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El viento era frío y fuerte, azotaba con violencia los mechones de cabello castaños de Cassie. La tarde se terminaba y la noche comenzaba a hacer presencia mientras los últimos rayos de sol se dejaban ocultar. Cassandra estaba sentada en una banca blanca de metal, y al frente de ella, se situaba un hermoso hotel color crema y cortinas rojas que se podían ver desde el exterior.

No llevaba más de diez minutos esperando, de hecho, ella se había adelantado unos quince a la hora acordada con el chico.

El recién mencionado no tardó más en aparecer, su cabello obscuro resaltó en entre la multitud y Cassandra pudo observar como sus ojos la buscaban con impaciencia. Él la encontró y cuando estuvo frente a ella, le extendió su mano derecha para ayudarla a levantarse.

Ella aceptó su mano y trató de guardar una sonrisa. Así que la tapó con sarcasmo.

-¿Desde cuando eres tan caballeroso?- Dijo la castaña cuando estaba ya al lado de él.

-¿Acaso alguna vez no lo he sido? - Hizo un puchero y arqueó las cejas mientras avanzaba hacia el hotel.

Void giró su cabeza hacia Cassandra mientras caminaban, sus ojos estaban fijos en ella como si fueran la parte opuesta de un imán contra el otro. Cassie los miró, y en el fondo de esas órbitas de avellana se alzaban destellos verde neón. La atraían como nada más en el mundo. El rompecabezas detrás de esos hilitos verdes en sus ojos la dejaban en otros pensamientos.

¿Qué oculta detrás de esa sonrisa sarcástica y ojos misteriosos?

Ella desvió la mirada, de lo contrario se podía ver siendo devorada por aquellos tan intensos ojos.

-Se me ocurre una vez...-Vaciló un poco antes de seguir hablando- Cuando me dejaste para que la policía me arrestara.

-Fueron unos... Problemas técnicos, mi querida socia- Hizo una pausa, continuaba mirándola fijamente - No te preocupes, no te volveré a dejar.

Por alguna razón, la última frase ya no estuvo tan llena del usual tono sarcástico de Void y su voz se obscureció. Era como si retuviera un nudo pesado en la garganta y con el tono ronco de hablar tratara de tragárselo.

Oh, si tan solo entendieran que el sol no se puede cubrir con un dedo.


Llegaron finalmente a la entrada principal del hotel. Era elegante en exceso, adornado con telas color rojo y rosas del mismo tono. El techo era alto y se encontraba decorado con hermosas candelabros de cristal y tonalidades doradas. En el piso, una alfombra que parecía estar hecha de crema con hilos de dorado los recibía con formalidad y suavidad. En el fondo tocaban jazz, junto con el olor de alcohol caro y la calidez de la luz hacía que se sintiera con un sueño.

Los mejores lugares esconden a las peores escorias, definitivamente.

-Cuando quieras vendremos de vacaciones, pero por ahora tenemos negocios que hacer.- Le susurró Void en el oído haciendo que Cassandra sienta un escalofrío.

Las cejas de Cassie se arquearon el molestia y cuando sus ojos cruzaron con los de Void, los giró y desvió su mirada hacia el recibidor.

Void alzó su codo derecho haciendo un gancho hacia la chica, la cual lo miró confundida y alzó su mano derecha en un ademán. El chico blanqueó los ojos con una sonrisa e insistió en la misma posición hasta que al fin ella correspondió y dejó enredar su brazo izquierdo en el brazo del chico.

Su piel ardía como fuego fresco en una fogata, pero empezaba a acostumbrarse.

-¿Que piensas hacer aquí?

POWERFUL  -Void Stiles (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora