- 10 -

786 56 11
                                    

Narra Amity

Me senté en la cama con rapidez llevándome la mano al pecho. Respiraba entrecortadamente y sentía como si las sábanas me atrapasen. Me levanté rápidamente de la cama intentado normalizar mi respiración. Había sido la peor pesadilla que había tenido en mi vida.

Desde que Luz se había ido a ese viaje, no paraba de tener malos sueños por las noches. Me daba pavor que se hubiera ido a esa misión. Si bien, confiaba en ella, me daba mucho miedo que, si Belos estaba detrás de aquello, le hiciera algo. Desde que se hablado ido, hacía siete días, estaba esperando esa carta que decía que me llegaría. Cada día que pasaba y no llegaba me ponía más nerviosa.

Sin embargo, Willow me había asegurado que se tardaban un par de día en llegar a su destino y que seguramente por eso no me había escrito. Willow y yo nos habíamos visto por primera vez dos días después de la partida de Luz. Al principio, habíamos estado un poco incómodas pero habíamos conectado muy rápido y nos llevábamos muy bien. Alguna vez, me había colado en el palacio y habíamos pasado la mañana el invernadero cuando no queríamos quedar por las noches.

Me pasé por los hombros una bata fina para salir al balcón pues a esa hora hacía un poco de frío. El aire frío me recorrió el cuerpo cuando salí al exterior. Me apoyé en la baranda y miré hacia el bosque mordiéndome el labio.

-Por favor, que esté bien.- Susurré para mí colocándome mejor el bata.

De pronto, vi como una forma que no logré identificar se acercaba a toda velocidad hacia mí. Me asusté un poco pensado que podía ser un ataque pero, cuando fui consciente de lo que era, me relajé. Un pequeño búho, con algo entre sus patas, se posó en la baranda.

-¿Qué haces tú aquí pequeñín?- Pregunté acariciando un poco su cabeza.

El búho dejó escapar un sonido de alegría antes de volar para posarse en mi hombro, dejando un sobre en la baranda. Me temblaron las manos al ver mi nombre escrito en él con la caligrafía de Luz. Lo cogí con las manos temblando y lo abrí con mucho cuidado. La letra de Luz, me hizo sonreír como la boba enamorada que era.

Hola Amy,

Sé que seguramente estarás preocupada porque no te he escrito antes pero no he podido mi amor. En el camino, no he podido escribirte con tranquilidad sin que nadie se percatara pero a partir de ahora, te voy a escribir mucho.

El pequeño que te ha llevado la carta es Olwbert, el taliamigo de Eda. Me ha hecho el favor de dejarlo acompañarme para poder llevarte cartas sin que nadie sospeche. Espero que no se haya perdido y te haya encontrado.

Todo por aquí está tranquilo de momento cariño, no te preocupes. La gente está preocupada por los ataques pero estamos intentado calmarlos. Mañana vamos a comenzar con las investigaciones y me van a llevar a ver las inscripciones, en cuanto sepa algo de ellas te escribo. Algunos pueblos están destruidos Amy, estoy preocupada.

Te echo de menos mi amor y nada me gustaría más que estar reunida contigo ahora mismo. ¿Te has encontrado con Willow? ¿Estás bien? ¿Ha pasado algo con tu madre? Mira que si ha pasado algo, me vuelvo para casa. Voy a volver tan pronto como pueda Amy, te lo prometo. King también te echa de menos y Gus no para de preguntarme cosas de ti.

Te quiero más que a nada Amy,

Luz

-Si es que es más bonita.- Dije abrazando la carta contra mi pecho.- Yo también te echo de menos mi amor.

Entré deprisa a mi habitación con una sonrisa en la cara. Olwbert saltó de mi hombro para apoyarse sobre una de mis estanterías. Me senté en el escritorio sacando papel y lápiz para comenzar a escribir. Mientras que escribía, noté algo mi regazo, Ghost. Cuando mi madre destruyó mi bastón, la gatito no desapareció del castillo sino que había aparecido en mi cuarto días después. No había vuelto a intentar materializar mi bastón pero me agradaba su compañía.

Dos MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora