19 [EDITADO]

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—Ven aquí, dea —se levanta de su asiento luego de que ambos hayamos acabado de cenar y me extiende su mano.

La tomo y me levanto de mi lugar, había puesto una playlist acorde a la velada. En este momento se estaba oyendo una canción lenta.

—¿Me acompañas en este baile? —sonrío y me acerco más a su cuerpo.

—Por supuesto —me abrazo a su cuello y acomodo mi rostro sobre su pecho.

Bruno abraza mi cintura y me pega más a su cuerpo para que luego comencemos a bailar al ritmo de la música.

Dea... —balbucea y le doy pie a que continúe— ...me haces muy feliz, siento que has revolucionado mi vida para mejor —acaricia mi mejilla.

—También para mal, mil problemas he traído —Bruno niega—. Pero tú me has hecho ver las cosas de otra forma que no pensé que lo llegase a hacer —veo como pasa saliva.

—Has sido de la mujer que de verdad me he enamorado —levanto mi rostro y le observo—. Te agradezco porque me has cambiado en todos los aspectos, dea —dejo un beso sobre sus labios.

—Estás loco, italiano —susurro sonriendo.

—Lo estoy por ti —no basta que diga más nada para luego comenzar a devorar mis labios con total necesidad.

Bruno me introduce en la habitación sin dejar de besarme y busca la cremallera de mi vestido con una de sus manos.

Hace que me dé la vuelta y quedo de espaldas a él. Deja un beso en mi hombro, baja la cremallera del vestido y quita los breteles de mis hombros con delicadeza. Acaricia mi espalda con la punta de sus dedos y siento como mi piel se eriza por completo.

—Me encanta lo que causo en ti al tocar tu piel, dea —susurra cerca de mi oído.

Me volteo hacia él para comenzar a desabotonar la camisa blanca que llevaba, la cual se ajustaba perfectamente a su torso. Le quito la camisa y acaricio su pecho con lentitud.

Baja mi vestido haciendo que caiga en mis pies, estoy con unas bragas negras de encaje.

Quito el cinturón de su pantalón para luego colocarlo alrededor de su cuello y atraerlo hacia mí para volver a besarlo.

Camino hacia atrás, ya que él intenta avanzar y caigo encima de la cama. Estaba a punto de acercarme para bajarle el pantalón pero me detiene y lo hace él.

—Eso no va, Bruno —le señalo y él sonríe.

Toma mis pies para comenzar a sacarme los tacones. En cuanto saca el segundo comienza a acariciar mi pierna y dejar besos sobre ella.

Con sus dedos llega al elástico de mi ropa interior y la baja con sutileza por mis piernas. Se coloca a horcajadas sobre mi cuerpo pero soportando su peso sobre sus antebrazos, deja besos y lametones en mi cuello; se acerca a mis labios y deja un casto beso sobre ellos.

Ti amo, dea —atrapa mis labios en un dulce pero pasional beso.

No sé cuánto tiempo pasa hasta que sus besos bajan por mi cuerpo y me sorprendo al sentir como está en mi entrepierna. Elevo mis caderas cuando su lengua acaricia mi punto debil y dejo escapar un gemido.

Poco después introduce dos de sus dedos dentro de mí y los mueve de una forma que me deleitan por completo.

—Italiano... —gimo en cuanto sus dedos se clavan más en mi interior.

Introduce un tercer dedo dentro de mí y los mueve cada vez con más velocidad. Llevo mi cabeza hacia atrás y dejo mis labios entreabiertos de los cuales escapan varios gemidos.

PERDICIÓN © #3 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora