Capitulo 16

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Aunque decidí no darle importancia al hecho de que Jann fuera todo un hijo de p... Su madre conmigo, no dejaba de dolerme su manera de afrontar las cosas. Sentía que lo odiaba y que quería hacer un caldo con sus ojos, pero también sentía como si mi pecho tuviese clavada una daga encantada con los mejores recuerdos atormentando mi pobre y confundida mente. Suspire mientras esperaba que la mujer que me atendió imprimiera la copia de la foto del vestido para hacer mi mascara alusiva al pedazo de tela que compré el viernes pasado. Apenas era martes y ya sentía que se me acababa el tiempo de estudiar.

- ¿señorita, le parece bien que pongamos azul, lila y amarillo pálido en su máscara?

- si, si. - respondí con aire distraído.

- bien. ¿desea añadir algún elemento adicional? ¿Plumas, pedrería, lentejuelas, encajes...?

- eh.. Quizá. Mire, no se un trasero de mascaras así que sólo encarguese de que combine con el vestido, de verdad, lamento no poder decirle con exactitud que es lo que quiero pero es la primera fiesta de máscaras a la que voy.

La rubia me miró con cara de "por que acepté este trabajo" y me sonrió amablemente. - tranquila, estará para el jueves en la noche, ¿está bien?

- claro.

Después de que hicieran el molde de mi mascara con un pegote extremadamente asqueroso en mi cara, salí para encontrarme con Elena que estaba tomando una malteada de frutos amarillos (maracuya, mandarina, arazá, banano y mango)

- no quiero enterarme de como sabe esa cosa que estas metiendo en tu boca.

- es solo jugo, no es un pe...

- ya se que es solo un puto jugo, es solo que la mezcla de esas frutas nunca me ha convencido.

Elena rodó los ojos y dio otro sorbo a su asquerosa mezcla.

- dije que las enviaran a tu casa, ¿esta bien?

- claro, no hay problema. ¿por que no a la tuya?

- bueno, no quiero ver la cara de mi madre cuando vea que gaste casi trescientos dólares en esas máscaras.

Elena casi escupe el batido - ¡¿que cosa?!

- lo que oíste.

- ¡pero, creí que yo había pagado la mía!

Rodé los ojos. - hice la transferencia a la cuenta de tu madre, no la pagaste, aun tienes el dinero.

- oh por dios. ¿cuanto dijiste que habías gastado?

- doscientos noventaidos dolares, en realidad.

Elena soltó un silbido de admiración. - ¿oyes eso Danielle? Vamos a destronarte.

- no lo dudo. - respondí sonriendo.

- esa bruja va a quedar opacada. - Elena aseguró radiante.

- si. - solté un suspiro mientras recordaba quien iba a ser la pareja del baile de Danielle.

- oye, ¿que sucede?

- nada. Vamos.

- Klara, no me voy a mover de aquí hasta que me digas que estas bien.

- estoy bien.

Elena torció el gesto en actitud reprobatoria. - no vale decir mentiras.

- nada, es solo que ... - titubee

- ¿es solo que...? - presionó.

Abrí la puerta del auto mientras Elena rodeaba a Marilyn y se subía. Suspire pesadamente y en el asiento del conductor. - Jann irá al baile con Danielle. - apreté los puños alrededor del volante al sentir el nudo en mi garganta y las lágrimas tras mis ojos. - va a ir con ella, Elena.

Relato de un ave sin cancionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora