ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ᴍᴇ ᴀᴄᴇʀᴄᴏ ᴀ ᴛɪ/ᴛʀᴜᴇɴᴏ✨

Cap 38. ⚡

Michel

—Mi-ch p-por qu-e me di-dices esto ahora…— el morcho tartamudeo

Por qué quiero alejarme de vos…

Hace días estaba pensando, en que si el no gustaba de mi, no podía obligarlo y bueno crei que todo sería diferente, pero eso ya no es importante, tal vez Mateo me enseñó a qué puede aver alguien bueno para mí, pero no era el.

"Entendí que problema acá soy yo"

Mateo me enseñó que si existe el "amor" de polos opuestos, y que puede surgir hasta de las personas tan dañadas como yo, el no sabe nada pero se que el me ayudó un poco a despejarme de la realidad.

"Será que hay algo mal en mi"

Era mi escape de mis problemas, era mejor pensar en el morocho que pensar en mi "padre".

"Que estoy llena de complejos"

—Solo…— suspire —Queria que los supieras.—

"Serán días años de mala suerte"

Me separé completamente de el, y le di una leve sonrisa.

—Esto se siente como una despedida.— murmuró sin despegar sus ojos de los míos

Lo es, solo que en ese momento no lo sabíamos…

—No lo es…— le sonreí

El se acercó un poco más a me acaricio lentamente la mejilla, al sentir su tacto cerré mis ojos.

—Yo también de quiero y mucho Michel, no sabes cuánto y estoy tan agradecido con vos, por dejarme formar parte en tu vida, y no sacarme a patadas…— tomo aire —Y… Michel vos también me……— el sonido de mi celular lo interrumpió

"Yo pensaba que si uno era bueno, las cosas buenas llegaban, pero papi solo fui una niña ilusa"

Me quedé viendo a los ojos, esperando que su oración fuera: Michel vos también me gustas…

Pero claramente eso no iba a pasar si el tenía novia.

"Mi corazón se siente viejo, está cansado de estar desilusionado,… las personas son confusas"

—¿No vas a contestar?…— pregunto después de unos minutos donde yo solo me quedé viendolo fijo con la esperanza de que me amara tanto como yo a él

—A-ah, ehhh s-si.— tartamude tratando de sacar esos pensamientos de mi

Saque mi celular de mi pantalón y trague en seco al ver el nombre de quién me llamaba.

Héctor…

—H-ho-la?…— tartamude con miedo viendo al morocho quien me veía raro

—¿Dónde estás pendeja?— hablo con notable enojo

—E-eh pues e-en el colegio…— me aleje unos metros de Mateo por si escuchaba algo

—¡¿Así, y por qué mierda te veo en la sotea de el colegio con un pibe?!…— pregunto —¡Vos sos imbécil verdad, estás idiota Michel Hernandez!.—

—Pa-pa…— murmuró con los ojos agudos

Sabía lo que se venía y era mi culpa por no tener precaución, en la primera hora me habló igual y dijo que vendría por mi antes solo una hora antes…