Capítulo 3.

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Atenea

Desde que me encontré con la pelinegra supe que tenía algo diferente, la vengo siguiendo desde que ingreso al bosque, sus ojos me atraparon y me decidí venir tras ella.

En el momento en que me apuntó con el arma supe que tenía razón, no era común era una mujer que a simple vista destacaba. Lo más gracioso fue que se creyó el cuento ese de que pensé que era una espía.

Por favor...

Sabría si alguien me viene siguiendo no soy tan estúpida, más cuando la persona que la manda es tan predecible como el maldito alemán.

Nunca me he negado a disfrutar mi sexualidad, sea con hombre o mujeres. Aun que es primera vez que me siento atraída de esta forma tan perversa, ella tiene algo que hipnotiza, supongo que de donde viene ha de tener loco a medio mundo.

Ella derrocha misterio y estoy dispuesta a descubrirlo, además me aburro estando sola puede que sea una distracción buena.

Me doy cuenta de que está un poco tensa sentada a mi lado, no sé si será incómodo, pero estamos bastante cerca para lo que son dos desconocidas.

Corto con el silencio incómodo y me dispongo a hablar.

-Entonces... - se voltea a verme de forma fugaz - ¿tú preguntas primero?

-si, ¿eres realmente griega o solo es el nombre?

-soy griega – noto como me sonríe un poco tímida - ¿y tú Rachel, donde naciste?

-Phoenix.

-nunca he ido, pero debe de ser lindo – trato de sonar lo más amistosa posible (algo poco común en mí) para que se vaya soltando más.

-Si lo es, pero últimamente he vivido en Londres.

-y ahora te encuentras en un bosque a las afueras de Alemania, vaya que curioso.

-si algo así, en realidad es temporal.

-se podría decir que estás escapando de algo – se tensa de inmediato y lo noto – o mejor dicho de alguien.

-Mm no...

-No te preocupes, soy una tumba – le hago señal de sellar mis labios.

-si, y por lo visto tú también, porque no me habrías atacado de no ser así.

-chica lista. – le sonrió y ella me corresponde de la misma forma.

El silencio reina por unos minutos más, pero no es incómodo incluso se siente bastante bien, asimile que ya no preguntaría nada más hasta que volví a escuchar su voz.

- ¿Tienes donde quedarte?

La pregunta me tomo de sorpresa, por lo que me costó entender a lo que se refería.

- ¿ah?

-me refiero a que, si tienes un lugar fuera de este bosque donde quedarte, digo ya que estás escapando como yo.

-Vaya, hasta que lo admitiste.

- Se podría decir que aun que no lo admitiera ya sabias que era así – me sonríe con superioridad y eso me agrada, más de lo que debería.

-No, no tengo donde quedarme.

-Yo tengo una cabaña, está en una isla solitaria ahí es donde me quedo, si no tienes donde ir podrías quedarte ahí, no me molesta.

- ¿estás invitándome a quedarme contigo?, esto me interesa mucho pelinegra.

Se lo digo con el tono más perverso que sé, y logro el cometido porque la veo sonrojarse de inmediato.

-Solo si quieres...

-Me encantaría, ¿Cuándo nos vamos? – de a poco voy logrando que se relaje conmigo.

-Si quieres podemos empezar a caminar.

-Vamos.

Veo como recoge sus cosas para irse y le ayudo con lo que pesa más, tengo mis razones para querer estar más a solas con ella, esto me produce un deseo que no me iré hasta saciarme de él.

Empezamos a caminar a lo largo del bosque en busca del puerto, aproximadamente nos toma 30 minutos llegar hasta el yate que ella posicionó en la orilla.

El viaje transcurre en completo silencio y nos toma otros pocos minutos llegar hasta la cabaña.

Cuando entramos el entorno se ve cálido, como una casa de vacaciones o incluso como una cabaña a unos días de navidad, se siente como un hogar.

-Se me olvido decirte algo.

Ahí de nuevo se escucha su voz, como se escucharán sus gemidos me tienta saberlo.

- ¿H mm?

-Solo hay una cama, pero no te preocupes es lo bastante grande como para que ni nos rocemos, a menos que quieras dormir en el sofá.

Ella lo sabía, me desea y no sabe disimularlo, no esperaba menos de una belleza como ella.

-Y yo que quería que rosarme contigo – le hago un puchero fingido y veo como ella se vuelve a sonrojar.

Me muestra la habitación y me deja sola unos momentos para que me cambie, como sigue siendo madrugada supongo que va a dormir unas horas.

La veo entrar con un pijama muy pequeño, me está tentando demasiado y no sé cuánto autocontrol tendré teniéndola al lado.

Algo que ella no se imaginó es que a mí me gusta dormir con ropa interior, si estamos jugando a tentarnos que gane la mejor.

Se recuesta al otro costado de la cama y permanecemos ambas mirando el techo en silencio por varios minutos, hasta que se voltea quedando de frente a mí, hago lo mismo y nos quedamos mirando fijo y en completo silencio.

Esperaré que ella tome la iniciativa, no me dejaré llevar por la tentación por muy caliente que este.

Cuando pienso que no hará nada más, toma mi rostro con sus manos y me planta un beso.

Esto se prendió...

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Holis, lo siento por andar tan desaparecida (trabajos de la universidad) prometo actualizar mas seguido <3

Pd1: el siguiente capítulo está potente y estan los detalles suciooooooos.

Pd2: casi llegamos a las 100 lecturas <3

ENTRELAZAS (ʀᴀᴄʜᴇʟ x ᴀᴛᴇɴᴇᴀ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora