«Mi corazón seguirá adelante»
Park Sunghoon un joven clase alta abandono a su arrogante prometida por un chico humilde llamado Jake, la única persona que lo hizo feliz.
Una trágica historia de amor en el Titanic, que acabó con miles de almas en ta...
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Las personas cortaban las cuerdas de un bote para poder salvar a los niños que gritaban desesperadamente por ayuda.
El agua se llevaba a todos, solo quedaba una pequeña parte del barco que al estar muy inclinada los tiraba a todos al agua.
Sunghoon lo tomó fuertemente la mano de el castaño y comenzó a correr, deberían llegar a la parte superior del barco para poder salvarse o tener unos últimos dignos segundos de vida.
Giselle fue buena por una vez en su vida, ayudaba a subir a las mujeres al último bote y pateaba a los hombres que intentaban matar a otros para salvarse ellos.
—¡Jake! Hay que quedarnos en el barco lo mas posible.
Sunghoon acaricio la mejilla de Jake y le puso el chaleco salvavidas que le había dado Jungkook, a estas horas seguro el ya se había ahogado.
Siguieron corriendo, la gente los empujaba, el pelinegro quería gritarles, pero era obvio que estaban desesperados por salvar sus vidas o las de sus familias.
Los que estaban en el salón del reloj se agarraban de estatuas o se subían encima de otras personas. La salida quedó sellada.
De pronto, una de las grandes chimeneas comenzó a soltarse y cayó al agua matando a muchísimas personas que también cayeron del barco.
Las luces del barco aun seguían encendidas, cada tanto se apagaban y luego encendían causando un ruido aterrador en medio del océano.
Lo que mas molestaba a Jake en ese momento era que los botes que lograron salir, ninguno volvía a salvarlos, a pesar de que tengan espacio para cientos de personas mas.
Eran los de primera clase.
¿Qué se podía esperar de ellos?
Tenía un miedo impresionante.
La señora Park miraba llorando el barco hundirse a lo lejos junto a la señorita Mina, esta última sabía que su esposo estaba ahí y no podía evitar llorar también.
Los religiosos rezaban arrodillados junto a un cura, que recitaba una de las oraciones de la vida después de la muerte y dejaba que los creyentes lo toquen buscando bendiciones y una salvación.
Los perritos corrían por lo que queda del barco, llorando del miedo al no ver a sus amos.
El Titanic se inclinaba cada vez mas y mas, algunos se lanzaban al agua muriendo en la caída, se ahorraron lo peor que venía.
Finalmente Sunghoon y Jake llegaron a la parte superior del barco, se abrazaron y el pelinegro se sujetó de la barandilla para que no caigan ambos.
Al lado de ellos había una madre sujetando a su hijo, el la abrazaba fuertemente y ella le decía que ya pronto todo pasaría.
Al otro costado había una chica un poco menor que ambos que se sostenía de la barandilla y miraba a todos asustada, Jake quiso tranquilizarla pero yo estaba exactamente como ella.
