Pasé las páginas hasta llegar al final del cuaderno donde en letras gigantes se podía observar “Propiedad de Enyd”; ¿pero qué? ¿¿¿Esto lo escribió ella??? ¿Había estado justamente en este banco? ¿Por qué lo dejó aquí? ¿Le habrá sucedido algo?
Me colgué la mochila a los hombros y partí en dirección al local de Gwyddyon. Repetía la historia de las zapatillas en mi cabeza. Estaba totalmente seguro.
Mis pensamientos se detuvieron cuando una ráfaga pasó a mi lado. Una cabellera negra golpeó en mis ojos. Giré mi cuerpo y sostuve un brazo delgado y pálido. Deslicé la mochila y la coloqué en la espalda de la chica, que ahora me observaba extrañada. Estiró los dedos índices de sus manos y señaló hacía mí, luego al parque, luego a sí misma y repitió varias veces dichas acciones.
Su ceño se frunció y dejó caer sus brazos –Gracias, supongo- elevó levemente los hombros.
Aproveché la cercanía para detallar su rostro, antes no había notado el lunar debajo de su ojo derecho ni el brillo que lucía su cabello negro corto hasta los hombros. Sus ojos rasgados tenían un color que en pocas ocasiones había visto, eran una mezcla entre marrón y dorados. Su nariz perfilada combinaba perfectamente con sus labios bien formados que llevaban un tinte rosado casi rojo, contrastando con el color de su piel.
-Emm, esto es un poco raro- dijo aquella melódica voz.
-Sí, lo es- Sonreí- ¿Vas al bar?-
- Sí, pero ¿cómo…?-
-Te acompaño- La interrumpí.
Comenzamos a caminar en silencio. Enyd vestía unos jeans negros con un top blanco y una sudadera gigante encima. Su figura delgada resaltaba ante la diferencia de tallas. Sus botas negras sonaban con cada paso que daba.
-¿Me vas a explicar algo? ¿O continuaremos con esta atmósfera rara? Hasta donde sé, podrías ser un acosador. – Solté una pequeña carcajada y ella me miró mal.
-Lo siento, lo siento- inquirí- Te he visto antes en el bar y ya conocía tu nombre gracias a Gwyddyon, por eso cuando lo vi en tu cuaderno supe que la mochila te pertenecía- aclaré.
Enyd se quedó en silencio unos segundos como analizando mis palabras, y al rato asintió creyendo en lo que decía- Un poco acosador si suenas- soltó con un tono neutral.
Si resumimos un poco, la observé y escuché, luego me mantuve buscándola, leí un cuaderno que es de su propiedad, y todo sin conocernos. La chica estaba en lo cierto. – Tal vez un poco- Sonreí.
De nuevo, silencio.
-Entonces…- comencé mi discurso- los humanos tomaron y modificaron lo que no debían, por ahora es todo rosas y margaritas, pero llegará un momento en que los avarum sean castigados. De eso va el cuento de las zapatillas ¿no?-
Me miró perpleja -No solo tienes el descaro de revisar mi cuaderno, sino que también hablas de ello como si nada-
Le sonreí inocentemente -Ups, me has pescado. - Alzó una ceja.
-No tengo por qué responderte- dijo con tono cortante.
Ya casi llegábamos al bar. – Como prefieras. De cualquier forma sé que estoy en lo correcto- dije mientras me adelantaba unos pasos.
Después de otros minutos de silencio pregunté- ¿Por qué dejaste la mochila en el parque?-
-¿Qué te hace pensar que esta vez si voy a contestar?- dijo con un gesto cansado en su rostro y suspiró.
-Vamos Enyd, todavía quedan algunos minutos de recorrido. ¿No crees que es más sencillo responderme que seguir aguantando mi lata?-Miré en su dirección y esperé que me alcanzara para reanudar la caminata. –¿Eh? ¿Eh? ¿Eh?- pregunté seguidamente.
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"SER HUMANO OTRA VEZ"
Science Fiction602 años han pasado desde el Regnavit Planetarum. La humanidad se ha extinguido y ahora son llamados avarum. Deseos, desesperanza, valentía, amor, amistad, deber, guerra, muertes, y mucho más tocarán muy de cerca a Kalen: un amante de la raza humana...