EL CAFE

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Desperté con el sonido del reloj de mi celular, la mañana estaba fresca, mis padres estaban preparándose para salir, mi hermano aun dormía así que lo vestí y lo llevé abajo para que tomara desayuno, papa salió rápido ya que estaba atrasado con una reunión, mientras mi madre se sentaba a la mesa yo estaba planeando ir a ducharme y vestirme.

-hija, ¿Qué haces despierta tan temprano hoy? Tus clases son en la tarde usualmente

- tengo que hablar con la profesora de cálculo, ayer le quise preguntar, pero nos quedamos sin tiempo, dijo que fuera hoy temprano ya que tenía un tiempo libre entre clases.

Fui a ducharme, el agua estaba tan rica que fue difícil salir rápido.

Mientras me bañaba mi madre sacaba el auto para llevar a mi hermano a clases y luego ir al trabajo.

Fui a mi pieza y busqué que ponerme, la mañana estaba fresca y la idea de un chaleco de hilo estaba desechada, me puse los jeans, unas bucaneras negras, un chaleco ajustado de color gris, un abrigo negro y una cartera pequeña.

Tome mis llaves, la billetera y el celular. como ya estaba eximida de la mayor parte de los ramos no era necesario asistir a las clases, pero de todas formas quería que la materia me quedara clara y asistía a las clases de repaso, pero ese día faltaría a la clase de la tarde para ir a comprar ropa nueva para la fiesta del viernes.

Tome el tren subterráneo y me baje en la estación de la facultad, me dirigí a donde habíamos acordado vernos con rodrigo "la muñeca" era un lugar icónico ya que era una escultura donde la mujer representada parecía muñeca de trapos, por esa razón todos los que asistían a la universidad la llamaban "la muñeca" aunque el nombre real de la escultura fuera "sociedad".

Cuando llegue Rodrigo me estaba esperando, apenas me acerque pude sentir el olor a desodorante, penetro de tal manera en mi nariz que fue inevitable no estornudar. Al parecer algunos hombres no comprenden que la belleza de las cosas esta en lo sutiles e imperceptibles de su existencia.

R: alguien parece tener alergias

A: no son alergias, tu desodorante hizo que me picara la nariz.

R: ¿te parece si vamos al café...?

A: mas te vale que la próxima vez no te acabes una lata de desodorante, piensa en el ozono

R: lo tendré en mente

Llegamos al café y las mesas estaban la mayoría desocupadas, buscamos una que tuviera una vista agradable y nos sentamos, había varios conocidos que uno reconoce por las vueltas que se dan buscando las salas de clases o a algún profe para preguntar sobre las pruebas, pero no conocía a casi nadie de los que estaban ahí, solo los ubicaba de vista.

Una chica nos atendió y nos entrego la carta de cafés, postres, sándwiches y galletas.

Yo quise un capuchino de vainilla con un sándwich de lechuga tomate y pollo y Rodri pidió un café negro con un sándwich de jamón y queso caliente.

R: supe que van a salir este viernes

A: ¿Tami te comento algo?

R: dijo algo sobre una fiesta el viernes, sé que los de la facultad de arte estaban organizando una para un proyecto de fotografía, para mí son solo excusas

A: la verdad si, planeamos ir

R: sabes si es con acompañantes, podríamos ir juntos

A: no tan rápido

R: solo digo que me gustaría ir contigo si es que así fuera

A: esta vez voy a tener que decepcionarte, ya me posé de acuerdo con mis amigas en ir con ellas

R: debí haberte invitado antes

A: ya habrá más fiestas. tal vez puedas considerarlo la siguiente vez

R: bueno y pasando a otro tema, ¿Cómo va calculo?

A: estuve estudiando bastante, me siento preparada para dar el examen la semana que viene

Lachica trajo los cafés y los sándwiches y miro a Rodrigo como si se lo comieracon la mirada, se dio media vuelta y meneaba las caderas como péndulo en un pobre intento de captar su atención.

Terminamos de comer y nos quedamos un tiempo más hablando cosas triviales.

Al terminar recibí una llamada, las chicas estaban listas para salir y me estaban esperando frente a la biblioteca

R: ¿te tienes que ir?

A: si, tengo un compromiso

R: bueno, te acompaño si quieres

A: no es necesario, tu tienes clases ahora

R: planeaba llegar un poco tarde diciendo que tenía problemas de estómago, pero supongo que tendré que llegar a la hora

A: nos vemos entonces

Caminé hasta la biblioteca, me encontré con las chicas y tomamos un auto, llegamos al centro comercial, y recorrimos varias tiendas

T: y ¿vas a contarnos que fue lo que paso con mi primo?

A: fuimos a tomar un café, no paso nada

J: ¿ni siquiera un besito? Que Fome

T: desperdiciando oportunidades, ya pensaste que te vas a poner el viernes

A: aun no

Mientras revisaba entre las poleras no pude evitar notar al otro primo de Tami, Daniel. siempre fue muy callado, había algo de él que me atraía de alguna forma, era casi igual de alto que rodrigo tenia los ojos cafés oscuros y el cabello negro, siempre lo veía caminando por la facultad de humanidades con algún libro en la mano o escuchando música. El y yo solo teníamos 3 meses de diferencia pero su nivel de madurez aparentaba que la brecha era mayor, Tami y yo éramos amigas desde pequeñas y solía ir a su casa para sus cumpleaños, su madre vivía con su hermana desde que su padre falleció por lo que su Rodrigo siempre estaba en casa y eran como hermanos ,pero Daniel era hijo de la otra hermana de su madre por lo que nunca tuvo una relación muy cercana , no pude evitar sonrojarme al ver que estaba mirando en nuestra dirección, se acerco y nos saludo de forma indiferente , pregunto algo a Tami y luego se fue.

J: esta polera se te vería muy bien, deberías probártela...Andri...Andrea ... oye, ¡¡despierta!!

A: perdónme quede pegada

J: ¿no quieres un pañuelo? Tienes saliva en la cara

A: muy graciosa

Solo Javiera se daba cuenta de que me atraía Daniel, Tami parecía no darse cuenta y estaba constantemente insinuándome que saliera con Rodrigo, pero la verdad es que yo solo lo veía como un amigo demasiado cariñoso que además era primo de una de mis mejores amigas.

Terminamos de comprar y fuimos cada una su casa, cuando llegue mi mama aún no había llegado y mi hermano no tardaba en llegar en el furgón escolar, posiblemente llegaría con hambre así que decidí preparar unos fideos con salsa.

sentí que el furgón llego y fui a buscar al pequeño, venia con la polera fuera y el polerón en la mano, entramos a la casa y le pregunté cómo le fue, dijo que sus compañeros le habían dicho que era muy lento para correr, pero era muy bueno con el control de la pelota de futbol, al parecer teníamos una pequeña estrella que solo necesitaba trabajar en su carrera.

Almorzó y le pregunte si tenía ánimos de ir a la plaza un rato, deje los platos limpios y lo saque a dar una vuelta.

ciudad de negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora