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Lena POV 

Luego de otra de las grandes locuras sin sentido de mi hermano sabía que la vida en Metrópolis sería aún más difícil para mí y para la existencia de la compañía, lamentablemente Lex y yo cargábamos el mismo apellido y eso me perjudicaba a mí y a mis ingresos, pero aún sabiendo que me sería más difícil no estaba preparada para lo que venía, la gente ya estaba cansada de los arrebatos de Lex y todo lo que estos causaban y como siempre yo había resultado ser daño colateral, hace meses no puedo asomarme en un lugar publico y ni hablar de como la prensa y los titulares me devoran si asisto a algún evento, la compañía iba en picada y como nunca, no tenía ni idea de que hacer, en un principio pensé que lo olvidarían en un par de semanas como siempre, pero no sucedió y llevo meses haciendo malabares para sostener la compañía y a mi misma, pero nada parecía funcionar, no comía bien, dormía poco y lo poco que dormía, no sentía que descansaba, mi cabeza dolía constantemente y mi cuerpo estaba más que cansado.

Y así fue como terminé aquí, en el sofá de la casa que alquile en Los Ángeles, estaba revisando unos documentos de la empresa cuando mi estomago comenzó a hacer ruidos y recordé que no había comido nada en todo el día, pensé en pedir algo, pero no he salido en dos días y no me haría mal un poco de aire y sol, así que tomé mis llaves y decidí ir a comprar sushi, el local no estaba muy lejos así que preferí caminar en vez de conducir. Al llegar mi cabeza comenzó a doler, no le di más importancia y pedí lo que quería, me dijeron que estaría listo en en unos 15 minutos y decidí esperar ahí para no tener que ir a la casa y volver, salí del local, me senté en una de las mesas que había fuera y apoyé mi cabeza en mis manos, el dolor era casi insoportable, llevaba así semanas y no dejaba de pasar.

-¿estás bien?- preguntó una mujer a mi lado, alcé un poco la vista para encontrarme con una castaña mirándome fijamente

-si, gracias- fue mi respuesta 

-¿segura?- preguntó, parecía no tener otra intención que ayudarme pero no está en mí recibir ayuda, mucho menos de desconocidos

-Lena Luthor- escuché al chico del mostrador llamarme y me puse de pies, pero en dolor de cabeza se volvió punzante y aun más fuerte que antes, me apoyé en la mesa cuando sentí que iba a caer y sentí dos brazos en uno de los míos, me solté lo más rápido posible y la mujer se asustó un poco 

-no pareces estar muy bien ¿te duele algo?- 

 -solo un poco la cabeza, pero se va a pasar-

-¿hace cuanto tiempo te duele?- 

-hace un par de meses, pero se pasa luego de un rato-

-deberías ir a verte, mi nombre es Amelia, soy doctora, tal vez pueda ayudarte con eso -

-no se preocupe, de verdad- el dolor comenzó a pasar y pude mantenerme en pie sin ayuda cuando el chico volvió a decir mi nombre 

-Lena Luthor- dijo y yo me dirigí a recibir mi pedido, cuando salí la mujer seguía ahí 

-perdón la insistencia pero realmente ceo que deberías chequear esos dolores de cabeza- sacó algo de su bolso- esta es mi tarjeta, puedes llamarme y te puedo agendar una hora-

-gracias- dije tomando la tarjeta y deslizándola en el bolsillo de mi pantalón para seguir caminando y volver a la torre de papeles que me esperan en la casa.

Comí mientras seguía trabajando, ahora que estoy lejos del ojo publico de Metrópolis me era más fácil concentrarme en el trabajo, pero la empresa seguía teniendo problemas, aún me faltaba revisar la mitad de los papeles cuando el dolor de cabeza volvió, esta vez aún más fuerte, deje lo que estaba revisando a un lado y me recosté en el sofá por un momento, cuando dejó de ser tan intenso fui a la cocina a tomar un vaso de agua, saqué de mi bolsillo la tarjeta de la mujer que conocí esta tarde y luego de buscar en internet el lugar en el que trabajaba, decidí hacerle una visita, después de todo no estaba tan lejos ni me haría perder tanto tiempo, luego de eso podría volver a trabajar sin interrupciones.

Bajé del taxi y tomé el elevador al piso que indicaba la tarjeta, en recepción me dijeron que debía reservar una consulta, bien, vine hasta aquí por nada.

-puedo agendar una consulta para mañana con la doctora Bennett- 

-no, no, estoy aquí para ver a la doctora- estaba por sacar la tarjeta cuando la voz de la mujer que conocí en la tarde se hizo presente

-hey, ¿Lena, verdad?- asentí

-doctora Shepherd, le estaba diciendo a la señorita que debe agendar la hora- 

-no será necesario, puedo atenderla ahora- dijo la mujer - puedes venir conmigo - dijo caminando por un pasillo y yo la seguí 

-gracias por hacerte el tiempo, debí llamar antes- dije 

-no te preocupes, ya me iba, pero puedo darme el tiempo para un paciente más - dijo 

Me hizo un montón de preguntas, cuando comenzaron los dolores, cuando comenzaron a ser mas fuertes, me preguntó sobre mi alimentación y sobre la cantidad de agua que consumía, me preguntó si tenía problemas con mi vista y me hizo un chequeo, luego desapareció un par de minutos dejándome sola en la habitación y volvió con un par de cosas en las manos.

-bien, no es nada muy grave, son cefaleas provocadas por el estrés, debes intentar relajarte un poco, mientras tanto, estas pastillas deberían ayudarte a controlar los dolores- me entregó una caja y me dio las indicaciones de como y cuando tomarlas - de todas formas me gustaría que volvieras en unas semanas para un chequeo- dijo 

-no sé si esté en Los Ángeles en unas semanas- dije 

-¿de vacaciones?- 

-algo así- 

-¿por cuanto te quedarás? - 

-no lo sé- 

-¿crees que estarás aquí en una semana?- asentí - entonces agendamos para la próxima semana y si aún es necesario otro chequeo, puedo recomendarte otro doctor donde sea que vayas- 

-muchas gracias- dije levantándome para irme - hasta la próxima semana doctora Shepherd- 

-puedes decirme Amelia- 

-hasta la próxima semana Amelia- 


También nos volvemos 𝑎𝑑𝑖𝑐𝑡𝑜𝑠 a las 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎𝑠 ( Lena x Amelia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora