Mi uniforme blanco deletrea 'Frank', y el archivero que me mostró Bryar, dice que cumplo tres meses ya, de estar así, internado sin que nadie se haga cargo de mi, con una depresión de las últimas y un trastorno de personalidad.
Con una depresión del demonio, y una voz de mierda en mi cabeza.
¿Querido Diario?
No sé qué día es. No me acuerdo en qué jodido año estamos, tampoco sé qué hago todavía respirando, no me preocupa mucho el espacio-tiempo, ¿dónde estará Gerard ahora?. Mucho menos sé, qué hago escribiéndo ésto cuando realmente tendría que estar muerto y con él en algún lugar. La voz no para de hablarme, haciéndome perder en mí mismo. Nunca te pierdas en vos mismo, porque tus propias manos pueden llevarte a la muerte.
Realmente no tengo idea de quién vaya a leer ésto, mi letra es pequeña y desfigurada, pero mis recuerdos están intactos, mi mente está bastante independizada de mi cuerpo, escuché que es como un trastorno de personalidad sumado a una depresión de última fase, la voz solo se ríe ante lo que Bob Bryar me dice y yo, yo no sé qué hacer. Sé que me llamo Frank Iero, tengo veintiún años y más de tres suturas en la cabeza cortesía Marie. Yo me pregunto, ¿cómo hace uno para perderse en su propio ser? En realidad, no sé quién lo pregunta, si yo o la voz dentro de mi cabeza. Mientras escribo ésto, me habla, mi cabeza me dice que soy una miseria, que no merezco estar vivo. Ni siquiera Marie con todos los años que tiene encima, sabe lo que es querer morir, lo que es que tu cara no sea cálida después de una tarde de sol. Morir en vida, es peor que estar muerto. Ahí es cuando el muerto se ríe del degollado. Yo soy el jodido con el cuello por la mitad.
Mi única familia, eran mis amigos. Raymond Toro, Michael y Gerard Way. Ellos. No hay más que eso. Ninguno de sus padres llamó para ver cómo estaba, ni siquiera los míos. Mis viejos siempre supieron que yo vivía gastando aire, y que quizás no me controlaba mucho, pero las drogas y el alcohol eran parte de todos, y los disfrutaba, amaba la sensación de sentirme suelto, y recién darme cuenta del peso de mi cuerpo cuando golpeaba contra algo que hacía despertarme.
En éstos cuatro meses, Marie me llevó al baño de jefes para que pueda verme al espejo, cuando me desnudé me di cuenta que soy otro. Soy exactamente como la voz me lo repite una y otra vez.
'Ridículo como un cadáver en descomposición'
Mis pupilas están dilatadas tragándose todo el avellana de mis ojos vacíos, ya no veo el brillo de las mañanas cuando tenía diecinueve y Gerard me despertaba con el olor a café, mis labios están resecos y cortados, violácios como cuando enfermé de una pulmonía después de aquél concierto del jodido Pearl Jam en invierno, mis tatuajes están puntiagudos marcados por los huesos al igual que mis dedos y mi cara, mi virilidad es lo único rosa que mantengo satisfecho a veces, mi pelo es un caso perdido, van a raparme mañana.
Yo sé... la voz se ríe de nuevo, dice que no sé nada. ¿Sabré algo?
Lo único que reconozco es que estoy de a poco dejando mi mente vacía. La voz está tomando el control, y sé que no hay peor error que ese. Dejarme corromper por mi mismo.
No sé porqué pero justo ahora, mi voz es una carcajada, no la de mi cabeza, mi propia boca está soltando carcajadas, me parece que estoy cada vez un poquito más enfermo. O quizás, cada vez un poquito más cuerdo. ¿Será que el loco es la voz en mi cabeza?¿Será eso?
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Tragician |Frerard| Terminado
FanfictionFrank con veintiún años, contempló a sus tres amigos morir, un poco tosco se dijo así mismo que viviría por ellos, y por cada una de las vidas que vio cesar en algo tan común y trágico como lo es un accidente en la ruta. La mente de Frank comenzó a...