II

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Amelia POV 

Terminé de ingresar los datos de Lena al sistema, cosa que no me tomó más de 5 minutos y salí con intención de irme a casa, pero al salir a la calle vi a Lena con el ceño fruncido frente al teléfono tratando de hacer algo

-¿puedo ayudarte?- pregunté 

-al parecer se nos está haciendo costumbre que aparezcas cada vez que tengo un problema- respondió y yo solté una pequeña risa- un encuentro más y vas a pensar que soy inútil-

-eso nunca, ahora veamos que quieres hacer y si te puedo ayudar- dije dando un par de pasos hacia ella

-estoy tratando de encontrar una cafetería donde pueda tomar un café y comer algo para variar-

-pff, fácil, hay una a un par de calles, puedo llevarte si quieres, no me haría mal un café- ella asintió y yo comencé a caminar en dirección a la cafetería 

-gracias-

-no hay de que, no tengo nada más que hacer de todas maneras- tal vez el par de minutos que nos separan de la cafetería ayuden a despejar un poco mi mente- entonces, Lena, cuéntame que te trae por aquí-

-nada en especial- dijo cortante 

-vamos, tiene que haber algo, nadie viene a Los Ángeles por nada- 

-se podría decir que me vi algo motivada a salir de mi ciudad-

-¿por qué? Oh déjame adivinar ¿un ex novio loco?- 

-no exactamente-

-vamos, puedes decirme, muero por algo jugoso y ¿Qué mejor que contarle tus problemas a una extraña?-

-bien, no fue un ex novio, fue más bien mi hermano, tuvo algunos problemas y eso afectó mi compañía y a mí, así que tuve que salir de la ciudad-

- así que, TU compañía, ya me daba la impresión de que trabajabas en algo importante-

-¿por qué? - preguntó con las cejas fruncidas 

-porque no cualquiera viste así, solo porque si, tienes que tener dinero y clase para poder hacerlo- dije apuntando su traje que se veía bastante caro

- tomaré eso como un cumplido así que gracias - 

- llegamos- dije parando frente a la cafetería, la había descubierto un poco después de mi última rehabilitación, el café es una buena opción cuando dejas las drogas y el alcohol

- genial, muero por un café- dijo abriendo la puerta y sosteniéndola para dejarme pasar

-gracias- dije sonriendo 

-bien, Amelia, ¿Qué deseas servirte?- preguntó la peli pelinegra 

-lo de siempre- dije mirando a Gwen, la barista y ella asintió 

-veo que estás familiarizada con el lugar- 

- así es, llevo comprando mi café aquí todos los días hace bastante tiempo- 

-¿y para usted? - preguntó la barista mirando a Lena 

-un expreso doble y dos medialunas por favor-dijo y se dirigió a pagar, yo hice lo mismo y me adelanté ya que había pedido primero, pero cuando iba a pagar atravesó su brazo frente a mí - permíteme, me hiciste el favor de traerme, lo mínimo que puedo hacer invitarte el café- yo asentí 

-solo porque se que tienes un trabajo muy importante que te da mucho dinero y no hará daño pagar mi café- dije y ella sonrió mientras le entregaba su tarjeta a la persona en la caja, por alguna extraña razón su sonrisa me hizo sentir muy nerviosa, ese tipo de nervios que se sienten livianos, pero que sabes que de a poco se acumulan en la parte baja de tu estómago hasta que se hacen pesados y causan cosquillas 

-aquí tienes Amy, un capuchino extra grande - la voz de Gwen me sacó de mis pensamientos y me apresuré a recibir mi café - y para la señorita, un expreso doble y dos medialunas -dijo entregando las cosas a Lena

-gracias- dijo mientras las recibía, yo esperé a que ella terminara su interacción con Gwen y caminé hasta una de las mesas en la cafetería -bien, ya debería irme-

-¿por qué tan apurada? ¿te espera alguien en casa - pregunté riendo 

-si- dijo sería 

-lo siento, no quería ser irrespetuosa- dije, mis manos temblaron un poco y desearía tener un bisturí en ellas, eso me calma, jamás temblará con un bisturí en las manos 

-no lo fuiste, de todas formas lo que me espera seguirá ahí cuando llegue, la pila de papeles no se moverá a ninguna parte- y ahí estaba su sonrisa y los nervios ligeros que poco a poco se acumulaban en mi estómago, acercó la bolsa de papel a la mesa y la dejó encima, frente a mí -estas son para ti, disfrútalas y nos vemos en una semana Amelia- no me agradaba la idea de que se fuera, en realidad no me agradaba la idea de estar sola 

-podrías quedarte y compartirlas conmigo- ella parecía extrañada ante mi propuesta, tal vez ni siquiera le caía bien, solo estaba siendo amable - solo si quieres, tal vez te ayude a distraerte un poco, de todas formas si te vas, trata de relajarte, no estresarte tanto- 

-creo que puedo quedarme un rato, como dije, los papeles no se escaparán mientras no estoy, o eso espero- y de nuevo su sonrisa, y los nervios, me encanta su sonrisa, hay algo en ella, es solo, tan sincera que no puedo evitar mirarla hasta que se desvanece, pero a la vez espero que no sonría tanto durante nuestro café, porque mi estómago va explotar debido a la presión que harán los nervios acumulados en el.

-¿y a ti que te trae aquí? - 

-¿ah?-

-cuando veníamos caminando dijiste que nadie viene a Los Ángeles sin motivo, me gustaría, si se puede, saber el tuyo- 

-escapar- dije sin pensarlo, eso era sin dudarlo por lo que había venido en un principio 

-¿de qué?- 

-de todo un poco, he tenido una vida un poco complicada o yo la he complicado, la verdad no lo sé, tal vez un poco de ambas y estaba en un mal momento cuando llegué, mi cuñada, bueno, la ex esposa de mi hermano, se había mudado aquí hace poco y ella, es como una hermana para mi, supongo que quería huir, pero no estar sola- 

-nadie quiere estar solo, nunca- 

-hay veces en las que creo que sería mejor estar sola- 

-que creas que es lo mejor no quiere decir que lo quieras-

También nos volvemos 𝑎𝑑𝑖𝑐𝑡𝑜𝑠 a las 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎𝑠 ( Lena x Amelia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora