También nos volvemos 𝑎𝑑𝑖𝑐𝑡𝑜𝑠 a las 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎𝑠 ( Lena x Amelia)

VIII

Amelia POV 

Estaba en la habitación terminando de vestirme cuando escuché el timbre, me acerqué a la puerta, pero no pude recaudar el valor para abrirla, retrocedí y me senté en la cama esperando que la valentía llegara mágicamente a mi, escuché la puerta abrirse y cerrarse nuevamente, seguido de eso la voz de Addie.

-¿dónde está? - preguntó, no escuché la respuesta de Lena, pero debió calmar a la fiera, porque tampoco escuché otro grito, solo pasos en la escalera, sabía lo que venía, pero me estaba preparada, cerré los ojos para no verla, no puedo ver a Addie

-Amelia- la voz de Lena me sorprendió,era dulce, como si quisiera acariciarme con sus palabras, abrí los ojos para revelar a la hermosa pelinegra frente a mí -tu amiga está en la planta baja, cuando estés lista puedes bajar y hablar con ella- dijo

-¿y si no estoy lista?-

-puedes tomarte todo el tiempo que necesites-

-no, quiero decir ¿y si nunca estoy lista?-

-puedo decirle que no vas a hablar con ella y que debe irse, pero eventualmente estarás preparada para hablar con ella, puedo ver que la quieres y que deseas hablar con ella, eres más fuerte de lo que crees Amelia, ahora te toca creerlo-

-eres perfecta, siempre sabes que decir, no entiendo como lo haces, eres como un maldito superhéroe-

-no Amelia, tú eres un superhéroe, eres fuerte, valiente, resiliente, hermosa, y tienes esa energía que te rodea, eso que me hace sentir que estoy al lado de la mejor persona que pude encontrar y prácticamente salvaste mi compañía, y no te he dado las gracias por eso, gracias, por cierto- no podía dejar de sonreír, saber que pensaba esas cosas de mí

-no es nada-

-voy a bajar a decirle a tu amiga que puede esperar o se puede ir- los nervios volvieron a mí ante la repentina sensación de volver a la realidad, estar con Lena era como estar a salvo del mundo y ahora, tenía que volver, sentía como si el piso bajo mis pies hubiese desaparecido y no tuviera nada de que afirmarme, mis manos comenzaron a temblar- bien, vamos a hacer esto- dijo Lena mientras se ubicaba haciendo pose de superhéroe, la vi tomar una gran bocanada de aire y supe que quería que hiciese lo mismo, tomé la misma posición y respiré junto a ella, podía sentir mi pulso y mi respiración calmarse, era como si pudiera sentir la confianza trepando por mi cuerpo, poco a poco cubriendo cada parte de mí.

-gracias- dije sin moverme de mi lugar ni posición, ella solo me miraba directamente a los ojos, el color verde intenso, fijo, sosteniendo mi mirada

-solo malditos superhéroes- Lena dijo rompiendo el silencio, y sentí toda la tensión romperse como si de cristal se tratase y su voz fuera la presión necesaria para hacerlo explotar, sin embargo, a pesar de lo dinámico de esto, sus palabras conseguían calmarme, como si pudiera estar en el ojo de un huracán y nada pudiese pasarme

-solo malditos superhéroes- dije para luego romper la pose y dirigirme a la puerta, dispuesta a enfrentarme a Addie y al miedo que me produce ser sincera con la mujer que años antes, aún siendo la novia de mi hermano se había apoderado de un pedacito de mi corazón.Bajé la escalera sin hacer ruido y la encontré de pie, dándome la espalda.

-hola- fue lo único que pasó por mi mente, ella se volteó para verme y pude ver como la preocupación abandonaba su rostro de manera súbita

-nunca más vuelvas a asustarme así- dijo dándome una palmada en el hombro, no me queda claro si pretendía que fuera de broma o en serio, pero lo que decía era totalmente serio, lo podía ver en sus ojos, no era capaz de hablar -Amy ¿tomaste algo?- negué con la cabeza -¿las pastillas que encontré en tu casa eran tuyas?- no sabía que decirle, no podía mentirle, pero me asustaba tanto decirle la verdad -Amy- dijo

-si- podía ver como sus ojos se apagaban y las lágrimas amenazaban con salir - pero no tomé ninguna, lo juro-

-¡pero las tenías Amelia!¡las tenías!¡no debías tenerlas, no importa si no las tomaste!¡sabes que no debías tenerlas!-

-¡pero no las tomé!- grité en respuesta, había comenzado a llorar y ahora no había manera de detenerme-¡no las tomé!-

-¡pero querías!- esas palabras me destrozaron, tiene razón, quería, aún quiero, siempre quiero

-si, pero vi a Lena, pedí ayuda, no me quedé sola, todo para no hacerlo-

-¡debiste pedirme ayuda a mí!-

-si te pones así cuando te enteras no me dan ganas de recurrir a ti en busca de ayuda Addie- dije

-necesito saber que te pasa para ayudarte, tengo que ayudarte Amy- bajó el tono al decir mi nombre, como si me estuviera regañando, pero no quisiera que me alterara, eso solo consiguió enfadarme

-¡no necesito tu ayuda o tu lastima Addison, puedo conmigo, soy adicta, tenía ganas de drogarme, no es algo nuevo para mí, esa es mi vida, eso es lo que tengo que luchar cada día, cuando sentí que ya no podía, cuando la urgencia por drogarme fue muy fuerte, pedí ayuda, lamento mucho que te sientas mal porque no te la pedí a ti!-

-¡tengo que ayudarte, ¿que clase de amiga, de hermana, sería si no te ayudo?!-

-¡esto no es sobre ti Addie, no es sobre por qué no te pedí ayuda, o que clase de persona serías TÚ si no me ayudas, no necesito que me salves!-

-¡al parecer si lo necesitas o no estarías comprando drogas OTRA VEZ!- las mejillas me ardían por las lágrimas, pasé la manga de mi chaleco por ellas, no sabía que responder

-lo siento, siento que creas que esto es sobre ti, sobre ser la buena persona que quieres ser, pero no, y sí, compre drogas, pero al menos esta vez no las consumí- bajé la voz con la intención de que ella hiciera lo mismo

-¡tienes que dejarme ayudarte!-

-¡no soy una niña, no necesito tu  protección y me niego a ser tu acto de caridad!-