2. Cerca y lejos.

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Hace 1 año...

Miro esa carta que hace 12 años fui a buscar, ese día que Sirena no apareció ni en el lago ni cerca del río, ese día que sentí un vacío dentro de mí. No nos pudimos despedir, el día menos pensado ella se fue, se fue para siempre sin poder darnos un último abrazo. 

La leo por última vez. La carta a pesar de los años sigue intacta, sigue bien cuidada y es que no ha habido nada que lo haya tratado mejor porqué sin esta carta jamás podré encontrarla. Hoy es el día, hoy me voy, hoy empezaré a recorrer todo el país para encontrarla. He esperado a la edad correcta para que mis padres no me pudieran reprochar nada, para que no pudieran prohibir ir a por ella. 

Hugo, si estás leyendo esta carta es porque me he ido, es porque ha sucedido eso que tanto temíamos. Como aún no sabemos escribir y nosotros dos somos más de palabras dichas que escritas le he pedido ayuda a mi hermana Samantha para escribirte esto que te prometí, sé que no sabías que tenía una hermana, pero no te lo podía contar, ella tampoco sabía que por las mañanas estaba contigo, no podía hacerla cómplice de nuestros encuentros fortuitos, pero ahora que más da, ahora ya nos vamos a separar. 
Sé que no te sabes mi nombre, y tampoco  sabes el porqué no te lo puedo decir, pero mis ojos que tanto te gustan ver me van a delatar si algún día me encuentras, recuérdalos.
Aún somos muy pequeños y no sabemos que nos va a deparar el futuro, pero recuerda que tenemos una promesa, una promesa que se tiene que cumplir, nuestros hijos van a jugar juntos, se van a conocer y nadie los va a separar. No les va a pasar como a nosotros porqué nosotros siempre apoyaremos nuestra amistad. 
Mi hermana me dice que un futuro mejor nos espera y que, cuando volvamos a vernos, reiremos de todas las cosas que hemos hecho de pequeños y que veremos que la inocencia nos ganaba, pero yo no quiero que sea así, yo siempre querré ser inocente contigo porque tu creas mi inocencia. Tú creas mis locuras y tu me haces ser esa niña que juega libre sin importar las consecuencias. 
Te estaré esperando en Galicia, me voy A Coruña al pueblo de mis abuelos, no sé como se llama porqué no me lo han querido decir, pero tú búscame por allí sé que sabrás encontrarme algún día con tus superpoderes de niño valiente
Hugo si no entiendes algo es que mi hermana es más mayor y escribe con palabras muy difíciles y  lo siento, pero seguro que cuando quieras venir a buscarme ya podrás entender todo lo que hay aquí escrito. 
Búscame dentro de un futuro, me dejaré encontrar.

Sirena.

Guardo la carta en la maleta, la llevaré conmigo por si no encuentro a Sirena, por si esto es el último recuerdo que me queda de ella. Para llegar al destino que pone en la carta tendré que coger un avión desde Sevilla hasta A Coruña, para poder comprar el billete ahorré yo mi propio dinero. Todo ese que me daban por navidad, por reyes o por mi cumpleaños lo iba guardando siendo consciente de los kilómetros que nos separaban a mi y a Sirena y que necesitaría un medio de transporte para poder lograr nuestro reencuentro. 

Cierro la maleta a duras penas, está muy llena y es que he metido todo lo que he podido, no tengo pensado volver hasta que la encuentre. Recorreré Galicia, España, Europa y si hace falta el mundo entero. Puede parecer raro que quiera reencontrarme con una niña que conocí cuando tenía siete años, la mitad de la gente no se acordaría no se acordaría de esos amigos de la infancia, los tendrían nublados en su memoria, pero yo no. Yo he seguido recordándola día si y día también. En la maleta llevo un cuaderno que escribí desde los siete años hasta los nueve cuando se me acabó, ahí le escribí a Sirena todo lo que hacía que me recordaba a ella, todo lo que pasaba en el pueblo que siempre comentábamos juntos, lo tengo guardado para dárselo, para que lo lea ahora que ya sabemos, para poder comentar y revivir eso que no pudimos hacerlo juntos. 

-Mamá, me voy- la aviso arrastrando la maleta por todo el salón hasta llegar  a la puerta. 

-¿A dónde vas así, con la maleta tan llena?- me mira sin dar crédito a que no ha tenido previo aviso. 

-A Galicia, concretamente A Coruña. 

-¿Allí? ¿Qué pretendes ir ha hacer en ese paradero?

-Me voy a buscar a Sirena, se lo debo, lo quiero hacer y es nuestra promesa. 

-No puedes ir a buscarla, Hugo, por favor. Tu padre no estará de acuerdo con eso, ya incumpliste lo que te dijimos de pequeño que no te juntaras con ella y lo hiciste y ahora ¿Vas a buscarla?

- Sí, y me da igual lo que me digáis. Tengo suficiente edad para poder hacerlo sin reproches, sin que podáis decidir por mi.

-Está bien, ves. 

-Despídete de papá por mi- Y dicho esto salgo de casa, rumbo al aeropuerto. 

Desde pequeño que no subo a un avión, ese avión que le conté a Sirena que cogería y que quizás volvería como yo hice  esa  vez que lo cogí, pero en su caso no fue así. Ella no ha vuelto y por eso estoy yo yendo a por ella. Mi destino al subir al avión no será Galicia, mi destino será ella. La niña de ojos azules que tantas veces he soñado con ella y que gracias a eso su aspecto no se ha borrado de mi cabeza o eso creo creer porqué ahora ella será diferente, ahora será una mujer pero que reconozco que será guapísima porque desde pequeña apuntaba maneras con su melena castaña y sus ojos iguales que el mar. Muchas veces me felicito a mi mismo por no haberme enamorado en ningún sueño de ella ni de pequeños, me resistí a ella y ahora también lo haré, porque somos amigos que deseamos volver a estar juntos a pesar de todo lo que tenemos en contra, a pesar de ir en contra de lo que quiere el mundo y el destino. 

Subo al avión, ese avión que espero que me acerque a Sirena si no se ha movido de donde se había ido de pequeña. El avión despega y cada vez que se acerca a Galicia me siento más cerca de Sirena creyendo así que seguro que estará ahí, creyendo en el destino y en la casualidad, pensando que todo está preparado por el destino y que nuestros caminos estaban destinados a volverse a unir. El avión aterriza y al salir del aeropuerto y al notar la humedad de Galicia como impregna mi piel tengo la sensación de oír su voz "Hugo, por ahí no que nos verán" tengo la sensación de ir esa frase tan característica de ella cada vez que nos alejábamos de los parámetros que teníamos establecidos, de los limite que podíamos cruzar para que nadie nos viera. Todo es mi imaginación, ni su voz suena por las calles gallegas que ahora mismo recorro en busca de mi alojamiento ni veo rastro de ella de momento, pero mañana empezará la búsqueda de verdad, la búsqueda a hacia la persona que de pequeño me hacía ser más inocente, como ella bien me escribió en mi carta, juntos éramos inocentes, juntos creábamos nuestra propias inocencia, esa inocencia que espero que no se haya roto entre nosotros.  

Recorro Galicia hasta llegar al hotel, sintiéndola cerca pero a la vez tan lejos. 

Te encontraréWhere stories live. Discover now