«Mi corazón seguirá adelante»
Park Sunghoon un joven clase alta abandono a su arrogante prometida por un chico humilde llamado Jake, la única persona que lo hizo feliz.
Una trágica historia de amor en el Titanic, que acabó con miles de almas en ta...
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Jake se encontraba en sector de la clase alta, un lindo salón llamado "El reloj de los recuerdos" ya que un hermoso reloj estaba colgado arriba de todo. El traje que Mina le habia dado le quedaba a la perfección.
Ella también lo ayudó a limpiarse y peinarse, sabían que los mayordomos iban a echarlo si no se veía "Presentable".
Caminó un poco, observando a las mujeres con sus hermosos vestidos acompañadas de hombres con elegantes trajes y bastones. En el medio había una gran escalera de madera y adornada con oro.
El castaño se apoyó en una de las columnas para esperar al pelinegro, vio que un hombre pasaba a su lado con su mano detrás de su espalda y el lo imitó tratando de parecerse a millonario.
Puso la cabeza derecha y saludó con una sonrisa a la otra pareja que pasaba por ahí.
La señora Park y Giselle bajaban las escaleras, al darse cuenta que estaba Jake lo ignoraron a pesar de que el se haya querido acercar a saludarlas, el castaño algo dolido se encogió de hombros, pensó en que tal vez no lo habían reconocido por estar tan limpio, pero no era así.
Sunghoon llego al salón portando un traje color marino que hacia juego con el traje blanco de Jake, mientras que bajaba las escaleras miraba asombrado al castaño mientras contemplaba cada detalle de su rostro.
Sus miradas se encontraron y cuando estuvieron frente a frente, el pelinegro tomó la mano del castaño y lo besó— Hola Jake.
Las personas que caminaban cerca a ellos no lograban entender como un chico, le había dado un beso a otro chico en la mano en vez de darle un apretón como se acostumbraba en ese tiempo.
Pero para el pelinegro no era importante los malos comentarios en ese momento, solo contemplaba la belleza de los ojos del castaño, tan oscuros como el café.
—Me veo como si me fuera a casar —Rio Jake avergonzado al cual Sunghoon soltó una carcajada.
—Te ves muy lindo —El pelinegro extendió su brazo y el castaño se aferro a el para comenzar a caminar.
—¿No te dirán nada al vernos caminar así? —Jake trato de ocultarse detrás de Sunghoon.
—¿Eso importa ahora? —Sonrió.
Ambos caminaron hacia la señora Park y Giselle que se hizo la sorprendido al ver a Jake.
Esta intento separarlos al ver el brazo de el castaño entrelazado con el de Sunghoon, pero no pudo separarlos porque el pelinegro gruño por la molestia.
—¡Señor Shim! Está casi irreconocible con ese traje —Dijo irritada Giselle.
Ellas solo siguieron caminando, la señora Park ni se molestó en mirar a Jake.
