Veintiséis

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La pesadilla jamás terminó, el lindo chico no volvió a abrir esos hermosos ojos que tanto le gustaban, sus labios ya no eran rosados y su piel estaba tan blanca como el hielo y estaba igual de fría.

Sunghoon no podía controlar su llanto, no viéndolo en esa caja, aunque se veía tan tranquilo que sintió unas ganas enormes de meterse con él y cerrar la caja para que nadie pudiera molestarlos nunca más.

Estaba tan inmerso en su mundo que ni siquiera prestaba atención a lo que las personas a su alrededor le decían, amenos que se tratara de Sunoo, solo así tenían su atención.

Ademas su madre no ayudaba, ella jamás acepto que él amara a Sunoo, cuando se escapo y se quedo en casa del mas chico, su discusión fue por que ella se dio cuenta de que su hijo estaba perdidamente enamorado del chico que llevo a su casa a ver una película y al que le horneo galletas.

La madre de Sunoo le entrego un sobre de carta que decía "Para Sunghoon", empezó a llorar de nuevo, no podía creerlo, no podía creer que el lindo chico no volvería a sonreírle, que jamás lo llamaría de nuevo con ese lindo apodo que le puso, que él no volvería a llamarlo Honnie.

Que no tendrían mas discusiones sobre por que el mejor sabor de helado era el de menta con chocolate, no podría tenerlo acurrucado en su pecho otra vez, no podría quitarle el café que tanto le decía que no tomara, ya no podría volver a calmar su miedo por las noches.

El tiempo que estuvieron juntos fue el mejor, no sabía por qué, pero Sunoo era lo mejor que le había pasado hasta ahora y ya no lo tenía.

Lo que sí sabía era que aquel chico era el dueño de su corazón desde que lo vió por primera vez.

La "madre" del pelinegro se encontraba mirando al chico en la caja y no pudo evitar sentir tristeza por él y al mismo tiempo arrepentimiento por no ser la madre que necesitaba, pero ahora ya no había nada que hacer.

Una lagrima amarga resbaló por su mejilla, sintiendo un pequeño vacío en su pecho, ella jamás lo reconoció como su hijo como tal por que nunca tuvo el tiempo de convivir con él.

Siempre estuvo trabajando, sin darse cuenta de lo que dejaba del lado, a ese pequeño bebé que necesitaba de ella y no estuvo para él.

En su familia a la que mas le dolió fue a su hermana, perdió a su pequeño hermano, al que hasta ahora siempre había protegido y apoyado en todo.

Siempre le dolió ver como su madre siempre lo hacia a un lado o simplemente se olvidaba de él, por eso ella había intentado darle el amor que su madre no podía darle, aun así no fue suficiente, ella lo intento y al menos eso la hacía sentir mejor pero aun así sentía que en parte era culpa suya.

Mientras tanto, Sunoo observaba todo, podía verse recostado en esa caja de madera, pudo ver como su hermana lloraba por él, se sintió muy mal por ella, quería hacerle saber que no fue su culpa, le escribió una carta a Honnie y a su hermana.

Cuando las leyeran esperaba que así pudieran quitarse un poco del peso que sentían.

No pudo evitar llorar al ver a Sunghoon, quién también lloraba con el sobre de su carta en las manos.

Fue testigo de como lo sepultaron, de como las personas se iban una por una, todos, todos excepto Sunghoon, quién se quedo al final después de que todos lo demás se fueran quedando así solo ellos dos en el lugar, solo que Sunghoon no podía verlo más.

Fragmentos: Notes Of An Angel <<Sunsun>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora