-Buenos días, señor Haddock- estaba la mujer en uno de los asientos del salón- por favor pase y tome asiento.
Cerré la puerta detrás de mí. Lentamente me acerqué y me acomode a donde la mujer me señaló. En el mismo asiento de siempre. Suspiré mientras esperaba a que ella me diera alguna indicación. Dejé caer la mirada, evitando a toda manera contacto visual con la mujer que estaba delante de mí. Solo veía mis manos, todas ásperas y magulladas. Con algunos rasguños y moretones recientes. Observé igual mi pantalón de mezclilla, que de las rodillas estaba un poco roto.
-y bien...- empezó la mujer a hablar con un tono de serenidad y elegancia. Alcé la mirada y pude analizarla con detenimiento. Llevaba sus lentes azules de pasta dura, aquellos que la hacían ver como una gran tonta y una gran nerd (y eso que yo fui uno). Llevaba puesta una camisa color amarillo y un pantalón de vestir color rojo escarlata. Su pésimo gusto de vestir hacía que la detestara un poco más. Y esa sonrisa tan falsa... dios... desearía quitársela de encima- ¿qué tal va el día de hoy, señor Haddock?
-Como siempre- refunfuñe- igual de miserable que los días pasados.
-Entiendo- empezó a escribir en su libreta y luego volvió a dirigir la mirada hacia mí- Entiendo la dificultad de la situación. ¿Algo que le guste... compartir conmigo? Cualquier pensamiento, emoción o... algo.
Me quedé en silencio. No tenía nada que compartir. No quería compartirle nada a esta mujer. Es una desconocida.
-Mire, entiendo lo que está pasando y creeme que...
-No sabe por lo que estoy pasando- interrumpí sin piedad. Le di una mirada que si esta tuviera poder, mataría a cualquiera que se interponga en mi camino.
-Lo sé, de verdad lo sé. No es el único que ha llegado así. Y entiendo que no le agrade ni nada, pero es mi deber apoyarlo.
-Exacto... lo hace porque es su deber, no porque en serio quiera ayudarme en esto.
-No diga eso... Lo hago igual porque quiero... dígame... algo... lo que sea. Al menos intentemos un cambio. Hemos pasado apenas 1 mes y no hemos podido conversar un poco. Necesitamos un cambio. ¿Puedes, Hipo?
Sentí como me hablaba. De una manera un poco tranquila, como todas las veces que estoy aquí. No sé si creer si en serio lo hace o porque es su trabajo. Pero... ¿qué gano haciéndome el difícil?
-Está bien... - suspiré e intenté tranquilizarme- pues... no sé muy bien qué decirle. A pesar de todo, esto sigue siendo nuevo para mí.
-Lo que tú quieras.
-Bien... eh... el día de ayer salí un poco. Tal vez más de lo normal. Salí al parque con Chimuelo porque supuse que igual lo necesitaba. No estuvimos mucho tiempo porque empecé a ver que llegaba más gente, así que decidí irme. Regresamos a casa, caminando. Todo se veía muy... tranquilo. Llegamos a casa y no hicimos mucho. Bueno... si, nos pusimos a platicar de hecho.
Movió la cabeza a la izquierda como muestra de sorpresa mientras tomaba su libreta y su pluma y comenzaba a escribir un poco más.
-¿Platicaron?
-Así es. Todos los días lo hacemos en realidad.
-¿Sobre qué?- preguntó pasivamente.
-Lo de siempre... bueno... casi lo de siempre. Está emocionada por la boda. Vio ayer un vestido blanco muy sencillo. Extrañamente es largo, porque casi no le gusta ese estilo, pero comentó que al ser nuestra boda debe ser especial. Es por eso que lo eligió largo. De hecho, espero que en estos días pueda verlo. Es realmente bello.
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Separate Paths. COMPLETADA.
RomanceCorrí lejos como un cobarde porque creí que no te iba a necesitar pero muy tarde comprendí que eres todo para mí. Regresaré por ti y te amaré y protegeré como se debe.