5. Yo nunca.

177 20 2
                                    

Me despierto maldiciendo el sonido del despertador como cada mañana. Mi plan de hoy era dormir durante todo el día y recuperar el sueño de toda la semana pero me temo que lo tendré que dejar para la semana que viene.
Ayer cuando llegué tuve que insistirle a Julia para que viniera a la playa con nosotros, ella no es así, no le gusta estar rodeada de gente cuando estamos juntos, ella quiere estar a solas, sin nadie más. Tuve que sobornarla diciéndole que hoy también me quedaria a dormir y al final a regañadientes aceptó. No insistí solo por el hecho de ver los ojos de Eva, también quiero ver como Julia se desenvuelve como estamos en compañía. Quiero ver si saca sus celos o su mala leche, quiero ver si disimula lo que no le gusta que haga o si por el contrario será igual de clara, es como si en cierto modo quisiera ponerla a prueba.

Las nueve y media de la mañana y ya estamos montados en el coche que me compre cuando tuve mi primer sueldo en el bar, cuando por fin me concedieron un crédito. Al principio dudé si comprármelo o no, pero no quería ser dependiente del transporte público ni de que Julia me llevara y viniera a buscar a todos los sitios, quería tener mi propia independencia.
Estamos rumbo a la playa la cual hemos quedado, el plan me apetece, me apetece pasar por primera vez aquí en Galicia un día entre amigos, un día rodeado de más gente que no sólo sea Julia, pero en cambio, a esta no le parece tan buen plan. Desde ayer no ha mostrado ninguna alegría para ir a la playa, tampoco esperaba que diera saltos al contarle el plan pero quizás un "estará bien" o un "nos lo pasaremos genial" hubieran estado bien, simplemente por el hecho de que yo no pienso que la llevo por obligación.

-¿Podrás mostrar más alegría cuando estemos con ellos?- Le digo desviando un momento la mirada de la carretera para mirarle sus ojos que están perdidos en el paisaje-Así parece que vengas obligada.

- Esque vengo obligada, sabes perfectamente que yo me hubiera quedado en casa solo contigo. No veo la necesidad de estar con más gente.

-Nos irá bien tener amigos, no podemos estar siempre los dos solos. Tenemos que relacionarnos-En un movimiento rápido, después de estas palabras quito la mano del cambio de marchar para cogerle la mano que descansa encima de su pierna-Nos lo pasaremos bien y si te aburres nos vamos más pronto, pero dales una oportunidad. Te caerán bien.

-Está bien.

Le he dicho que le caerán bien cuando en verdad sé que quizás no será así. La rubia no tiene pelos en la lengua y seguro que suelta cualquier comentario respecto a su hermana y yo, y sé que eso a Julia no le gustará. Ella las bromas no las entiende y soy consciente de que esto me traerá problemas cuando estemos todos juntos.
Aparcamos el coche y terminas el camino que queda hasta la playa andando. Yo ya había venido con Julia aquí, fue una de nuestras primeras citas, al principio nos gustaba venir a aquí, a ver la puesta de sol hasta que caímos en la comodidad y la monotonía de quedarnos en casa, eso que yo tanto odiaba.

A los lejos veo tres siluetas que me hacen intuir que ellos tres ya han llegado y que ya lo tienen todo esparcido por la arena de la playa. Me freno en seco antes de llegar hasta ellos y miro a Julia que sigue con la misma desgana de estar aquí desde que le conté el plan.

-¿Serás simpática o seguirás con esta cara de pocos amigos?- le digo esta gaez tajante. Odio cuando se pone así, odio cuando con sus pocas ganas de hacer cosa me arruina a mi la ilusión de hacer planes.

-Seré simpática, te lo prometo-Hace us suspiro sacando todo el aire que le sobre de dentro el cuerpo y con una pequeña sonrisa entrelaza nuestras manos para terminar de llegar así hasta donde se encuentran mis amigos. Mejor dicho, mi jefe y amigo y mis clientas, no sé si a ellas las puedo considerar amigas aún.

-¡Hombre, la pareja feliz a llegado!- Chilla Samantha efusivamente.

-Así es, ya estamos aquí. Por cierto, ella es Julia- Digo señalandola con la mano que tengo libre ya que la otra sigue ocupada por la mano de mi novia. Julia se limita a saludar con la mano, ella y su simpatía que la caracteriza a todas horas. Suspiro ante su reacción de no decir ni un hola, me alibero de su mano y coloco mi toalla en la arena para segundos después quitarme la camiseta y salir corriendo al agua junto a Flavio dejando ahí a las tres chicas juntas, sin saber si eso era buena idea.

Te encontraréWhere stories live. Discover now