¡Invitado A Una Boda! (Cap 13: Liturgia) (1a Parte)

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(Narra Rodrigo)

¡Fuuuaaaa! Hoy hace una mañana muy apacible, pero calurosa. He oído del señor del tiempo que si pones un huevo en plena calle se fríe. Y yo me pregunto, ¿Qué lunático hace ese tipo de tonterías? Si no tienes gas natural en tu casa, vente a la mía, que mi madre siempre corre a todo gas a por mí, sobre todo cuando hago trastadas, ¡Jijiji!

Hoy me voy de excursión a la montaña con mi clase, ¡me encantan las salidas del colegio! Sobre todo si no hay gente estorbando y puedo ir a casa cuanto antes para comer.

Ahora estoy aguardando dócilmente el autobús en el porche de mi casa.

He de decir que me apasiona la montaña, es muy halagüeña y se puede respirar aire fresco, libre de la contaminación de las ciudades, viene como anillo al dedo para mi cutis lleno de grandes granos por mi adolescencia, no tengas fe como un grano de mostaza, ten fe como uno de los míos, ¡jajaja!

Estoy deseando llegar ya, ¡mira! ¡ahí está el autobús!

El vehículo aparca, abre sus puertas y yo, muy cautivado por la aventura en la que iba a estar inmerso, asciendo la escalerilla de entrada, y miro detenidamente los asientos.

Tristemente, todos se han sentado ya con sus mejores amigos, y me veo obligado a tomar asiento en la parte trasera. Estaré solo, sin nadie al que contar mis batallitas.

(Salmos 43, 3:

3Envía tu luz y tu verdad: | que ellas me guíen | y me conduzcan hasta tu monte santo, | hasta tu morada.)

A los segundos, el autobús se pone en marcha. El lugar al que nos dirigimos mis compañeros y yo es la Melena del León, un monte con una espesura muy frondosa. Cuando lleguemos, haremos el itinerario por el anillo del valle.

Como siempre nos recuerda la señorita Lara cada vez que hacemos una salida, está terminantemente prohibido separarse del grupo, especialmente aquí, pues en la Melena del León es muy fácil perder el rumbo. En tal caso, te echas a llorar y ¡ya no rumbeas! ¡Jajaja!

Después de mucho circular por la carretera, el autobús estaciona en la zona de recreo, y la clase y yo nos apeamos. Seguidamente, la profesora Lara nos indica por señas que nos sentemos en unas bancas, para después dirigirnos un ligero devaneo sobre lo que venía a ser la excursión del día.

(Salmos 132, 13-14:

13Porque el Señor ha elegido a Sión, | ha deseado vivir en ella: 14«Esta es mi mansión por siempre, | aquí viviré, porque la deseo.)

-Buenos días, chicos- saluda-. Estamos aquí, en la Melena del León, para hacer una caminata, y ya de paso, disfrutar de un rato de ocio. Os recuerdo el itinerario que vamos a seguir: ahora mismo son las nueve de la mañana, desde este momento hasta las once recorreremos la Pradera hasta la Hondonada de los Robles, luego nos detendremos a tomarnos el almuerzo. A las once partiremos hasta la entrada a la montaña, y a las una y media comeremos. Y por último haremos una yincana y juegos. Cuando hayamos terminado el tiempo de reposo, iremos hasta el final del valle, donde da pie a la montaña, y regresaremos aquí por el otro extremo, dando la vuelta completa. Entonces, merendaremos. Espero que hayáis traído suficientes provisiones. ¿Alguna pregunta?

Nadie respondía, pues aunque no lo pareciese, por el sueño que aletargaba a todos los alumnos, estos deseaban comenzar ya el trayecto.

-¡En marcha! - ordena la señorita Lara.

(Génesis 1, 29-30:

29Y dijo Dios: «Mirad, os entrego todas las hierbas que engendran semilla sobre la superficie de la tierra y todos los árboles frutales que engendran semilla: os servirán de alimento. 30Y la hierba verde servirá de alimento a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra y a todo ser que respira». Y así fue.)

Rodrigo en la Villa Miau Miau (Cuentos infantiles Católicos) (COMPLETADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora