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—BUENAS BUENAAAAS— se oyó el chillido de Kay desde el comedor de la casa y no pude evitar reír

—Hay que levantarse, princesa— suspiré mientras me sentaba en la cama y palmeaba la espalda de Luke, quien estaba durmiendo boca abajo.

—Cinco minutos más— lloriqueó y empalmó su cara contra la almohada

—Te quedarás sin oxígeno, no hagas eso— contesté con un bostezo en medio 

—Quizás muera y ya está.

—Hey— miré su cuerpo y luego lo empujé —¿Qué anda mal?

—No lo se— suspiró y se colocó mirando al techo —A veces tengo esas oleadas de... No se, como si fuera más fácil si no existiera.

—Ow, cariño...— lo observé unos segundos y luego lo peiné un poco con mis dedos —Sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites— me acerqué y besé su frente

—Lo sé— asintió levemente 

—¿Quieres que prepare el desayuno y lo traiga?

—Si quieres hacerlo...

—Bien, en un rato vuelvo— besé sus labios rápidamente y él dibujó una sonrisa en su rostro —Te quiero, princesa

—Y yo a ti— me guiñó el ojo y salí rápidamente de la habitación, yendo hacia la cocina.

—Buenas, Emma— Kay saludó animadamente

—Buenos días Kaykay— sonreí —Ash— lo saludé con la cabeza

—Que onda— contestó con la boca llena de comida y reí ante el acto asqueroso 

—Luke está un poco... triste— contesté y giré mi cuerpo completamente hacia Ashton, en busca de respuestas

—¿Por qué?— hizo una mueca confusa, lo que me hizo entender que no obtendría respuesta de su parte

—No lo se, simplemente despertó así— soné un poco mi espalda 

—¡Mujer! ¿Cómo haces eso? ¡No lo hagas!— Kay me tomó de los hombros 

—Oh, tranquila, siempre lo hice— reí 

Terminé de preparar el desayuno para ambos y volví al cuarto, para encontrar un inquieto Luke boca arriba, casi analizando el techo mientras su piecito de movía de un lado hacia el otro repetidas veces

—¿Muy ocupada la cabeza?

—Bastante— asintió —¿Qué quieres hacer hoy?— me miró —Gracias— agradeció cuando le alcancé su taza 

—No lo se... ¿Tenías algo pensado?

—¿Quieres ir al parque de diversiones?— quedó quieto esperando mi respuesta

—Claro— sonreí —Espero te dejen caminar por allí

—A mi si, no soy Harry.

—¡Te oí!— chilló el británico desde la habitación consiguiente, haciéndonos reír a ambos.

—¿Entonces parque de diversiones?

—Claro— sonreí mientras asentía con la cabeza —Cualquier cosa para que te despejes y se te vaya esa carita de preocupación— posé una mano sobre su mejilla y él contestó con una hermosa sonrisa, mostrando su paletilla manchada de calcio.

Son pequeños detalles como ese, los que lo hacen aún más lindo de lo que es.

—Terminamos el desayuno y pasaremos todo el día allí— besó mi frente y yo asentí.

F•ʀ•ɪ•ᴇ•ɴ•ᴅ•s || 5SOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora