-Ella no se quedó muy mucho tiempo en ingles.- Me dijo Percy, se le nota el miedo en su voz, pero trata de ocultarlo, yo también estoy asustada pero no tanto como Percy. –Pensé que habías dicho que se desvanecían por una vida.-
-Dije si tienes suerte.- Dije. –Obviamente tú no la tienes-
-Tres de ellas.- Dijo Grover. -¡Di inmortales!
-Está bien.- Trate de calmarlos a todos, y mirando a mi alrededor viendo nuestras opciones… -Las furias. Tres de los peores de los monstruos del Inframundo. No hay problema. No hay problema. Vamos a salir inadvertidamente por las ventanas.- Puede que no sea muy buena idea, pero es la única opción que tenemos para librarnos de ella.
-No se abren.- Dijo Grover.
Genial, y ahora ¿Qué? Piensa Annabeth, piensa.
-Una puerta trasera.- Sugerí.
No había ninguna, y ahora que, debemos pensar en algo, no podemos rendirnos sin dar pelea.
-Ellas no atacarían con testigos alrededor.- Dijo Percy. -¿Lo harían?-
-Los mortales no tienen buenos ojos.- Dije. –Sus cerebros solo pueden procesar lo que ven a través de la niebla.-
-Van a ver tres brujas matarnos ¿Verdad?-
No sé qué verán los mortales, pero dudo que sea algo bonito.
-Es difícil de decir. No podemos contar con los mortales como ayuda. ¿Tal vez una salida de emergencia por el techo…?-
En ese momento entramos en el túnel, y las tres furias se levantaron de sus asientos con la excusa de ir al baño, ¡diablos! se me acababa el tiempo…
-Ya lo tengo. Percy toma mi gorra.-
-¿Qué?- Estamos en una crisis, no es buen momento para preguntas tontas.
-Tú eres al que quieren. Vuélvete invisible y ve por el pasillo. Déjalas pasarte. Tal vez puedas llegar a la delantera y salir.-
-Hay una posibilidad de que no nos noten. Tú eres un hijo de uno de los Tres Grandes. Tu olor debe ser abrumador.-
-No puedo simplemente dejarlos, chicos.- Dijo Percy
-No te preocupes por nosotros, ¡vete!- Dijo Grover.
Las manos de Percy temblaban, pero aun así logro ponerse la gorra, y luego desapareció. Este es el momento en que hay que rezarles a los dioses porque me haya hecho caso y este siguiendo el plan.
Cuando las Furias estaban a la mitad del pasillo, una de ellas se detuvo y miro a un lado, si es que Percy está ahí, y ella lo siente, esta frito. Pero al parecer no estaba ahí, ya que ella y sus hermanas siguieron caminando hacia el final del pasillo, eso es bueno, intente relajarme un poco, pero podía dejar de mirarlas.
Sin previo aviso, las tres hermanas nos acorralaron a Grover y a mí, y comenzaron a transformarse. Sus cuerpos y caras se arrugaron y se tornaron café, les salieron alas de murciélago y sus manos y pies parecían garras de gárgolas. Y sus bolsos se convirtieron en látigos de fuego, tengo entendido que si una de esas cosas te toca, estas muerto.
-¿Dónde está? ¿Dónde?- Dijeron las Furias con una voz que no vale la pena describir, pero si es muy aterradora.
Reuní todo el valor que pude y grite. – ¡No está aquí! ¡Se ha ido!-
Las Furias alzaron sus látigos hacia nosotros.
Esto de seguro no terminara bien, así que saque mi cuchillo, y Grover una lata de su mochila, la verdad no sé de qué le puede servir, pero de todas formas la sacó-
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El Ladrón del Rayo. Desde Annabeth Chase. (Pausada)
FanficMas que una descripción de esta novela-historia, diré por que la escribí. Desde que hace mucho tiempo he querido saber que es lo que Annabeth pensaba, y como nunca encontré lo que quería, decidí escribirla. Perfectamente podría haber mantenido en se...