cae en un pozo sin fondo del que nunca podra salir para demostrarlo.

Necesito pensar que las personas no son tan malas como parecen. Necesito pensar que las cosas se van a solucionar aunque tenga mil motivos para no hacerlo.

Cierro los ojos. Intento evitar cualquier sentimiento, recuerdoo ser que me haga llorar. Y me quedo ahí, viendo el mar, azul al principio, verde al final, tan grande que nunca podría recorerlo entero, tan profundo que nunca llegría viva para tocar la tierra con el dedo gordo.

El cielo,  con nubes blancas adornando el brillo que le produce el sol escondido. Pájaros volando como si todo fuera bien. El mejor día de la historia. Piensalo por un momento, la brisa acariciandote la piel, gotitas de agua que llegan a tu cuerpo del choque de las olas. Sientelo, la tranquilidad de la situación.

Respiro.

Vuelvo a respiar.

Todo parece estar tan cerca cuando en realidad esta a una vida de distancia...

- Siguiente fase.

Noto un pinchazo en mi débil brazo derecho, noto como el fluido de la jeringuilla atraviesa mi cuerpo, lentamente, y a la vez, siento como mis ojos se van cerrando.

Poco a poco, cada vez me da más miedo la realidad, es raro, antes no la soportaba y ahora quiero destruirla y que solo quede la fantasía que nunca salió de mi cabeza. Esa en la que desde un principio te enseñan cómo luchar contra los problemas de la vida, también llamada guerra.

Los ojos se me van abriendo , con la luz noto como mi piel se quema , y ,me asusto como siempre. Estoy en una isla, demasiado pequeña como para hacer nada y demasiado grande como para guardar tu mayor secreto.

El agua me llega a los pies, es la felicidad más grande que siento desde que estoy aquí.

-Creí que estaba solo – Me asombra una voz.

Es el niño del primer día, de la bienvenida

-¿Alguno sabe que hacemos aquí?

 Estan todos, empiezan los temblores, hacía millones de minuos que no estaba tan cerca de una persona de mi edad. La felicidad desaparece, me asombro todavía con la rápidez que cambian las cosas.