Capítulo 1.

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Rachel.

Camino por el bosque dispuesta a acampar, esta noche las estrellas se verán muy lindas y necesito con urgencia algo que me haga olvidar al divino dios.

Hace tres meses que me exiliaron de la FEMF por lo que ya me resigné a no ver más a mi familia, amigos y mucho menos al hombre que en algún punto llegué a amar mucho. Ahora mi rutina es ir de un lado a otro visitando tribus y culturas nuevas.

Por hoy decidí quedarme en el bosque y quizás por algunas noches más, retando mi supervivencia.

Llego al punto que indica el mini mapa que siempre llevo conmigo y comienzo a armar la carpa y desempacar lo que traigo en mi mochila.

Finalizo encendiendo una fogata y me resigno a dormir por hoy, ya no tengo peligros cerca y puedo mantenerme como una civil más.

El entrar a la carpa me trae un centenar de recuerdos, pero decido olvidarlos, ya no vale la pena.

Me recuesto sobre el saco de dormir e intento cerrar poco a poco los ojos, pero mi calma no duraría mucho.

Se empiezan a escuchar pasos a la distancia, puede ser algún grupo de campistas, pero me decido a tomar un arma y ver la posible amenaza.

Comienzo a caminar por el bosque siguiendo el sonido de los pasos que se escuchan cada vez más cerca sin alejarme mucho de la carpa.

A la distancia en la oscuridad veo una silueta que al igual que yo está quieta mirándome fijamente como si fuera su presa. Me dispongo a apuntarle con el arma que traigo y cuando creo que se va a dar la vuelta, no sé cómo, pero se abalanza sobre mí y me deja de boca al piso en una postura bastante incómoda, pero no dolorosa.

- ¿Quién eres? - escucho una voz muy femenina por lo que asimilo que es una chica con bastante entrenamiento, posiblemente sea alguna militar o miembro de una secta extraña.

- Creo que eso debería preguntártelo yo, tú irrumpiste en mi espacio.

- ¿Quién te mando a seguirme?, ¿acaso fue el maldito alemán? - su voz no me trasmite ningún sentimiento, deduzco que no es la primera vez que hace esto - maldito Maximiliam - la escucho murmurar por lo bajo.

- ¿De qué carajos hablas?, solo conozco un alemán y se llama Dominik.

-Entonces no eres una novia loca de maximilian intentando buscarme? - muevo mi cabeza en negativa sin emitir ruido alguno - ah tiene sentido, no eres su tipo.

Poco a poco comienza a moverse para dejar levantarme, pero obviamente es astuta, tiene mi arma en sus manos, aunque no me está apuntando.

-No sé cómo tomarme eso.

-Tómalo como un cumplido, solo le gustan las tontas, pero que se ven bien ante la pantalla.

Noto en su tono de voz un poco de rencor, no puedo verla bien, ya que ambas estamos en la oscuridad.

-Me puedes devolver mi arma por favor.

-No, hasta que vea que no eres una amenaza, además ¿qué hace una civil cualquiera con un arma como esta?

Me quedo en completo silencio, no puedo revelar mi antigua profesión.

-Vaya vaya, parece que el corderito asustado tiene secretos, esto será divertido.

Comienzo a caminar a la carpa, ya me resigné a que no me la va a devolver es una maniática, además no es algo que me preocupe, tengo al menos otras diez como esa en la cabaña.

- ¿A dónde vas pelinegra? - la escucho que me sigue a un ritmo más lento.

- A dormir, o también es un peligro para la sociedad dormir - contesto de mala gana.

Tengo muy mala experiencia con los egocéntricos con complejo de superioridad, y no me dejaré pisotear por uno nunca más, ella no es la excepción.

No la escucho decir nada más, pero si escucho sus pasos detrás de mí.

-Bonito culo pelinegra - escucho lo que dice y me volteo de forma rápida.

Y al fin la veo, sus ojos son de un verde hipnotizante, me siento atrapada cuando intento mirarla.

- ¿Te gusta lo que vez? - me dice con un tono de picardía - me sonrojo un poco y me volteo para seguir caminando sin siquiera responderle.

-Que callada eres, me agradas.

Llego por fin a la carpa, pero antes de entrar me giro hacia la mujer de ojos verdes que esta parada a un lado con la mirada fija en... ¿Mi culo?

-si quieres quédate, la carpa es bastante grande.

-no necesito tu caridad bonita, sé cuidarme sola.

-me da igual, has la mierda que quieras solo intentaba ser amable, ya me jodiste la noche si quieres irte vete al carajo.

-oh al parecer sacaste las garras, cálmate corderito.

-No me digas así - me paro en frente de ella retándola con la mirada.

-Tienes carácter, sabes te daré el voto de la duda y dormiré aquí esta noche, pero al más mínimo intento, te mataré antes que digas alguna palabra.

-Como quieras.

-Me agradas pelinegra, me recuerdas a alguien, pero aún no me has dicho tu nombre, bonita.

-Rachel - le ofrezco una mano.

-Atenea - me corresponde el apretón de manos con una sonrisa maliciosa, una hermosa sonrisa.

Y en verdad es muy guapa no tengo nada que decir, si me fueran las chicas probablemente sería mi primera opción, pero lástima que no, ¿o sí?...

Ay dios que estoy pensando.

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¿Qué tal el primer capítulo?

Les agrada ver a Atenea en modo Fuckgirl?, porque a mí si JAJAJAJA

trataré de actualizar pronto, besos <3

ENTRELAZAS (ʀᴀᴄʜᴇʟ x ᴀᴛᴇɴᴇᴀ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora