Bestiario - Índice de criaturas, deidades y seres que escapan a la comprensión

Mallevs

Nombre técnico: Matthias Edler Koch.

Nombre informal: Mallevs. Malleus.

Sexo: Masculino.

Nombre científico: Homo Sapiens (anteriormente).

Especie: Humano (anteriormente).

Clasificación: No-muerto.

Hábitat: Ciudad de Salzburgo, en Austria (anteriormente. Paradero actual desconocido).

Tamaño: más de 1,90 metros.

Dieta: Incapaz de comer.

Información general:

El aspecto del ser que hoy día lleva el nombre de Mallevs (o malleus, cuya traducción del latín vendría a ser "martillo") es la prueba de que la naturaleza no solo dista de ser perfecta, sino que más bien, da para pensar que actúa con perversidad en algunos casos.

Mallevs conserva del aspecto humano la mera silueta, puesto que su cuerpo está compuesto por una amalgama de tumores oseificados y materia ósea formada de manera caprichosa. Esto se puede ver principalmente en sus piernas, las cuales ahora actúan como pilares firmes hechos de hueso poroso, que mantienen en pie a la criatura. El hecho de que no posea articulaciones have que Mallevs se contonee al avanzar, por lo que su caminata torpe resulta una debilidad -*cita requerida a "especulación"-.

El brazo izquierdo del ser es apenas una parodia de extremidad, completamente desgastada y erosionada. Su contraparte derecha es maciza, mostrando formaciones óseas que se formaron tras asimilar tejido vivo y muerto. El lugar donde estaba su mano ahora tiene una formación que se asemeja a una bola. Esta es usada por Mallevs como un instrumento para machacar.

Su torso muestra las costillas de lo que alguna vez fue un ser humano, así como la columna vertebral. Algunas "redes" y cúmulos de hueso se extienden por dentro de lo que fue su caja torácica, lo que resulta de la asimilación de los órganos internos de Matthias, así como de los crecimientos de tumores. En general, su cuerpo es de color amarillento/marrón, con una textura porosa y áspera, producto de la erosión de sus huesos. Algunos colgajos de tejido muerto permanecen dentro de Mallevs, y desprenden un hedor repugnante.

Sin embargo, el rasgo más característico de Mallevs es su cráneo. Este se hinchó tanto, que es sorprendente el hecho de que una cabeza tan pesada sea soportada por un cuerpo de aspecto tan deteriorado. Mallevs tiene la quijada destrozada, por lo que de su boca solo queda la mandíbula superior, con dientes torcidos y crecimientos óseos en forma de picos filosos y ganchos. Sus encías se han petrificado, su nariz ha desaparecido, y lo único que permanece de su antiguo rostro es su ojo izquierdo de color lechoso, empequeñecido con el tiempo, pero no descompuesto por alguna razón -*cita requerida a "especulación"-.

Comportamiento: El caso de algunos no-muertos es complicado, puesto que debido a sus acciones y comportamiento agresivo, muchos creen que suelen actuar por inercia. Mallevs no es la excepción, pues además de su actitud errática y violenta (por la cual se le dio su nombre), su aspecto da para pensar que mutó para volverse un arma; sin embargo, hay indicios de que Mallevs conserva remanentes de conciencia (de la misma manera que otros no-muertos como La Plañidera).

Mallevs es torpe, pero fuerte. Aunque no se sabe si la agresividad que posee es debido a la frustración, al instinto, o a algo más. Debido a que su paradero actual es desconocido, se especula que prefiere permanecer oculto, aunque esto se cree que es un reflejo de su remanente de conciencia.

Mallevs no es capaz de gritar, emitir sonido alguno, o cualquier otro ruido que no sea el de sus pasos o el de sus ataques. Además, tampoco es un ser caracterizado por su velocidad, siendo realmente lento. Escaparle puede resultar sencillo, a menos que te lo topes en una esquina o en un cruce.

Especulación:

-*Al no poseer articulaciones, no se sabe cómo es que Mallevs es capaz de mantenerse en pie o reincorporarse cuando cae al suelo; sin embargo, existe la teoría de que la enfermedad que Matthias padecía en vida, sigue teniendo la capacidad de producir materia ósea a partir de la asimilación de tejido. Esto permitiría que las extremidades de Mallevs se quebraran para garantizar una movilidad limitada que le permita reincorporarse, para posteriormente regenerar las roturas.

*Esto abre debate sobre qué tanto puede ser capaz de regenerarse, sobretodo cuando se considera el hecho de que un cuerpo muerto no genera tejido. Se especula que la fisiología de Mallevs puede comportarse de forma similar a la de las lecras.

-*El ojo de Mallevs no puede funcionar, o al menos eso se cree. Es imposible que su ojo cumpla con la función de ver, tras todo el daño cerebral y nervioso que ha sufrido; sin embargo, basándose en la teoría de los "entes con cuerpo", se cree que Mallevs puede ver (de forma muy pobre) a través de este ojo. No porque sea posible biológicamente, sino porque el remanente de conciencia permanece dentro de él, y puede usar esto como medio de visión. (Quizás por esto fue capaz de distinguir su propia figura delante de un espejo).

*Esto también podría explicar el por qué Mallevs ataca para intentar comer, pese a que no lo necesita.

*También es un indicio de que Mallevs sigue sintiendo dolor.

-Mallevs podría tener lapsos de recuperación de la conciencia, los cuales aprovecharía para intentar morir, estampando su cráneo contra una superficie dura.

-La formación de no-muertos parece ser aleatoria, pero si la teoría del "ente con cuerpo" es verídica, entonces sentaría una base para su formación: el dolor. Plañidera fue consumida por un luto que acabó por deformarla, mientras que Mallevs sufrió dos enfermedades letales que saturaron sus nervios con dolor absoluto.

*Sin embargo, y debido a que Mallevs y Plañidera son completamente distintos, no se les puede clasificar como una especie. Cosa que no pasa con las lecras, que son seres cuyo origen da el mismo resultado en diferentes casos.

-Si bien hay personas que piensan que Mallevs ya no existe, se han encontrado cuerpos de animales magullados y machacados de forma violenta en los bosques de Salzburgo. Los investigadores no se explican cómo es tan difícil conseguir el rastro de un ser que se supone es demasiado lento y torpe.

Ver más:

-La aflicción de Matthias Koch.