Zoológico de Demonios

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Lava, fuego, erupciones, criaturas horrendas, todo lo inhumano se encontraba ahí, no había espacio par la vida, cualquier ser vivo moriría por el calor, y aunque eso no lo matara nada lo salvaría de la gran horda de demonios que habitaban en el 7mo Piso Subterráneo de la gran Tumba de Nazarick.

Por un sendero lleno de ruinas de lo que parecía un antiguo santuario destruido, caminaban un Demonio y un Súcubo, sin embargo eso era normal en este piso, la única diferencia, era que había algo extraño, todas las criaturas de destrucción se arrodillaban frente a estos cuando caminaban en frente suyo. Se dirigían a la residencia de Demiurgo, donde los recibieron dos demonios custodios. 

-Buen día Señor Demiurgo, Señorita Albedo- Dijo inclinándose.

Demiurgo agito su mano y le dejaron pasar...

pasado un tiempo un guardia le susurra a otro;

-Sin duda, Albedo es la guardiana mas hermosa, no paro de imaginar las cosas que podría hacer con ella- Dijo un asqueroso demonio de tres cuernos y gordo, tenia piel verde y ojos de gato, las comisuras de su boca e levantaron de forma lujuriosa.

-No seas estúpido- dijo el otro, que aunque mas atlético, era igual de espeluznante, sus grandes alas de murciélago empezaron a temblar-He escuchado una historia, uno de los generales, Kainon, se acostó con Albedo, no pudo levantarse durante 15 días, si no fuera porque Demiurgo lo torturo jamás hubiera despertado, lo escuche del General de la Ira, Wrath-

El demonio palideció, el conocía el poder de los doce Generales , si alguien como ellos a penas y sobrevivió que seria de el, un demonio de nivel medio - Suena a un desafío- dijo mientras una gota caía desde su frente hasta su mentón, para finalmente tocar el suelo

Luego de ese día el demonio pidió una audiencia con la Súcubo, no lo vieron nunca mas, sin embargo al quinto día llego una caja pequeña a las puertas de Demiurgo, tenia olor a podrido, asqueroso y repulsivo, pese a que los demonio están acostumbrados y les encanta el sadismo, la carta que llevaba la caja cuando fue recibida por el demonio lo paralizo del miedo.

"Un ser de clase baja, que aunque respeto por su lealtad a Nazarick mostro una falta de respeto hacia la Líder de los Guardianes de Piso y administradora de la  Gran Tumba, sufrió el mejor castigos de todos por su insolencia. Le di lo que quería, pero aun así como un demonio debería haber sabido lo que implica un pacto, el precio por tocar un mechón de mi cabello, es la muerte, el recibió sin embargo algo peor, tortura eterna hasta el fin de los tiempos y el fin de su inmortalidad espiritual y material".

El guardia prosiguió a entregarle la caja a Demiurgo, quien respondió con las palabras;

-"!si esto sigue así me voy a quedar sin ejercito que comandar¡"

...

Se encontraba Demiurgo y Albedo hablando tras la charla con su Señor.

-Y, dime demiurgo, ¿Cuánto has adivinado de sus planes?-

-No mucho en realidad, seria muy pretencioso tratar de adivinar todos los planes de Lord Momonga, sin embargo, preparar un ejercito, buscar información, adaptarse a mi estrategia, el cambio de nombre, quizás este empeñándose en tomar el país-

-Quizás el continente- menciono la Súcubo.

-Quizás es muy adelantado de nuestra parte, Momonga menciono mis intenciones aceleradas, probablemente este pensando en un plan para adelantarse al enemigo y enredarlo en una trampa lentamente- de repente hiso una pausa, un pensamiento de curiosidad paso por su mente, las comisuras de su boca se elevaron hacia arriba y aprovecho el momento para preguntar sobre la relación de Albedo con su señor.  -Dime Albedo, antes de continuar ¿Qué opinas sobre nuestro señor?-

El silencio reino, la súcubo lo miro con una mirada fría, capas de congelar el tiempo de aquel que la viera, llegando a petrificar incluso a un guardián de piso como Demiurgo.

-Él es el único hombre que jamás podre tener, que irónico acostarse con todos, pero solamente amar a alguien incapaz de dar amor- hablo con un unos ojos melancólicos.

-Mmm, no estoy seguro de eso Albedo, recuerda que Lord Momonga no es cualquier no-muerto, es un Ser Supremo, aun así seria blasfemo faltarle el respeto, por lo que no deberías interferir en sus planes.-

un leve resplandor apareció en los ojos de la Súcubo. 

-Si, tal vez tengas razón, aun así no pienso dejar que esa perra de Shalltear le toque un pelo antes que yo- Dijo liberando una aterradora aura violeta.


(estoy abierto a sugerencias para cambiar algunas canciones, y para futuros capítulos, siéntanse libres de opinar y criticar ya que me es de utilidad, de igual forma si hay alguna duda o alguna parte de la este fanfic que no comprendan pueden preguntar, muchas gracias por leer).

Overlord Guerra De MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora