04 | Casualidad

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04 | Casualidad

Vanily

No supe más sobre Benjamín después de esa noche en la galería, no atendió a mi invitación al café, aunque lo había repasado en mi mente y no sonaba como una invitación en sí. Solo le había dicho que probaría el mejor pie de manzana, sí, eso no era una invitación.

Aja.

La intención de que viniera iba en serio; quizás no había usado las palabras adecuadas, pero no supe qué más decir para que no sonara a que lo estaba invitando a salir. No era que el pensamiento no hubiera cruzado por mi mente, pero lo cierto era que no había salido mucho desde mi última relación «seria». Las citas estaban fuera de mi calendario desde la ruptura.

Esa ruptura fue la primera vez que me terminaron antes de que yo pudiera hacerlo.

Mi única intención al decirle a Benjamín que pasara por la cafetería era agradecerle. Solo eso.

Tampoco iba a negar que me sentí un poco decepcionada cuando no apareció al siguiente día, ni el día que siguió a ese. Así que para este punto ya no creía que fuera a aparecer.

Debería dejar de pensar en eso.

Me concentré en la pantalla al pie de mi cama, íbamos por la tercera caricatura de la noche y apenas eran las 10. Hoy estaba cuidando de Jocelyn, la hermana más pequeña de Amy, porque su madre y su otra hermana no estaban en casa. Y Amy estaba en su primera cita con Joe.

Por lo que la pequeña Jocie de 8 años, se encontraba recostada a mi lado embelesada viendo los dibujos animados mientras comía palomitas que me había hecho hacer.

—Oye, Van —llamó en un momento. Volteé para mirarla y ella ya me estaba mirando—. ¿Tú no tienes una cita esta noche?

—¿A qué viene esa pregunta, Jocie? —inquirí antes de dar alguna repuesta que me comprometiera.

—Grace se la pasa diciendo que quiere un novio para salir todos los días con él, pensé que eso era lo que hacían los novios.

¿Qué tenía eso que ver?

—Pero yo no tengo novio, Jocie.

—¡Bien! Amy dijo la otra noche que habías conocido a tu «futuro esposo». —Me atraganté con una de las palomitas, mientras ella seguía comiendo tan tranquila. ¿Amy había hecho qué?—. Y mamá dijo que si dos personas se iban a casar era porque eran novios o algo así. ¿Dónde está tu novio, Vanily?

Oh, esta noche iba a correr sangre.

—Escucha, Jo, tu hermana está equivocada, no tengo ni novio ni futuro esposo. Tú eres mi única cita esta noche.

No pareció hacerle mucha gracia. Jocie hizo una mueca de desagrado, lo que me hizo reír.

—Grace dijo que las citas eran solo para personas que se besaban en la boca y yo jamás me besaré con nadie, eso es muy asqueroso.

Volví a reír, no pensaría eso cuando fuera una adolescente hormonal.

Iba a hacerle algún comentario para molestarla, pero en ese momento la puerta del apartamento se abrió y una Amy elegante se adentró en el apartamento hasta subirse a la cama junto a nosotras. Jocie quedó justo en medio.

—Oye, enana, vete al apartamento, Vanily y yo tenemos que hablar.

—Pero estábamos viendo tele juntas. —Se enfurruñó Jocie, la miró con la severidad de una niña de ocho años—. Además, mamá no ha vuelto y sabes que no puedo estar sola.

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