El Ladrón del Rayo. Desde Annabeth Chase. (Pausada)

Capítulo 14

Se escuchó una explosión de agua.

-¡El río!- Tal vez es Percy o es el monstruo. Si es el monstruo, puedo demostrar de que estamos hechos los mestizos. Pero si es Percy, quiere decir que sobrevivió, al monstruo por lo menos. -¿Sabes si los hijos de Poseidón pueden caer al agua de grandes alturas sin morir?- Pregunté.

Grover me miró como si estuviera loca. -¿Qué?-

-Nada.- Comencé a caminar al río, ahí debe haber algo. -Si le dices algo a Percy de lo que viste, me aseguraré de que jamás te crezcan los cuernos, ¿quedó claro?- Jamás haría algo así, pero el Sesos de Alga no lo tiene que saber. Grover asintió asustado.

A estas alturas la policía, bomberos y noticieros mortales ya habían llegado. Pero en el río no había señal de vida.

Solté una palabrota.

A mi alrededor todo era una locura, los reporteros informaban sobre lo que veían, no les presté mucha atención, tengo cosas más importantes que atender.

¿La buena noticia? Es que los mortales que estaban allá arriba están a salvo... bueno, tal vez daños cerebrales, pero seguían con vida. Los vi salir del ascensor del Arco.

Ya estaba perdiendo la esperanza, cuando Grover grita. -¡Perrrcy!- Él lo abrazó en cuanto se dio la vuelta, sentí un peso salir de mi espalda. -Pensamos que habías ido hasta Hades, de la manera difícil.-

Nunca en la vida lo admitiría en voz alta, pero le agradezco a los dioses que el Sesos de Algas esté vivo.

-¡No podemos dejarte sólo ni cinco minutos!- Traté de parecer enojada, pero ni yo me lo creía. -¿Qué pasó?-

-Una especie de derrumbe.- Puse los ojos en blanco.

-¡Percy! ¿Seiscientos treinta pies?-

Tras nosotros, un policía gritó -¡Abran paso!- La multitud se hizo a un lado y los paramédicos pasaron, llevaban a la señora que estaba arriba con nosotros en una camilla. Ella decía. -Y luego ese enorme perro, ese gran chihuahua escupe fuego...-

-Está bien, señora.- Dijo el paramédico. -Sólo cálmese. Su familia está bien. El medicamento está haciendo efecto.-

-¡No estoy loca! Ese chico saltó en el hueco y el monstruo desapareció... ¡Allí está! ¡Ese es el chico!- Eso era una invitación a irse.

Percy la aceptó sin pensarlo. Nos llevó a Grover y a mi, y desaparecimos en la multitud.

-¿Qué está pasando?- Exigí. -¿Acaso hablaba del chihuahua del elevador?-

Percy nos habló de todo lo que pasó allá arriba, con Quimera y Equidna, su salto desde arriba, que debería haberlo dejado aplastado en el río, y un mensaje bajo el agua de una dama, náyade diría yo, sobre que debe ir a Santa Mónica por encargo de su padre.

-Whoa.- Dijo Grover. -¡Tenemos que llevarte a Santa Mónica! No puedes ignorar los mandatos de tu padre.-

Antes de que pudiera decir algo, pasamos por el lado de otro reportero que hacía un anuncio de noticias, Percy se quedó congelado al oír lo que decía. -Percy Jackson. Así es Dan. El Canal Doce tiene información de que el chico que pudo haber causado la explosión coincide con la descripción de un joven buscado por las autoridades por un serio accidente de autobús en Nueva Jersey hace unos días. Y se cree que el chico viaja hacia el oeste. Para nuestros televidentes, aquí está la foto de Percy Jackson.-

¡Maravilloso! Ahora tenemos que preocuparnos por esconder la cara del Sesos de Alga del mundo porque lo están buscando. ¿Algo más que nos complique la misión? Le rezo a los dioses porque no sea así, por favor.

Nos escabullimos detrás de la camioneta del noticiero y nos deslizamos por el callejón.

-Primero lo primero.- Dijo Grover. -Tenemos que salir de este lugar.-

No estoy segura como, pero pasamos desapercibidos hasta llegar a la estación de Amtrak sin ser detenidos. Abordamos el tren justo antes de que se fuera a Denver. El tren avanzaba hacia el oeste, cada ve más cerca del reino de Hades. Las luces de la policía aún brillaban tras nosotros, en St. Louis.