Capitulo 6

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La semana transcurrió tranquila y al llegar el sábado le di una sorpresa a Emmanuel...

- Emm ? - lo llamé desde mi cuarto

- si? - respondió asomándose por la entrada de mi cuarto

- podrías acompañarme a comprar una cosa, por favor ?

- yo? Para que ? A comprar que? Es muy lejos ?

- bañate y vamos, quiero tu opinión profesional - dije a lo que el rió

- esta bien.

También yo me bañe y al secar mi pelo y vestirme, tomé el dinero que había guardado desde el lunes para salir con Emmanuel.

- listo ?

- si - contestó

- mama! Voy a coger la camioneta! Saldré con Emmanuel !

No esperé respuesta y salí batiendo las llaves en mi dedo índice. Nos subimos y Emm habló de nuevo...

- a donde vamos?

- a una tienda

- y debemos ir en auto ?

- es lejos, bueno, masomenos, no te da pereza caminar?

- si, vamos - dijo apretando el claxon del carro

Yo reí y arranqué, el iba concentrado en su cubo de rubik y aproveché para aparcar detrás de playland. Él ni lo notó así que le dije sonriendo

- a que tienda te parece que debemos entrar primero ?

Él pasó su atención a la ventanilla y abrió ojos y boca sorprendido

- Klara! Estamos en playland!

- si, era una sorpresa - dije riendo y guiñando el ojo - mamá no querría que comieras grandes cantidades de dulce

- si ... - dijo él cabizbajo

- pero ... - dije obteniendo su atención nuevamente - yo no soy mamá, así que no tiene por que enterarse - dije poniendo mi índice en mis labios como quien guarda un secreto - lo prometes ?

- siii! - asintió euforicamente poniéndose la mano en el área del corazón

- vamos entonces

Bajó corriendo del carro y halandome de la mano me llevó a las ventanillas donde compramos las entradas y 2 pases ilimitados.

No exagero cuando digo que no faltó un solo juego por montar, no quedó una sola maquina de dulces sin probar, no quedó un solo centímetro del lugar en donde no hubiera reído Emmanuel, parecía que el algodón de azúcar le daba el doble de energía para seguir jugando y a cada juego, yo subi con él, reí con él, grité con él, comí con el.

Cuando su batería casi inagotable empezaba a acabarse, lo llevé hasta la taquilla de premios y fotos, compramos mas dulces y un par de juegos manuales con los tiquetes recogidos.

Demasiado cansado y con un algodón azul de azúcar, se quedó dormido en el asiento trasero. Me bajé con él en brazos y lo dejé en su cama, dejé el algodón de azúcar sobre su mesita junto con todas las cosas que obtuvimos hoy ( 1 yoyo, un osito con camisa que decía yolo, un espiral, un rompecabezas, un collar de flores, una corona de plástico, las fotos que nos tomaron en los juegos y un par de pulseras que brillan en la oscuridad), le di un beso en la frente y me dirigí a mi cuarto. Entrando una voz femenina me habló

- donde estaban ?

- te importa, mamá?

- estaba preocupada

Relato de un ave sin cancionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora