Helloooo, ha pasado un tiempo ¿no? *sale corriendo para que no la linchen*
bien, creo que ya me he disculpado varias veces por desaparecer y en este punto ya no puedo prometer *no* volverlo ha hacer lol. solo puedo decir que sigo escribiendo e intentaré actualizar tanto como pueda, gracias a quienes se quedan y a quienes esperan con paciencia.
ahora sí, a leer.
10 | Podrías quedarte a desayunar
Vanily
Los sueños donde la veía cruzar esa puerta eran algo recurrente, ni siquiera me sorprendía que estuviera otra vez parada en ese apartamento, el día en que mi vida había dado un giro drástico. Lo único que podía hacer era llorar mientras ella solamente me susurraba un «espero que un día lo entiendas». Ni siquiera una disculpa, solo una simple excusa.
Entonces me dejaba ahí, llorando sin entender nada.
Y como todas las veces anteriores, desperté de repente con el sudor corriéndome por la cara y todo el cuerpo, odiaba la sensación que me dejaba ese sueño. La presión en el pecho al sentir cómo revivía esos sentimientos que no me dejaban en paz. Justo como ahora, que esa presión subió a mi garganta, apretándola fuerte y sabía que, si no lo contenía, un sollozo saldría de ella con fuerza.
Me concentré en mi respiración y empujé con fuerza ese recuerdo hasta lo más profundo de mi mente, ahí donde guardaba todas las cosas que me hacían daño, todas las emociones que no dejaba salir, que me negaba a sentir.
Estaba segura de que no era algo sano, pero hablar sobre ese evento de mi pasado era algo que no estaba dispuesta a hacer. No podía.
En cuanto me aseguré de que esos recuerdos no iban a aplastarme, me percaté de un ligero, pero constante martilleo a mi sien. ¿Por qué me dolía la cabeza? Un pequeño quejido salió de mi boca, intenté abrir los ojos, pero la luz de la mañana me escoció las retinas y el recuerdo vino de repente a mi mente: todo lo que había bebido anoche.
Y con este, la razón por la que había querido beber: Demian.
Solo recordar todo lo que había pasado la tarde anterior en la cafetería; su aparición repentina, pero claramente calculada, me ponía los pelos de punta. No estaba segura si de enojo o nerviosismo, pero lo que no me gustaba era que me hiciera sentir algo.
Él no se lo merecía.
Bufé al tiempo que volvía a acomodarme en la cama para seguir durmiendo, prefería eso a tener que pensar en él. Sin embargo, mi plan se vio truncado por mi vejiga, que decidió que era buen momento para evacuar los líquidos contenidos en ella. La urgencia de ir al baño me golpeó, sabía que no podía ignorarla a menos que quisiera que pasara un desastre, por eso, con mucha dificultad me paré de la cama y caminé hasta el baño que estaba a unos metros de mi cama.
Cuando terminé de hacer mis necesidades y mientras me lavaba las manos, levanté la vista por inercia y me encontré con el espejo frente a mí. La noche anterior sí que me había pasado factura, las grandes ojeras debajo de mis ojos y los párpados hinchados contrastaban con mi mirada cansada.
Detestaba con todas mis fuerzas que Demian hubiera vuelto a aparecer para desencajar todo lo que con dificultad había logrado poner en su lugar. Pero detestaba aún más que siguiera afectándome.
Sacudí la cabeza, no pensaría en él, ni hoy ni nunca. No lo necesitaba, él estaba haciendo su vida y yo seguiría con la mía.
Al echarme un vistazo me percaté de que llevaba puesta el pijama, que no recordaba habérmela puesto... y que tampoco recordaba la mayor parte de la noche. Después de haber colgado con Amy todo era un montón de manchas neón y personas borrosas.
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Hecha de vinilo
Roman d'amourVanily ama la música. Benjamín ama pintar. Los dos aman el arte. Vanily ya no es capaz de disfrutar la música como solía hacerlo. Está desesperada por reencontrarse con el único legado que le dejó su padre: la música. Benjamín tiene dudas sobre...