Jamas volvere a cerrar la puerta

33 5 11
                                    

Esto es una especie de ADN recombinante compuesta por una molécula pero en mayor escala expandiendo un mundo de posibilidades extraordinarios sin límites. ¡Ari debe saber esto! Lo emocionada que me pone la ciencia no tiene precio.

—¿Daniela hija querida, ya empacaste tus cosas? —pregunta mi mami desde su cuarto.

—¡Si! —respondo mintiendo.

¡Lo olvide! Mañana nos mudamos a mi país natal, y por estar investigando la muestra de la placa olvide todo por completo. Hace un años nos íbamos a mudar, pero yo le pedí a mi mamá que por favor nos esperáramos un año más antes de que Ari se mudara a New York, aunque aún no entiendo porque primero fue a Pekín, ahora que el ya se fue, pues nosotras también nos iremos y por fin estaré con mi papá otra vez.

Alistando mi laboratorio portátil, una notificación cae en mi celular por parte de... ¡ay no puede ser! ¡Es Ari!
Rápido dejo todo, agarro mi celular y me tiro a la cama. Para mayor emoción es una nota de voz, algo nada común en el. Soy la niña más feliz de este mundo.

Estoy a punto de escuchar el audio cuando mamá abre la puerta. —Hija ya duérmete, mañana será un día largo, y en la noche después del viaje recuerda que vamos a la fiesta de mi empresa, sera una gran oportunidad para hacer nuevos amigos, y trata de sonreír un poco más, si no fuera tu madre me asustarías con tu carita de emo.

—Tu más que nadie sabes que mi manera de vivir la vida es muy diferente a la de los adolescentes promedios, es como el amor, aveces quisiera entender esa vida rara y romántica de los adolescentes, yo solo me preocupo por estudiar, leer, y no necesito más amigos o amigas, con Ari me basta y soy muy feliz. —abrí mis ojitos y le dedico una tonta sonrisa a mi mami, esperando nerviosa su respuesta.

—Eres la hija mas rara que tengo, tiene sus ventajas, como sea ya duérmete temprano o no te vuelvo a comprar libros... ¿de que? Ciencias o biología...—se acerca a mi para darme un abrazo y luego se va cerrando la puerta.

¿Emo? ¿En serio mi mami me ve como si fuese una emo? Nada que ver, ósea, yo soy más como... no se, ¿Elmo? Si, yo soy Elmo.

Apago la luz de mi cuarto dejando la lámpara encendida lista para escuchar el audio de Ari y luego poder darle yo el loco descubrimiento de un robo accidental. Enciendo mi celular y le doy click en la nota de voz: Hola Danielita, sabes, hace unos segundos...

Hace unos segundos ¿que? ¡Hace unos segundos que! Quito el celular de mi oreja para verlo y ¡rayos, Aaah! quiero gritar. Que perfecto momento para que a mi celular se le antoje apagarse. Y ya es muy tarde como para esperar a que se encienda, mejor lo pongo a cargar y hasta mañana lo escucho.

...............................................................

—¡Deberías de verte el pelo! —grita mama espantada.

—En este momento hay cosas más importantes que mi pelo mamá. —digo mientras corro a alistar todos esos pequeños detalles que se vuelven los más importantes antes de realizar un viaje.

—Vámonos, vámonos, el taxi ya está afuera, y ten cómete esto.

Mi mami agarra las maletas y sale corriendo para acomodar todo en el taxi.

—Ahorita no tengo hambre.

—Daniela, si no te comes este sándwich te vas a desmayar en el camino, estás flaquita, comes muy poco, deberías comer más, aveces me das la impresión de que tienes algún problema.

—Ya te dije que no tengo nada. —¡ahh! Aveces siento que mi mamá no me conoce.

—Si, pero yo soy tu madre y como tu madre esto es una orden, ahora dame tus maletas, cómete el sándwich y súbete al taxi.

Arleist Maquiavelo el liberador de las once bestias Donde viven las historias. Descúbrelo ahora