(Hechos 19, 19:
19Bastantes de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos. Se calculó su valor y dio como resultado cincuenta mil monedas de plata.)
Cuando el padre y apóstol, Paolo Castillo, llegó a la zona, deseando inspirarles a su conversión, y al abandono de su pecado, les hizo entrar en razón, con el postulado de que había un Dios que ellos no conocían, más poderoso que todos los suyos, y que, por no circuncidar su corazón, les castigaba con la erupción del volcán, al contrario de la postura que ellos mantenían. Es más, este Dios del que les hablaba, también exigía sacrificios en el volcán, y era el hecho de pulverizar todos sus ídolos allí, para de este modo servirle solo a Él.
Así fue como esta tribu fue evangelizada. Es por este hecho y otros muchos, tales como su adaptación al Evangelio para gatos, por lo que el ingenio y astucia del padre Paolo Castillo no tenía parangón ni en su época ni en las siguientes.
El singular y pío santo, recibía también contactos sobrenaturales con la Madre de Dios, y con su hijo, el Dios hecho hombre.
La virgen, según relata el clérigo en su diario espiritual, le dijo que si este pueblo llegase alguna vez al punto de corromperse, incluso los más jóvenes de su raza, el volcán entraría de nuevo en erupción.
Y por ello, en una de sus visiones, le encomendó la tarea de pastorear la grey y de fundar iglesias.
Estos hechos sucedieron en el 2344 d. C., una década después de que se descubriesen las tierras en las que vivimos ahora, el continente de Animalia, al otro lado de la Antártida" lee la señorita Lara en su clase de Historia Local.
(Jeremías 10, 3-5:
3Las costumbres de esos pueblos carecen de sentido: | talan un árbol del bosque, | lo trabaja el artesano con la gubia; 4lo decora con oro y con plata, | lo sujeta con clavos y martillo, | de modo que no se tambalee. 5Igual que espantajos de pepinar, | son incapaces de hablar; | tienen que ser transportados, | son incapaces de andar. | No les tengáis ningún miedo, | pues no hacen ni bien ni mal».)
-¿Alguna pregunta?- interpela la docente.
-Sí, profesora- formula Eduardo-. ¿Este pueblo va por el mismo camino por el que el volcán estallaría de nuevo?
-Nunca se sabe, pero no debemos bajar la guardia, ¡siempre alerta, chicos! Procurad ser gratos a los ojos de Dios, y Villa Miau Miau no perecerá- advierte la tutora en un tono algo sardónico, pues en el fondo, ella no creía en ese tipo de historias, tomándolas por cuentos de viejas, y con ella quizás, la mayoría de la clase.
Sonó el timbre, y todos los alumnos salieron de sus clases, entusiasmados por volver a sus hogares, y poder reposar un poco, a causa de la dura jornada.
Rodrigo, mientras iba pateando las calles que conducen hacia su casa, se obsesiona, en su mente, con el volcán, cautivo por una corriente de pensamientos fatalistas.
"¿Qué pasaría si el volcán volviese a estar activo? ¿Habría tiempo para evacuar la zona entera? Quizás no..." - divaga el morrongo.
(Salmos 91, 10:
10No se acercará la desgracia, | ni la plaga llegará hasta tu tienda, 11porque a sus ángeles ha dado órdenes | para que te guarden en tus caminos.)
Distraído con sus pensamientos, de repente al cruzar la esquina, se topó con un misterioso personaje encapuchado, alto y con la cabeza gacha, como queriendo ocultar su identidad, evitando erguirla de todas las formas posibles.
Estaba ataviado con una extraña vestimenta: una camiseta blanca con un chaquetón de cuero que le cubría la espalda entera, y de la que, parecía sobresalir un bulto.
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Rodrigo en la Villa Miau Miau (Cuentos infantiles Católicos) (COMPLETADA)
Tâm linhLibro de cuentos infantiles. ¿Te gustaría acompañar a Rodrigo en sus aventuras por la Villa Miau Miau? ¡Adéntrate en su fantástico mundo de aventuras! Te gustará. Portada- @Milenka358