Beldad

capítulo O1

•••China•••
"Hong Kong"

Lin Wang 08 años.

— ¡Lin Wang no te olvides de que hoy pasaré a buscarte ¿de acuerdo?! — gritó su madre desde la cocina, viendo como su único hijo se ponía los zapatos para irse a la escuela.

— Adiós, Mamí — se despidió cruzando la puerta y corriendo en dirección a las escaleras, ya que vivía en un edificio con varios departamentos.

Una vez abajo, observó cómo varios de los niños que iban a su escuela pasaban por allí, recordando le al menor de que tenía que darse prisa si quería llegar a tiempo, pero cuando estaba a punto de marcharse directo a la institución, recordó que había olvidado algo, por lo que, se devolvió sobre sus pasos y camino de vuelta hacia las escaleras, aunque al momento de pisar el primer escalón escucho la voz de una mujer, logrando captar su atención, y haciendo que Wang mirara hacia su dirección.

— No olvides de lo que hablamos ¿de acuerdo? — su tono de voz parecía juguetona, mientras que se mostraba muy sonriente a la vez que miraba de arriba a bajó a la persona dentro del departamento, presencia que Lin no podía visualizar, ya que la puerta se interponía.

El menor -de forma inocente- fue observando con atención a aquella señorita, notando que su cabello estaba mojado, y su ropa se encontraba algo desordenada, como si recién hubiera salido de la ducha. "¿Acaso ella vive aquí?" pensó el pequeño tratando de recordar a alguien como ella pasando por esos lares, pero ningún recuerdo venia a su mente, así que dedujo que tal vez era una visita.

La conversación parecía no importarle a Wang, pero a cabo de unos segundos la mujer se despidió;

— Nos vemos, querido — exclamó acercándose a la otra persona, y dejando al pequeño niño sin saber qué fue lo que hizo.

La mujer se fue y la puerta se cerró detrás de ella, causando que Lin se mordiera los labios de la curiosidad, pero aún así tuvo que ignorarlo y subir a su casa para ir a buscar su lonchera.

. . .

En todo el camino hacia la escuela no pudo olvidar la escena que presenció, intrigado por saber cómo se vería la persona que vivía en el apartamento 7, cuyo lugar se encontraba justo debajo del suyo, lo que hacía las cosas más pulcras para el menor.

— Tal vez en otro momento lo averiguare — se dijo a si mismo, para luego dar saltitos en su camino al salón de clases.