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Narra Luz

-¿Qué es eso de que te vas de expedición?- Preguntó enfadada mi madre entrando a la habitación en la que estaba reunida con algunas personas de mi equipo.

Rodé los ojos cuando la vi entrar. Mi madre no estaba enterada de mis planes de ir al norte hasta ese momento. Sabía que si se lo decía, lo más posible era que no me dejara ir. Pero esa vez, no estaba dispuesta a dejar a mi gente sola en esa situación. Me iba a arriesgar a ir aunque fuera muy peligroso. Me daba igual lo que me dijera mi madre. No iba a permitir que gente inocente siguiera sufriendo.

-Podéis retiraros.- Les dije dando un suspiro.- Gus termina de organizar esto, salimos mañana al amanecer.- Gus asintió cogiendo un par de papeles.

Mi equipo salió no sin antes hacerle una reverencia a mi madre. Cuando nos quedamos solas, el silencio inundó la sala. La miraba de la manera más seria que nunca la había mirado. No me importaba lo que me dijera, iba a hacer todo lo posible para proteger a mi pueblo e incluso a Amity si su madre seguí con intención de sus negocios con Belos.

-No vas a ir.- Dijo mi madre tajante tras unos minutos en silencio.

-Voy a ir te guste o no.- Hablé firme cruzándome de brazos.

-Luz, he dicho que no vas y es que no vas.- Dijo mi madre claramente enfadada.- No voy a permitir que te metas directamente a la boca del lobo. Es demasiado peligroso Luz. Si te pasa algo, Lucan se quedará sin quien la gobierne.- Se acercó a mí.- No quiero que te pase nada hija, si te pasa algo...

-Mamá, no voy a permitir que nadie más salga herido.- Dije sin que me temblara la voz.- A mis guardias los están atacando sin piedad y no sabemos de dónde vienen esos ataques. No sabemos si dentro de poco serán peor pero no me voy a arriesgar a averiguarlo. Voy a descubrir quién o qué está detrás de todo esto.

-Pero...- Intentó volver a contradecirme pero no la dejé.

-Mamá, no.- La corté con un suspiro y le cogí las manos.- Sé que no quieres que vaya porque te da miedo que me pase algo. No por el reino sino porque no quieres perderme y lo entiendo. No quieres que me pase como a papá.- Bajó la cabeza.- Pero tengo que ir antes de que esto sea peor. No me puedo quedar aquí encerrada, protegida de todo, mientras que nuestra gente sufre. Los pueblos del norte tienen miedo a lo que pueda estar pasando y necesitan sentirse seguros. Esa magia no es normal y no voy a permitir que acechen a mi reino o le haga daño a mi gente.

Mi madre no dijo nada ante mis palabras. Me acarició las manos y levantó la cabeza dejándome ver como las lágrimas corrían por sus mejillas. Soltó una de mis manos y acarició mi mejilla con ternura.

-Siempre has sido como tu padre.- Dijo mirándome con cariño.- Mi valiente Luz.- Vi como sus ojos estaban cargados de amor pero también de miedo.

-Mamá.- Apreté con más fuerza su mano.

-Sé que discutir contigo ahora es inútil.- Una lágrima volvió a caer.- Me encantaría poder convencerte de que te quedes aquí, de que Gus es capaz de hacer esto solo pero sé que es inútil. Es tu decisión mi amor.- Se limpió la mejilla con la manga de su vestido.- Siempre has sido más valiente de lo que he sido yo en mi vida, cariño. Vas a unareina maravillosa cuando llegue el momento.

-Te quiero mucho mamá.- Sonreí entre lágrimas abrazándome con fuerza a ella.

-Yo también mi cielo.- Acarició mi espalda.- Descubre que está pasando pero vuelve. Tienes un familia y unos amigos que te esperan. Y ella también.- Dijo y yo abrí los ojos sorprendida.

-¿Cómo lo sabes?- Pregunté entre la vergüenza y el miedo de que hubiera descubierto a Amy.

-Una madre sabe cuando su hija está enamorada.- Sonrió haciendo que me pusiera roja.- Has estado más feliz que en toda tu vida hija pero lo hablaremos cuando estés preparada para ello.

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