Sus dedos, seguían lastimandome. Escuchar sus gemidos mientras lo hacía, me lastimaba mucho más. Era tan, pero tan asqueroso...
Aparcó el auto bruscamente, y ni siquiera me giré a ver que hacía.
Algo dentro de mi, sabía exactamente lo que iba a suceder a partir de allí.
--- Te dejaré elegir...¿Una mamada o me pajeas?- seguí mirando por la ventanilla del auto. Estaba lloviendo y era mejor ver como se formaba el lodo a escuchar sus atrocidades-. ¡Mírame! - lo ignoré y en represalia, me agarró del cabello y cerré los ojos.
Apretó mi mandíbula y abrí los ojos.
No podía más con las lágrimas de tristeza y dolor. Todos mis planes estaban arruinados.
Mi vida estaba arruinada.
Ya no era ni la sombra de lo que era esta mañana.
Mis ojos hicieron contacto con los suyos. Los tenía de color verde acua.
Su mirada me asustaba.
Parecía un demonio.
Sus ojos se enfocaron en mis labios y sólo sentí como me besaba. Traté de apartarlo, pero no podía. Era dos o tres veces más que yo. Hablando de su cuerpo.
Por más que me negué a su beso, no pude hacer mucho. Es más su enorme cuerpo cubrió el mío y no sé cómo, pero desató mi cinto de seguridad y quedamos en el asiento trasero del auto.
Sólo cuando su respiración no daba para más, me dejó de besar los labios, pero no dejó mi cuerpo.
Empezó a repartir besos o a chupetear y babear mi cuerpo.
---No, por favor no me violes- se detuvo, y lo vi a los ojos nuevamente.
Traté de apartarme, pero me agarró de ambas piernas y las abrió, colocándose en medio de ellas.
Se quitó la chaqueta y la camisa. Podía tener el cuerpo de un dios, pero eso no me importaba.
Sus labios apresaron los míos nuevamente, pero eran más calmos. No eran agresivos. Intenté girar el rostro, pero lo sostuvo con sus dos manos.
No podía creer que mi primer beso, el que se supone debería ser especial, fuese tan horrible y brusco.
Sus manos, dejaron mi rostro, para desabrochar mi vestido.
Quise impedirlo, pero tomó mis dos manos y las llevó arriba de mi cabeza.
Siguió con la tarea de desvestirme, y una vez se deshizo de mi traje, me dejó de besar.
---Mejor vamos a casa- dijo y respiré por el alivio-. En casa lo haremos- traté de cubrirme, y él volvió a conducir.
Luego de quince minutos o quizás más o menos de viaje, llegamos a una casa estilo cabaña con dos pisos. Totalmente de madera.
Esta no era la mansión del Alfa, es más podría jurar que estábamos muy lejos de los demás.
Me abrió la puerta y me tomó en brazos.
Caminó hasta la casa conmigo en brazos y entendí quizás el por qué.
Estaba lloviendo a cántaros y el lodo podría ensuciar su casa.
Abrió la puerta de madera de cedro, hermosamente tallada y me reveló una casa muy acogedora.
Decorada con colores blancos y cremas.
---Después te la mostraré- besó mi cabello.
No entendía nada. ¿Por qué de repente era tierno? Se supone que me tenía asco.
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Sólo para Mi.©
Manusia SerigalaSilver, era una chica muy tierna y también discriminada por su tono de piel. Como siempre tratando de evitar los problemas, no se mete con nadie, pero todos se meten con ella causándole mucho daño. Rey, era el Alfa de la manada, el chico popular y...