Capítulo 10

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Enyd y yo intercambiamos miradas extrañadas para luego observar como Saoirse levantaba una ceja dándole un aspecto de frustración.

-¿Hasta cuándo van a seguir mirándome así? ¿Piensan seguir callados?  porque esto se está tornando aburrido. –suspiró.

- ¿De dónde conoces a Gwyddyon? - interrogué yo.

-Uds. no respondieron a mi pregunta, ¿por qué lo haría yo? -

Mi cerebro buscaba una forma ingeniosa de hacerla hablar cuando Enyd se lanzó sobre ella y la sostuvo con fuerza por el cuello de su blusa, cabe resaltar que sorprendentemente no llevaba escote.

- ¡¿Qué carajos tienes que ver tú con mi padre?!- le ladró con una expresión dura en su rostro.

-Ven, esto sí es divertido. – dijo con voz burlona.

-Mira, si no quieres quedarte sin…- El insulto que estaba por lanzarle Enyd quedó en el aire.

Los dos giramos la cabeza hacia todas direcciones intentando localizar a Saoirse. ¡¡¡Había desaparecido!!! En un segundo Enyd la sostenía fuertemente, y al siguiente ni rastros de ella.

- ¡¿Pero qué diablos?!- soltó mi compañera.

Mi mente divagaba en las habilidades de todas las razas, pero no, ninguna se teletransportaba o se hacía se invisible, al menos que se conociera. Antes de que pudiera seguir pensando en teorías sobre lo que había sucedido Saoirse apareció, nuevamente de la nada, apoyada sobre la puerta del baño.

-Pff, deberían ver sus caras. - soltó una carcajada- La verdad, me decepciona que seas la hija de Gwyddyon, el me descubrió a los 10 minutos de hablar conmigo. – movió la cabeza de un lado al otro negando- Pero bueno, la experiencia de él es mucho mayor a la que puedan tener Uds. así que es entendible hasta cierto punto. Además, de no haber sido así me hubiera perdido sus caras perplejas cuando dejaron de verme. -

- “Cuando dejamos de verte”,- repetí- entonces sí estabas aquí-

- Ding ding ding, respuesta correcta. No sería capaz de irme, desde la primera vez que los vi mi instinto me dijo que me espera mucha diversión a su lado y según sigo descubriendo cosas, ese sentimiento se acentúa- en su rostro se extendió una sonrisa malvada. –

- ¡¿Que sí estabas aquí?! No estarás insinuando que tienes superpoderes y te vuelves invisible o algo así, ¿no?  - expresó Enyd sarcásticamente.

- Pa Paah, - imito el sonido de una corneta de las que se utilizan para animar a tu equipo favorito de veloxball, o en este caso para molestar al contrincante- respuesta incorrecta. No crees que en la Galaxia donde vivimos es un poco estúpido hablar de tener superpoderes, es decir, ¿¿¿qué clasifica para ti como superpoder??? Antes del regnavit planetarum Uds., los antiguos humanos, consideraban a las, ahora comunes, cualidades de otras razas como poderes sobrenaturales. – Enyd bufó, viendo que la conversación se desviaba de lo que le interesaba. Saoirse le sonrió- Ya ya, antes de que sus cerebros exploten se los muestro, que me gusta reírme de los demás, pero no hasta el punto que se vuelven patéticos. -

Ante sus últimas palabras Enyd explotó- ¡Tú!, sonrisitas, creo que estás tentando mucho tu suerte – Con cada palabra se iba acercando cada vez más a Saoirse.

- “Sonrisitas”, esta vez te esforzaste más con el apodo. Me gusta. - dijo antes de esfumarse en el aire.

-Joder, que para gustarte tanto lo divertido eres un poco cobarde, ¿no crees?  – bufó Enyd mirando a la nada.

- ¡Buh! - escuché una voz aguda. Dirigí mi vista hacia la izquierda y luego a la derecha. Me giré de espaldas, pero nada. –Eh tontito, ¡por aquí!  - acto seguido sentí una especie de pinchazo en el hombro izquierdo. Mi rostro debió ser un poema, justo ahí, sobre el lunar que tengo desde nacimiento se encontraba un ser diminuto. Lo máximo que podía medir era tres milímetros. – ¡Hola guapo! – dijo de nuevo la voz aguda.

"SER HUMANO OTRA VEZ"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora