«Mi corazón seguirá adelante»
Park Sunghoon un joven clase alta abandono a su arrogante prometida por un chico humilde llamado Jake, la única persona que lo hizo feliz.
Una trágica historia de amor en el Titanic, que acabó con miles de almas en ta...
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Esa noche había mucha niebla, la capitana Park Jihyo lo sabía perfectamente que los icebergs serían mas difíciles de ver, pero no le dio tanta importancia.
Sunghoon guardó el dibujo en su caja fuerte, mientras que Jake se ponía otra vez su ropa.
De pronto, sintieron que la puerta de la habitación era tocada y que llamaban a gritos el nombre de Sunghoon, era la voz del señor Kim.
El pelinegro tomo de la mano a el castaño y corrieron hacia la otra habitación para esconderse.
El señor Kim entró a la habitación y escuchó como se cerraba la puerta.
Los dos Lograron salir de la habitación y comenzaron a caminar tomados de las manos, pero cuando se dieron cuenta el señor Kim ya los había visto desde lejos.
—¡Corre Hoonie! —Dijo emocionado Jake.
Ambos comenzaron a correr entre risas, el señor Kim los perseguía y ellos consiguieron meterse a un ascensor. Lo miraron por la pequeña ventanita y se burlaron de el entre risas.
Cuando el ascensor aparcó, salieron corriendo al darse cuenta que Kim los seguía persiguiendo.
—Esto es divertido si estamos juntos —Rio Sunghoon.
El pelinegro lo tomó de las manos pegando sus cuerpos, estaban por besarse pero el señor Kim grito por una ventana.
Rieron y continuaron corriendo, luego se metieron en el cuarto de calderas, los trabajadores los miraban raro por como corríamos riendo y siendo regañados por los funcionarios.
Mientras que Giselle esperaba sentada tomando una copa de vino al señor Kim con noticas.
Se metieron en una de las habitaciones del último compartimiento del Titanic, cerrando la puerta y pudieron ver que era el lugar donde estaban los autos de los ricos.
Sunghoon ayudó a Jake a subir a uno y se colocó en el asiento de piloto tocando bocina y fingiendo que era un conductor.
—¿A donde vamos? —Pregunto el castaño.
—A las estrellas
El castaño lo llevo a los asientos traseros del auto y ambos se quedaron mirándose, tomados de las manos sonriendo.
Se comenzaron a besarse con mucha lujuria, las manos del pelinegro acariciaban los muslos de Jake quién se ocultaba entre sus brazos.
Sunghoon no perdió tiempo y comenzó a desvestirse.
—Esta noche será nuestra Jake —Sus cuerpos se calentaron al sentir su piel desnuda haciendo contacto.