Septimo capítulo; Aprender a vivir

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De pronto, una luz alfondo de la habitación.

- Ella es más avanzada, pasarle a la tercera prueba a ver que pasa.

No hable simplemente por que no merece la pena gastar saliva en cosas que no van a cambiar. No merece la pena intentar lo que ya no se puede remediar.

No voy a salir de aquí por mucho que grite.

Me cogen de pies y manos, dos hombres y una mujer. Miro para bajo, mi cuerpo esta débil con respecto a la comida. No como. ¿Algo normal ? Puede que si, pero no como porque me veo gorda, ni porque este obsesionada conmigo misma.

No como porque me gusta. Y no quiero estar feliz. Porque cuando estas feliz es cuando tienes más puntos flojos para que te hagan daño hasta sufrir.

Me atan a una silla, y delante una televisión apagada. Negra.

Se enciende. Y empieza a sonar un tipo hablando.

Me lo ponen una y otra vez.

La gente no es mala. Tu eres buena. Tu puedes conseguir ser mejor. Sonrie. Siempre sonrie. Amabilidad.

Quieren limpiarme la mente. Quieren transformarme en una persona sin mente, sin personalidad. Quieren que muera sin saber que no soy yo la que vivió.

Pero no van a poder. Mi mente es mia, con todos sus problemas y trastornos. Es mia, y no se cambia.

- No funciona, pasar a la fase cuatro.

Y mientras me transportan en una camilla bocabajo para que no pueda ver nada me doy cuenta que que me ponen de pie y luego quitan la manta negra y me veo en un espejo grande. Demasiado. Yo reflejada.

Hacía que no me miraba a mi misma años...

Me quedo obserbando mi extraña figura, mis asquerossos pelos y mi maldita cara que no se merece una sonrisa.

Me acelero, empiezo a respirar muy rápido. No me guta. No me gusto. Me froto la mano con el pantalon. Noto un sabor agrio en mi garganta.

Grito lo más alto que puedo. Corro.

Corro hacía el espejo.

Le doy con la mano. Se rompe facilmente. Me sangra la mano.

Me tiemblan las piernas.

No puedo parar de gritar para no escuchar nada de este mundo. No escucharme a mí misma.

En mi cabeza pasan todos los insultos a mi persona. Necesito salir de esta habitación.

Flashback

- Dime como te ves a ti misma, como te sientes.

- No me gusta hablar de eso.

- No saldrá de aquí.

- Me veo fea. Me veo flaca. Me veo mal. Con poco peso. Y mi problema es que se lo cuento a la gente. Y no le importa. Siento por ello un vacio en el pecho más grande que lo que esta lleno. Siento que no valgo para nada. Me veo débil. Para enfrentarme a la gente.
A las palabras.
A las miradas.
Siento que por cada insulto se me achica el corazón. Y ya casi no tengo. Siento que las apariencias enganñan, y que nadie es tu amigo en realidad. Que estas solo en la vida. Que todo el mundo va a lo que va. Que nadie te quiere ayudar. Siento que las personas sonrien por obligación. Que no es un mundo feliz. No me veo en un mundo feliz. Me veo triste. Me veo decepcionada, conmigo y con toda esa gente que solía llamar amigo.

Esa gente que en un momento de tu vida te da la espalda porque tiene otra cosa mejor que hacer, o otra persona mejor que le puede conseguir cosas, que tu no puedes. Esa gente que te sonreía y ya ni te mira. Gente que parece preocuparse por ti y no le importas. Gente que te tiene para contarte sus problemas. Gente que te usa de marioneta, y tu haces de maniqui. Gente que te hace sentir que te vas a caer a un precipicio.

Sola.

Y que sola te vas a quedar allí.

Me rio.

Un aplauso por esa gente tan hipócrita que te hace sentir doble, dos emociones a la vez que llegan a chocarse y provocar la peor sensación del mundo.

Fin flashback.

Me encuentro llorando en el suelo. Pequeñas lagrimas resbalando por mi mejilla.

Quiero parar. Parar el tiempo y volver al minuto uno. Volver hacer todo y evitar equivocarme. No ser lo que soy ahora. Poder llorar sin sentirme culpable. Poder pensar sin tener que recordar.

Vivir aprendida sin tener que morir arepentida.

Vivir para morir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora