Capítulo VII.

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By Harry:

La idea que Louis aún quería escapar de mi me dolió tanto cómo una puñalada en el corazón, después de todo ¿el sólo pensaba en escaparse?, tenía tanto miedo de enojarme con el y hacerle daño, él no tenía idea de lo que me convertía cuando me enojaba, no tenía idea.

— Sueltame por favor — suplicaba prácticamente llorando, tenía su muñeca derecha en mis manos la cuál estaba apretando agresivamente — Por favor... — y su voz se quebró, había comenzado a llorar.

— Nunca pero NUNCA escaparás de aquí Lou — dije con mi tono enfermó que a él tanto lo asustaba, solté su muñeca y con todas mis fuerzas cerré mi puño y lo impacté en su mejilla y parte de su labio haciendo sangrar esté.

Tomé nuevamente agresivamente su muñeca sin importarme sus suplicas y lo arrastré por toda la habitación hasta llegar a aquél galpón donde siempre estuvo. Estaba tan enojado que era capaz de matarlo, después de todo lo de anoche el solo piensa en escapar.

Abrí la enorme puerta con las llaves que llevaba dentro del pantalón aún sosteniendo su muñeca, el no paraba de suplicarme pero ya era demasiado tarde.

— CALLATE! — escupí con odio mis palabras en su cara, por su parte, sólo se quedó callado. Lo empuje a la habitación oscura que solo tenía una pequeña ventana con luz y nada más.

Lo encerré ahí dentró y me dirigí a mi habitación que por más que Louis no lo notará, mi habitación quedaba muy cerca de la suya, pasé mi mano por mi frente con cierta frustración y me acosté en mi cama observando el techo. Fue ahí que me puse a pensar, ¿Qué es lo que estaba haciendo con Louis? ni yo lo sabía, pero hay algo que si se, no estoy loco, todo lo hago por algo.

Mi celular sonó, estaba demasiado cansado como para atender, lo deje que suene. Decidí atender cuando ya había recibido 3 llamados seguidos.

Suspiré.

— Hola señor, buenas noticias — la voz de Rodolfo del otro lado del móvil sonaba algo feliz.— Salió todo bien, la mercancía llegó a destinó — y una gran sonrisa se formó en mis labios y probablemente en la de Rodolfo, podía imaginarlo.

— ¡SI QUE SON BUENAS NOTICIAS! —

— Señor tengó el dinero aquí, quiere que se lo llevé ahora? —

— No! Es demasiado pronto, alguien podría seguirte, ya sabes donde ocultarla, en unas semanas iré a buscarla, recuerda que es dinero sucio Rodolfo. — y si lo era, si alguien lo descubría iríamos presos con cadena perpetúa y eso está asegurado, nuestros negocios eran tan sucios y a la vez tan grandes que nada podía salirnos mal.

— Claro que sí, adiós señor, nos vemos! — se despidió finalizando la llamada.

Rodolfo era mi fiel socio, no era mi amigo, porque yo no tenía amigos, pero era un gran compañero de "negocios" durante años. Era un hombre bajó pero bastante musculoso, su cabello era negro, realmente negro; tenía una familia la cuál adoraba y era capaz de matar por ellos, como cualquier persona. A diferencia de mi, yo odiaba a todas las familias, inclusó la mía, de chico mis padres fuerón demasiado duros conmigo, me obligaban a hacer cosas que no quería, y la peor parte, eran los castigos de mi padre, eran los más dolorosos; de todas formas no los culpó, ellos nunca sintieron ningún tipo de afectó por mi ni yo por ellos.

Eran las 19:30 pm, me levanté de la cama y fui a buscar a Louis, entré a la habitación y me encontré con un Louis totalmente dormido, parecía un ángel, un ángel roncando; me quedé admirando esa imagen por unos segundos y decidí despertarlo, sacudí unas 10 veces su brazo hasta que despertó, este hombre si duerme.

Stockholm Syndrome- Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora