Trato Con La Muerte

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 blanco..

de pronto negro...

de pronto, otro rayo de luz...

lo alcanzo, despertó.

¿Qué pasaba?, no lo entendía, se sentia de regreso.

¿Quién era aquel? cola de metal, orejas puntiagudas y lentes, un elfo, no tal vez un demonio, no, tal vez no conocía su especie. Hablaba con alguien, una sirvienta, o ese tipo de traje vestía, pues su cara era la de un perro, no conocía ese tipo de demihumano, era extraño, se sentia extraño.

Su vista se desvió, estatuas gigantescas de criaturas grotescas, una al lado de la otra, no tubo que usar su poder par saberlo, esas criaturas poseían mas magia que cualquier otra. Quedó fascinado, ¿Quiénes eran aquellos?¿murió y esta en el infierno?. El techo no tenia fin, decoraciones elegantes por todos lados, todo aquí podía valer la vida entera de una persona. Miraba asombrado, era hermoso y aterrador a la vez.

-Despertaste- dijo el hombre de traje -siéntete bendecido, Ainz ordenó resucitarte pese a tu ofensa, Fluder-.

-¿Yo, morí?- pregunto aún mas incrédulo el viejo.

-Así es, y con el único propósito de ser un peón desechable, "sígueme"

Algo paso con su cuerpo, no pudo controlarlo, de repente se levanto sin poder resistirse, y camino detrás del hombre de traje. No pudo hacer otra cosa mas que gritar por el miedo.

-"silencio"- el demonio enfurecido grito, no pudo mover la boca...

Sin poder hacer nada finalmente llegaron a unas enormes puertas, el contraste era demasiado, pues en la puerta derecha, había una hermosa ángel, que volaba en un hermoso cielo, con alas blancas y puras, extendiendo una mano hacia abajo la cual tocaba con la punta de sus dedos, los dedos de un horrenda criatura en la puerta izquierda, un demonio rojo, patas de cabra y varios cuernos sobre su cabeza, parado en una horrible postura encorvada sobre un infierno ardiente. Este era otro de los detalles obsesivos de Tabula Smaragdina.

El arte tan exquisito, arte surrealista, mostrando a un demonio y un ángel unidos, "¿Qué significa?" se pregunto Fluder.

El hombre de traje se detuvo, giro su cabeza y miro a Fluder desde arriba -"eres libre"-.

Fluder tenia un montón de preguntas para hacerle al demonio cuando lo libero, sin embargo, un ruido rechinante logro contener sus palabras. 

(ADELANTAR HASTA SEGUNDO 20 )

Las puertas se abrieron solas y lentamente, al terminar de abrirse Fluder camino con la boca abierta, oro, plata, metales desconocidos, candelabros mágicos, alfombra de color sangre y varias banderas sobre los pilares del gran salón, al final, un trono gigante, sin duda el castillo de un Señor Demonio, no, el de un Dios.

 Sentado en el trono, la muerte, con una túnica de obsidiana, tan valiosa como para comprar el mundo, cinco anillos en cada mano, con magia suficiente para dar su vida por tocarlos, el nivel de todos sus ítems era superior por mucho a la armadura del capitán guerrero. A pesar de todo, ni una sola gota de magia en el esqueleto. "Decepcionante" pensó.

-Fluder Paradyne, viniste-

Fluder tenia ganas de gritarle, pues había sido asesinado, sin embargo conocía su lugar.

-Si, ¿se me perite saber que es lo que esta pasando?-

-Demiurgo, ¿no le explicaste?-

una gota de sudor recorrió su espalda, su nerviosismo era gigante, aun así logro ocultarlo de manera esplendida -No Lord Ainz, sepa disculpar a este humilde siervo-.

-Ya veo, entonces te lo diré-

-Muchas gracias- Dijo Fluder 

- Veras, te ofrezco un trato, véndeme tu reino y tu vida, a cambio te mostrare el abismo de la magia- Dijo Momonga 

-Acepto- dijo el mago sin dudarlo ni por un momento.

-¡eh!...- Momonga estaba realmente sorprendido, fue mucho mas accesible de lo que esperaba -Y dime ¿Por qué no vacilaste?-

-Esa es una pregunta muy simple, mi deseo por saber es muy grande, he vivido durante mucho tiempo y aun así no he avanzado mucho, pese que aunque usted no tiene magia, sus subordinados serian capaces de brindarme ayuda con mis investigaciones, al igual que las estatuas en la sala anterior- Dijo Fluder confiado.

-Oh... ya veo, perdona mi error- Momonga levanto su mano y se quito un anillo azulado.

El tiempo se congelo, no literalmente, sin embargo, la gran cantidad de magia que mostraba el no muerto era absurda y entonces el tiempo de Fluder se congelo. 

No pudo contenerse, empezó a llorar , lo que había buscado se encontraba frente a el, no le importaba perder su alma con tal de alcanzar su objetivo.

-!Señor ilústreme con su sabiduría, le diré todo, trabajare con usted le venderé mi alma, todo!!- Gritaba Fluder exasperado mientras se acercaba a los pies de Momonga para besarlos en posición de dogeza. 

"impresionante" Sonrió el demonio...




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