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Narra Luz

Una bruja. La persona que estaba sentada enfrente de mí era un bruja. Solo había que ver sus orejas terminadas en punta para saberlo. Por todo lo demás, era como una humana normal. Tenía el pelo de color verde pero se notaba que no era su color natural ya que las raíces de su pelo eran de color marrón avellana. Sería más o menos de mi edad y era un poco más baja que yo.

Levantó la vista para mirarme y me quedé mirando sus ojos. Eran de color completamente dorado y parecía brillar con la luz de luna. Eran los ojos más bonitos que había visto en mi vida.

-¿Quién eres tú y que le estabas haciendo a mi lobo?- Pregunté con cierta autoridad ganándome una mirada incrédula de su parte.- He oído como ha aullado y tu grito, espero que no le hayas hecho nada porque sino...

-Relájate humana.- Me respondió la bruja levantándose del suelo.- Tu lobo estaba herido cuando lo he encontrado.- King se restregó contra su pierna, cosa que me sorprendió. No era muy cariñoso con los extraños.- He venido en cuanto he oído el aullido y lo he curado.

Ella lo había curado a pesar de que ese lobo podría matarla en cualquier momento. Miré hacia la pata de King pero no vi ninguna herido ni ninguna venda pero sí que vi algunos botes tirados al lado de la bolsa de la bruja. Lo había curado con magia.

-¿Lo... lo has... curado con magia?- Pregunté con interés y ella se cruzó de brazos.

-Pues claro, es lo que hacemos las brujas.- Respondió ella con obviedad.

-Que amable.- Dije rodando los ojos.- ¿Se puede saber qué hace una bruja en el bosque de frontera? Está prohibido llegar hasta aquí.

-Te podría hacer la misma pregunta.- Me respondió en tono de burla.- Por lo que tengo entendido, vosotros tampoco tenéis permitido adentraros sin permiso real.

-Digamos que tengo permiso para entrar aquí cuando quiera.- Le dije rascándome la nuca.

-Claro, como eres una guardia real.- La miré desconcertada.- Tu ropa, no hay que se muy lista para saberlo.- Señaló mis ropas con la cabeza.

-Sí bueno, es cierto.- Le dije y nos quedamos ambas en silencio. La oí suspirar y girarse a coger sus cosas con intención de irse.- Creo que tengo que darte las gracias por curar de King.- Señalé a mi lobo.

-No tienes que darlas.- Vi como me dio una tímida sonrisa y como se sonrojaba levemente.- No podía dejar a esta cosita así.- Se arrodilló ante King y este se tumbó para que le hiciera caricias.

La bruja comenzó a acariciarlo con cariño mientras que el animal disfrutaba de sus caricias. Me sorprendió gratamente verla en esa situación. Eso confirmaba que no todas las brujas eran malas, una chica que salva a un animal que podría matarla no podía ser mala. Si lo hubiera sido me habría atacado ya pero ella no hizo nada y estaba segura de que posiblemente me derrotaría en minuto uno.

-En verdad he venido a despejarme un poco.- Suspiró respondió a mi pregunta anterior.- Las cosas en mi casa están un poco tensas.

-Te comprendo.- Le dije sentándome a su lado pero manteniendo la distancia.- La presión de los padres supongo.

-Y lo que esperan que seas.- Se hecho un poco para atrás.- Mi madre quiere que deje mis entrenamientos para que me centre en otras cosas.- Me sorprendí ante nuestra similitud.- Perdón, no tendría que estar contando estas cosas, seguro que no te...

-¡Me pasa lo mismo!- Casi grité por encontrar a alguien que me entendía.- Tienes que hacer esto o lo otro, es lo que se espera de ti y bla bla bla.- Me reí al ver como ella lo hacía leventemente también.

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