8. De sus ojos azules.

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"Hoy estirado junto al lago me he acordado de aquel día que nos quedamos dormidos juntos frente a él, ese día en el que dormido junto a ti con el sonido del agua cayendo me di cuenta de que quería alguien como tu a mi lado siempre. Me sentí en tranquilidad sabiendo que no necesitaba que alguien que me hiciera sentir eso. Sé que algún día volverá a pasar eso, tengo la certeza de que algún día volveré a ser atrapado por Morfeo junto a ti y volveré a sentir eso que sentí ese día. te echo de menos pero sé que nos volveremos a ver cuando te encuentre."

Aquí, sentado en la barra del bar leyendo una página más del cuaderno que tengo escrito para darle a Sirena el día que la encuentre me doy cuenta que hoy durmiendo he sentido lo mismo. No sé si ha sido por Mía que es una réplica de Sirena y a cada momento gracias a ella tengo la sensación de estar a su lado o gracias a Eva, pero las dos me han transmitido la misma tranquilidad que plasmé hace cerca de doce años en esa hoja en blanco de ese cuaderno que ahora está lleno de vivencias que pasé sin Sirena pero que a la vez quería compartir con ella. Hace tiempo que no sentía eso que sentí ayer, me sentía cómodo con ellas dos, sin la necesidad de tener a nadie más a mi alrededor, sentí mi mundo completo de golpe.

Durante toda la noche los pensamientos respecto a Julia se han diluido de mi mente, en ningún momento me he acordado de ella hasta esta mañana cuando al mirar el móvil he visto un mensaje de ella. Hoy va a venir aquí, al bar para hablar. Me sorprende que haya sido ella la que a decidido hacer el paso para hablar y aclarar la situación.
Nunca lo hace y hoy está decidida a hacerlo. No me voy a quejar, al fin y al cabo quizás Eva tenía razón y se ha dado cuenta de que estaba siendo injusta conmigo y no me merezco todo lo que me hace y va a ser capaz de amoldarse a mi.

La puerta del bar se abre y la veo aparecer a ella, con su pelo moreno rizado envuelto dentro de una coleta. Al contrario de lo que pensaba viene con cara de pocos amigos y sin la intención de pedir perdón. Es transparente y lo puedo ver todo en sus ojos, cuando está contenta y con ilusión lo noto en sus ojos y cuando tiene el día cruzado y viene con ganas de asesinarme también lo sé ver y este es caso de ahora mismo.

-Intenta que se te noten menos las ganas de matrme- le digo cuando está cerca de mí.

-¿Dónde has estado esta noche?- Es lo primero que suelta sin anestesia, sin intentar que nadie más se percate de sus palabras. Su alto tono de voz ha hecho que todos los clientes que estaban tan tranquilos tomando sus cafés de la mañana se hayan girado a mirar el espectáculo que está a punto de montar.

-En casa de Eva.

-¿Perdón?- Sus ojos salen de las órbitas y no llega a creer mis palabras.

-Me lo pidió Mía, y ante ella no me puedo negar. Me transporta la tranquilidad que necesito, me hace ser inocente de nuevo. No creo que sea casualidad que la vida me haya cruzado con ella.

-¿Ya me estás cambiando por ella? Por alguien que conoces de hace dos días y que ni siquiera sabía que conocías y ni yo misma sé quién es.

-Julia, por favor, que tiene cuatro años. ¿De verdad te estás poniendo celosa?- Ahora es mi tono de voz el que se eleva, me he intentado mantener calmado pero cada vez me es más imposible-Pensaba que venías a pedirme perdón, a decirme que estabas arrepentida y que ibas a tener compresión hacia mi, pero veo que no es así. Has venido aquí como una loca, a punto de asesinarme con la mirada sin saber absolutamente nada. Mía tiene cuatro años, es la hermana, hijo o lo que sea de Eva, y por mucho que te pongas celosa o loca porque esté con ella no me voy alejar de ella, es especial, me hace sentirme querido.

-La he vuelto a cagar- asiento con la cabeza ante sus palabras, definitivamente conmigo la ha vuelto a cagar- Yo venía a pedirte perdón. Eva vino el otro día a hablar conmigo, me hizo darme cuenta de que no te merecías como te estaba tratando y estaba dispuesta a irnos a otra casa, a adaptarme a ti a tu estilo de vida. Mi intención era esa, pedir perdón pero mis celos al enterarme de que hoy no has dormido en tu casa me han ganado.

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