Corrí por la fría acera con mis pies descalzos. La nieve y el helado camino hacían que mis pies quemaran como nunca. Raro, ¿cierto? Es muy interesante como las cosas pueden causar consecuencias completamente diferentes a su naturaleza.
De pronto escuché los alborotados pasos de los superiores ¿O solo era uno? Mi conciencia estaba en otro lugar. Él o ellos estaban corriendo hacia mí, esto hizo que el pánico entrara y se agarrara de mi garganta, la desesperación carcomiéndome la cabeza... No podía sentir las piernas y ya solo corría por instinto. Cada vez que asentaba la suela de mis pies, un gran dolor recorría por mi espalda sacando lágrimas de mis ojos.
Ya no podía más. Hace mucho perdí la cuenta de los kilómetros que llevaba corriendo, pero los malditos jefes seguían buscándome en sus autos. No me podía rendir aunque quisiera, eran demasiados los meses que llevaba planeando esto, demasiados...
Mis piernas desnudas empezaban a temblar, el estúpido short que usaba no era nada en comparación a la helada noche que me acompañaba. Dentro de poco me iba a caer. Ya no aguantaba más.
Sentí mis tobillos doblarse y grité de dolor cuando caí a un lado de la desolada carretera. Sentí como unas ramas entraban en mi piel, hiriéndola mientras salía el líquido color carmesí.
Eso era todo. No podía levantarme, me iban a encontrar y me darían el castigo de mi vida.
Lloré en silencio mientras trataba inútilmente de esconderme en un arbusto. Mi llanto silencioso incrementó al ver que el gran auto de William paraba enfrente a mi. Lo podría reconocer donde fuera.
—Maldita mocosa... ¡Nunca volverás a ver la luz del sol! ¡Jamás! —Gritó mientras sobaba su rodilla que sangraba sin control — ¡Te venderé al primer postor y no volverás a ser feliz en tu inmunda vida!
Lloré sin control, me había encontrado. Jaló mi brazo con violencia y me tiró hacia el capó del carro, haciendo que golpee mi rostro contra la brillante pintura roja del automóvil.
—¡Lo siento! Lo siento mucho... Por favor ya no me hagas daño.— Grité desesperadamente mientras me arrastraba en el pavimento. Su rostro no mostró ni una sola huella de compasión.
—Cállate, maldita perra... Sabía que tramabas algo al ofrecerte como una desgraciada a que te lleve. Debí hacerle caso al director.
Se agachó y con un solo jalón hizo que quedara pegada a él. Grité por ayuda, pero no había nadie en kilómetros cerca.
—¡No por favor! Prometo ser buena y hacer lo que quieras, pero no me mates por favor.— Grité mientras trataba inútilmente de soltarme de sus brazos.
Golpeó mi mejilla con severidad y yo caí al suelo acariciándola. Ardía como la mierda y yo ya no tenía más lágrimas, estaba desconsolada.
Era mi fin. Me lastimaría y de seguro me dejaría tirada en un río. Y estaba segura de que nadie me buscaría.
—¿Matarte? Oh no, yo no quiero hacerte daño. Pero, mi querida Cassandra, tampoco te voy a dejar ir así.— Su semblante cambió por completo y tomó mis muñecas pegándolas a su auto.
No quería que me haga daño, pero poco podía hacer para defenderme en ese momento.
— ¡AYUDA! ¡Ayuda por favor!— Grité mientras trataba de zafarme, era imposible... William era demasiado fuerte y yo estaba apenas viva.
Lloré aún más mientras soltaba pequeños gritos. Golpee a William en la entrepierna cuando vi la oportunidad y corrí unos seis metros antes de volver a caer. Mis piernas temblaban sin control al igual que mis manos.
ESTÁS LEYENDO
POWERFUL -Void Stiles (En Edición)
Fanfiction"Ella no está sola, y nunca más lo estará. Te juro, mi querida Cassie que nuestra historia no acabará de una manera tan trágica como la que me torturó durante tanto tiempo... Lucharé por ti y nuestro pequeño juego Ya que ¿Qué sería de un rey sin su...