5 [EDITADO]

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El tema de la mano cercenada ya me estaba sacando de quicio. No sé quién mierdas la dejo en mi habitación, los guardias no vieron nada así que estoy pensando que es obvio que se metieron por mi terraza.

—Voy a volverme loca —lanzo los papeles a un lado.

—Debes tranquilizarte —habla mi hermano.

—Luca, se metieron en mi casa a dejarme una maldita mano cercenada —hablo con seriedad—. En cualquier momento podrían meterse y matar a cualquiera de nosotros —golpeo el escritorio.

—Ella tiene razón —dice Marco—. Está más que claro que la persona que dejó la caja tuvo que haberse metido por la terraza de su habitación, logró burlar la seguridad así que sabemos que es bastante inteligente —explica con seriedad.

—¿Qué es lo que podemos hacer? —los observo a todos.

—¿No tienes un plan, Ky? —cuestiona Luca.

—¿Tú crees que si lo tuviese estaría aquí sentada, Luca? —suelto con brusquedad.

—Ky, calmate —suelta Varick serio.

Suspiro profundamente.

—Necesito mudarme de esta casa —digo sin pensarlo.

—¿De verdad quieres irte de la casa de Bruno? —habla el francés.

—Mis hijos están en peligro, si puedo me iré a la China para que nada les suceda —estoy rabiosa—. Marco, necesito que me busques una buena casa para vivir, tampoco quiero que Rita esté en la nueva casa, corre peligro y si le sucede algo no me lo perdonaría —observo al suelo.

—A sus ordenes, señorita —Marco sale del despacho.

Marco y los demás guardias salen del despacho, solamente quedamos Dustin, mi hermano, Varick y yo.

—¿Van a quedarse ahí mucho tiempo? —los observo a ambos.

—¿Qué te sucede, poginet? —suelta Dustin sin quitarme los ojos de encima—. Últimamente no eres tú, estás muy diferente —murmura.

—Me sucede que en cualquier instante alguien puede entrar en la maldita casa y todos podemos morir —golpeo el escritorio.

—Nadie morirá, pequeña —habla Luca.

—Eso ni tú ni nadie lo sabe —respondo furiosa.

—No ganarás nada hablando de esa forma, Kylie —regaña mi hermano mayor—. Iré con los niños, nunca he sabido cómo llevar una conversación normal contigo así —se queja y sale del despacho.

Siento los ojos de Dustin sobre mí, le observo y está analizando mi rostro.

—¿Qué?, ¿Tengo monos en la cara o qué? —alzo una de mis cejas.

—Tú no estás así por la caja —murmura serio.

—No digas cosas que no sabes —ruedo los ojos y observo a Varick.

—Mejor voy a tomar un poco de aire fresco —se levanta del sofá y sale del despacho.

Suspiro profundamente y Dustin me observa serio.

—Pues disimulas algo mal, al menos hoy —sonríe de lado—. ¿Estás mal por el segundo aniversario de la muerte de Bruno? —no respondo—. Premio para Dustin Martin —menciona con superioridad.

—El otro día fui al cementerio a verle, dejé una fotografía de los niños y flores —suspiro—. Fue mi forma de dejarle ir, debo soltarle —murmuro mientras juego con un bolígrafo.

—Sé que él murió pero no deberías soltarle, poginet —frunzo el ceño—. Es el padre de los niños y estoy seguro de que ellos querrán saber como era él, tú como su madre debes contarles lo que deseen saber —habla con calma.

PERDICIÓN © #3 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora