Capítulo 3.

502 39 15
                                    

Las cosas empeoraron en los siguientes días. Más de 3 patrullas de policía hacían un rondín en las calles de la antes pacífica Berk. La paz Berkiana culminó desde el ataque terrorista, sin embargo, algunos no podíamos quedarnos encerrados por siempre en casa, teníamos obligaciones que cumplir y sobre todo yo porque debía hacer los reportajes de la situación.

Bajé las escaleras (el estúpido elevador no servía aún) y salí corriendo del edificio Era más temprano de lo normal. . Caminé unas calles, no sé cuántas, no las conté, pero antes de ir a trabajar desvié mi camino al  parque que solía ir. Observé los verdes y frondosos árboles encarados frente a la zona de juegos de niños. Me fui a sentar en una banca y contemplé por segunda vez el lugar. Estaba vació pero aún puedo imaginar en mi cabeza los ecos de las tiernas voces de los niños, los llamados de los padres hacia sus hijos para ir a casa, las personas pasando corriendo con auriculares en los oídos y las frágiles burbujas iridiscentes volando y explotando una por una.

Del otro lado del parque, unas flores color rosa se agitaban con el suave movimiento del viento.

Flashback.

-Esta preciosa tu pintura- observé al pasar detrás de él. Estaba demasiado concentrado en su pintura que hizo caso omiso a mi comentario, sin embargo, no me sentí ofendida

Permanecí inmóvil en mi lugar hasta que noté en el dibujo las flores rosas que Hipo comenzó a dibujar. Lentamente el pincel delgado se deslizaba en el lienzo formando las pequeñas florecitas.

-Se llaman brezos esas flores- volvió a romper el silencio Hipo- Son originarias de aquí, de Noruega, su nombre...¿científico? Sí, científico es "calluna vulgaris". Mi padre llevó a mi madre a un campo de brezos cuando eran novios. Ambos me relatan esta historia hasta la fecha, por eso decidí hacer la pintura de un campo de brezos.

-Gracias por el dato, San Google- bromeé. Hipo no pudo evitar reír ante aquel comentario.

Fin Flashback.

Este lugar es muy especial para mí: aquí Hipo y yo paseábamos a Chimuelo. Los sábados a las 8:30 de la mañana veníamos aquí y a las 10:00 regresábamos a casa. Era una rutina simple pero inquebrantable.

Flashback.

-¡Chimuelo! ¡Quieto, amigo!- decía mi gran chico dragón mientras intentaba controlar  con la correa a su hermoso perro Chimuelo, un golden negro.

-¡Chimuelo! ¡Ya!- grité y automáticamente se calmó y siguió caminando.

-¡Ay, Milady! Debes enseñarme a controlar a la gente

-Jaja, que gracioso- murmuré sarcasticamente y caminé un poco rápido para que no me siguiera Hipo. Fingí enojarme con él.

-No, Milady, no te enojes conmigo, era broma, amor.

Me volteé y caminé hacia él y le di un beso en los labios. Nos quedamos un rato así hasta que ambos perdimos oxígeno.

-Lo sé,Hipo- respondí al separar mis labios de los de él- también estaba bromeando.

Me miró unos segundos y me sonrió, su brillante mirada se dirigía hacia mis labios y sin dudarlo me besó. Al separarnos murmuró un "te amo" y seguimos caminando pero ya abrazados y con una mano guiaba a Chimuelo

-¿Qué le parece Milady si a las 2:00  pedimos algo de comer y vemos una película?

-Me parece una maravillosa y magnífica idea, chico dragón ¿Qué película le gustaría ver, señor?

Separate Paths. COMPLETADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora