Una gota de lluvia. Mechi apretó fuertemente el celular con las manos. Tragó saliva y lo siguiente que hizo fue caminar de un lado para otro sin saber que hacer. Y otra gota más. El tiempo pasaba. Seguramente Jason ya la estaba esperando a las afueras del departamento de Ruggero. Cerró los ojos, ¿le iba a hacer eso después de lo último que había pasado entre los dos? ¡joder! Todo tenía que complicarse justo ahora... por otro lado estaba Jason, le había prometido que se escaparían juntos y ella... lo hacía todo, absolutamente todo por él.
Una gota más. La lluvia empezó a caer de un momento a otro. Su celular le indicó que había recibido otro mensaje y del mismo emisor. Era Jason. Estaba afuera. La esperaba con las mismas ganas que ella había tenido antes de enterarse que Ruggero sentía cosas por ella. Y aunque hubiera querido, ya no tenía otra escapatoria. Huiría con Jason a quién sabe donde... solo para recuperarlo... y que las cosas de alguna manera volviera a ser como antes.
De pronto la puerta.
- ¿Puedo pasar? - preguntó Ruggero, dando pequeños golpesitos a la madera maciza.
Mechi se cubrió el rostro. Se pondría a llorar. Tomó fuerzas y respiró hondo.
- Pasa... - susurró fingiendo estar mejor. Se sentó sobre el borde de la cama. - Creí que dormías.
- No puedo. - sonrió a medias y Ruggero le correspondió la sonrisa.
- ¿Estás bien? - aquella pregunta hizo que el corazón de Mechi se acelerara de un momento a otro. Un segundo fugaz que hizo que el resto de los minutos solo tuviera cabeza para Ruggero.
- Sí... - mintió. Sus ojos lo miraron. Traía puesto unos pantalones sueltos y un jersey de Los Beatles que ceñía su musculatura. Despeinado. Ligeramente adormilado. Le provocaba besarlo una y mil veces. Tumbarlo. Abrazarlo. Acariciarlo. - ¿tú estás bien? - dijo sin saber que más preguntar.
- ¿Yo? - bajó la cabeza. Se había dado cuenta que habían pasado más de dos minutos sin discutir. ¡Estaban hablando como dos humanos normales! - la verdad quería decirte algo... - se acomodó el cabello y relamió sus labios sin dejar de mirarla.
Mechi se puso de pie.
- ¿Qué sucede? - inquirió ella. Ruggero volvió a bajar la cabeza, sonrió ligeramente y colocó de nuevo sus ojos sobre los de ella, intimidándola de alguna manera.
- Sobre lo que pasó hace un momento... -empezó él. Mechi se mordio el labio. Por su mente, pasaban miles de escenas resumidas en segundos sobre cada cosa que había sentido al tenerlo tan cerca y diciéndole que le gustaba. Pero sobre todo ella, que también se lo había dicho.
- Intenso ¿no?
- Mucho... - se acercó a pasos suaves hacia ella. La verdad, es que no habían podido terminar lo que ambos habían comenzado. Después de admitir ciertas cosas, Ruggero había recibido una llamada importante de Robert... y no había podido terminar aquella conversación con Mechi
Necesitaba explicaciones. Y las quería ahora. Justo ahí.
- Yo no quería...
- Yo sí... - dio un paso más. Acariciando con la mirada cada centímetro de su cuerpo. Mechi podía notarlo. Sintió que el calor se apoderaba de ella. Pero lo deseaba. Deseaba que la mirara. Que la comiera con sus propios ojos.
- Es que...
- ¿Qué? - un pasó más. El último. Estaban cerca como antes.
- Está mal...
- ¿Por qué?
- Yo...
- ¿Tú? - Ruggero acarició lentamente los brazos esnudos de Mechi. Tocó su piel de arriba hacia abajo.
- Eres cruel. - se quejó ella. Aquello estaba haciendo que su piel se erice por completo.
- Me gustas.
- Y tú a mí. - volvió a decirle ella. De pronto el tiempo había dejado de existir. El mundo y las cosas materiales que la rodeaban habían dejado de tener sentido y valor en su propio universo. Era ella. Ella y Ruggero. Y él, que la tocaba. Y él, que la estaba besando justo ahora. Y él, que se había convertido en su universo por unos minutos. Cada cosa que le hacía, podía sentirla multiplicada por mil dentro de sí. La estaba envolviendo en el más exquisito deseo.
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''24 HORAS'' Novela Ruggechi
RomanceA Ruggero Pasquarelli le han encargado el caso de Mercedes Lambre y la misteriosa desaparición de los miembros de su familia cada 24 horas. Deberá protegerla hasta que esta sea mayor de edad y pueda defenderse por sí sola, mientras tanto... ¿será ca...