Llantos De Metal (Cap 7: Arrepentimiento)

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(Narra Jorge)

Llegó la Semana Santa, y en el colegio de Villa Miau Miau, la clase de Rodrigo, estuvo preparando una función de la Pasión de Cristo, al igual que los anteriores años. Hoy mismo, se decidirá que alumnos encarnarán a cada personaje.

-Buenos días, niños- saludó la profesora Lara entrando por la puerta.

-Buenos días, Seño- contestaron todos por igual.

-Hoy, como sabéis, asignaré los papeles de la función del Viernes. Todos os habéis esforzado mucho, intentando representar a vuestro personaje lo mejor que habéis podido. Incluso algunos practicasteis para dos de ellos con el fin de tener más probabilidades de ser elegidos. Pero he de deciros que solo uno se quedará con el puesto.

Se pudo palpar con la manos la tensión y expectación que se respiraba en el aula, todos se encontraban muy nerviosos. Rodrigo sintió un nudo en el estómago ante la todavía incertidumbre de cual iba a ser su papel.

-Paula, tú serás la Virgen María; Wenceslao, Simón de Cirene; Alan, San Pedro; Renata, Verónica; Ramón, San Juan; Ricardo, Malco; Andrés, Poncio Pilato; Leoncio, Barrabás; Eduardo, Jesucristo; Raúl, Caifás; y Rodrigo, Judas Iscariote. Los demás haréis de figurantes, representareis la turba furiosa que va a apresar a Jesús, de sabios del Sanedrín, y de la muchedumbre del Pretorio.

Se respiraron todo tipo de emociones en la clase: desde el entusiasmo hasta la frustración, pasando, como no, por avenirse a regañadientes. Nuestro querido Rodrigo estuvo en ese primer grupo, "¿Judas Iscariote? ¡Inaudito! No es justo" razonaba. Había estudiado para el papel de Jesucristo, no para el del desaforado traidor. ¿Por qué motivo le habían dado al personaje despiadado, por excelencia? Iría a protestar a la profesora, aunque cuidando las formas, claro, no armando la de San Quintín.

Cuando terminó la clase y todos hubieron salido al recreo, Rodrigo se acercó al escritorio de la profesora Lara y reclamó lo siguiente:

-Señorita Lara, ¿por qué me ha dado el papel de Judas? No he estudiado para él.

-Mira, cariño, Eduardo tiene la piel más clara y los ojos azules, le encaja mejor el papel de Jesucristo, tú calzas mejor el del Iscariote.

-¿Y eso por qué? - preguntó asombrado.

-Te pega mucho el papel de malo, te he visto enfurecido y en esos momentos eres una bomba de relojería. Además eres muy revoltoso.

-Preferiría hacer de figurante antes que el de Judas- contestó Rodrigo lacónico y desafiante.

-Pero yo soy la directora de la función, no tú, yo mando- respondió la señorita Lara en tono cortante- Lo harás bien, venga, ¡ánimo!- le exhortó dándole una palmadita de ánimo en la espalda.

-Que así sea.

Rodrigo regresó a casa del colegio con la cabeza gacha. Todo el día estaba mareando la perdiz, desganado con su libreto.

Al final del día, Rodrigo, tumbado en su cama, se dijo para sí: "No quiero ir a la función, si actúo de Judas luego la gente me mirará mal, seguro". En ese momento, Papá Gato entró a la habitación:

-Buenas noches, Rodrigo. ¿Qué ocurre? Te he mirado a los ojos todo el día y noto que no estás muy satisfecho hoy.

-Me han dado el papel de Judas Iscariote en la función del colegio, y yo quería el de Jesucristo.

-¡¿Y por eso estás así?!- preguntó Papá sorprendido.

-Pues sí, ¿Qué tiene de malo?- se extrañó Rodrigo.

-Los papeles de villanos son los más difíciles de representar, cariño, sobre todo el de una figura de semejante calaña como Judas, ¿puede haber alguien tan traidor?

Rodrigo en la Villa Miau Miau (Cuentos infantiles Católicos) (COMPLETADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora