VII

200 19 2
                                    

Lena POV

-Amelia- repetí, la castaña seguía como embobada yo solo quería perderme en ella, poder mirarla como lo estaba haciendo hace un par de segundos, pero su teléfono no deja de sonar

-¿sí?- preguntó sin dejar de mirarme  los ojos

-tu teléfono- dije, pero ella no hizo más que encogerse de hombros

-no me importa- dijo acercando su rostro al mío, por alguna razón su cercanía me hizo sentir insegura, no es la primera vez que una mujer está cantan cerca mío, pero su sonrisa, su cabello, su aroma, prácticamente todo de ella gritaba la tomara, que la reclamara como una parte de mí y nunca más la soltara

-¿no quieres ver quién es? - me las arreglé para no tartamudear en mitad de la frase, ella negó con la cabeza antes de cerrar el espacio entre nosotras, sus labios estaban partidos y eran más ásperos de lo que imaginaba, pero eran simplemente perfectos, el ritmo que seguía, sus movimientos en sincronía con los míos, el compás de su beso era definitivamente mi nueva canción favorita, cuando la falta de aire comenzó a ser un problema, muy a mi pesar Amelia se separó de mí, posó su frente en la mía y sonrió, una vista extraordinaria, mejor que cualquier paisaje de los que he visto en mi vida, he viajado por muchos lugares y visto postales hermosas pero de todos los lugares en los que he estado, ella es la única vista que me ha quitado el aliento.

-lo siento- dijo de repente, su voz sonó más fuerte de lo que esperaba, sacándome de mi trance

-¿por qué?- pregunté, el miedo apoderándose de cada célula de mi cuerpo, no pude ser solo yo, ella también debió sentirlo ¿no?

-mi teléfono- dijo alejándose de mí para tomar su teléfono, leyó el nombre en la pantalla y suspiró, deslizó el dedo por la pantalla y contestó la llamada

-¿Amelia donde estás?- quien fuera que estuviera del otro lado de la línea hablaba lo suficientemente fuerte para que yo pudiera oírle

-buenos días a ti también, un hola seria lindo de oír antes de que me revientes los tímpanos-

-Amelia esto no es un chiste ¿dónde estás? ¿Por qué no apareciste en el trabajo? -

-los siento, estoy en casa y no me sentía bien para ir al trabajo- dijo la castaña ¿por qué dijo que estaba en casa? ¿Acaso no quería que supieran que estaba conmigo?

-Amelia, estoy en tu casa, dime dónde estás y ¿por qué hay pastillas sobre tu mesa?- el rostro de Amelia perdió el color, no dijo nada, solo se quedó ahí- ¿las tomaste?- escuché desde el teléfono, ella negó con la cabeza, como si la otra persona pudiera verla -¿Amelia donde estás?-

-Estoy en casa de una amiga, estoy bien, si eso es lo que quieres saber- la otra persona parecía haber bajado el tono de su voz, porque ahora no podía escucharla, pero Amelia si, se acercó a mi tapando el micrófono del teléfono para hablarme - ¿podrías hablar con ella y decirle que estoy bien?- sus ojitos estaban aguados y su voz un poco agitada, como si quisiera llorar, yo asentí y tomé el teléfono para hablar

-buenos días- dije sin saber a quién le hablaba

-¿dónde están?- preguntó inmediatamente

-estamos en mi casa, Amelia está bien-

-no me importa que tú digas que está bien, probablemente consumiste más drogas que ella, dime dónde están- sonaba cansada y preocupada a la vez, le di mi dirección, esperando que eso la calmara un poco, pero al segundo en el que terminé de hablar, me cortó.

-lo siento mucho- dijo Amelia- es mejor que me largue, gracias por todo- dijo subiendo las escaleras, yo la seguí y la observé mientras ella tomaba las pocas pertenencias que había traído de su casa

-no tienes que irte- dije - quiero decir, si quiere irte estás en todo tu derecho, pero si quieres quedarte puedes hacerlo-

-oh, no, gracias por todo Lena, pero no quiero seguir molestando-

-jamas podrías molestarme-

-yo, lo siento, Addie puede ser un poco intensa y la verdad sé que lo hace porque me ama y yo la amo a ella, es solo que, no quiero ver la decepción en sus ojos cuando me mire y sepa que estuve a punto de caer otra vez-

-pero no lo hiciste, ella debería estar orgullosa de ti porque pudiste hacerlo y no lo hiciste, tuviste la oportunidad literalmente en tus manos Amelia, pero no la tomaste, también literalmente- ella rio suave y yo me sonroje, pensando en que yo había provocado su risa, una risa hermosa, como ella

-lo sé, pero ella solo verá que estuve a punto de hacerlo, que quería hacerlo y está bien, no debí hacerlo, nunca debí tenerlas en mis manos- dijo, podía ver como peleaba para mantener las lágrimas dentro

- yo lo estoy- dije

-¿tú estas qué?-

-orgullosa de ti, yo estoy orgullosa de ti-

-¿de verdad?-

-claro que sí, eres fuerte Amelia, el que hayas pasado todo esto y estés aquí, con la fuerza suficiente para decirme que no podías estar sola y luchar contra el deseo de hacer lo que sabes que no debes, es para mí una pequeña muestra de toda tu fuerza-

-gracias- dijo

-no es nada Amelia, realmente lo digo de verdad, ahora vamos a prepararte una ducha antes de que tu amiga llegue-

-¿cómo sabes que vendrá?-

-algo en tu urgencia por irte me lo dijo- entramos al baño de la planta alta y le hice un gesto para que se sentara mientras yo preparaba su ducha, llené la bañera con agua tibia y puse espuma, burbujas, sales de baño y aromatizantes, luego fui a la caja que se encontraba sobre el mueble y saqué una bomba de baño azul, como sus ojos, sentí que era para ella, su color me brindaba la misma calma que sentí anoche con ella dormida en mi regazo, la dejé a un lado en la ducha y colgué una toalla donde ella la pudiera alcanzar una vez que la necesitara

-todo listo, tómate tu tiempo- dije saliendo de la habitación mientras escuchaba un pequeño "gracias"

También nos volvemos 𝑎𝑑𝑖𝑐𝑡𝑜𝑠 a las 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎𝑠 ( Lena x Amelia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora